Niños, jóvenes, adultos mayores y representantes institucionales unieron sus voces a través de música, poesía y discursos, para hacer un llamado por la conservación del agua, durante la celebración del Día Mundial del Agua, organizada con la participación del PRIGA.
“Hoy las gentes del orbe forjamos conciencia para cuidarte y aquilatar tu preciada transparencia… ¡Y por siempre vivirás…” señala la última estrofa del Himno al Agua –del compositor Carlos Guzmán-, el cual entonaron los participantes en la celebración del Día Mundial del Agua, el 22 de marzo en la Sala de Exrectores de la Biblioteca Joaquín García Monge de la Universidad Nacional (UNA).
Conciencia de la necesidad de conservar este líquido vital fue precisamente lo que imperó entre niños, jóvenes, adultos mayores y representantes de programas institucionales, quienes ya sea a través de la música, la poesía o los discursos, hicieron un llamado a la población costarricense para proteger el agua, durante este encuentro denominado “Agua, cultura y ambiente”.
Motivar a la acción fue la consigna. Las hermanas María Fernanda y Verónica Villalobos lo hicieron mediante su interpretación de canciones como “El progreso” –de Roberto Carlos-, o “Dónde jugarán los niños”, de Maná; los integrantes del taller literario del Programa de Atención Integral de la Persona Adulta Mayor (PAIPAM) inspiraron amor a la naturaleza a través de poemas dedicados al medio ambiente, y Rafael Gutiérrez, director del Área de Conservación Cordillera Volcánica Central SINAC-MINAET, y Ana Isabel Barquero, coordinadora del Programa Interdisciplinario de Investigación y Gestión del Agua (PRIGA) motivaron a la acción con datos contundentes y propuestas.
Considerando que este Día Mundial del Agua cuenta con el lema “Agua para las ciudades”, Gutiérrez fue enfático en el hecho que las ciudades no producen agua, sin embargo, es en ellas donde más se consume. Resaltó que las poblaciones de las zonas urbanas deben ser conscientes de que los desechos que tiran en los ríos tienen efectos contaminantes en otros lugares del país.
Barquero, tomando en cuenta que cada uno tiene responsabilidad en la protección del medio ambiente, hizo tres propuestas: reducir el consumo de agua a 150 litros por día, separar los desechos en la casa y procesar los desechos orgánicos, para disminuir la cantidad de desechos y a la vez aprovecharlo como abono de productos como lechugas, los cuales se pueden cultivar en nuestras casas.
Durante el encuentro, Noelia Garita, coordinadora del Programa UNA Campus sostenible, impartió la charla “Impacto de los residuos sobre los recursos hídricos”, mientras Ricardo Goyenaga, de la Comisión Interinstitucional de Microcuencas de Heredia (CIMH), presentó el sonoviso “Conozcamos nuestro río Pirro”.
En la actividad también participaron Grettel Balmaceda, trabajadora social en el Área Rectora de Salud Belén, Flores, del Ministerio de Salud, y María Sancho, coordinadora del taller literario del PAIPAM.
