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Dos décadas de rehabilitar corazones y devolver la esperanza de vida

El Centro de Rehabilitación Cardiovascular, ubicado en el Campus Benjamín Núñez de la UNA, devuelve la esperanza y calidad de vida a las personas que han sufrido un evento cardíaco o deban someterse a un procedimiento.

Concebido hace 20 años como un proyecto académico, el Programa Centro de Rehabilitación Cardiovascular de la Escuela de Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida (Ciemhcavi) de la Universidad Nacional (UNA) surgió ante la necesidad de contar en el país con un espacio, donde las personas con Enfermedad Cardiovascular (ECV) recuperen su calidad de vida mediante un acompañamiento multidisciplinario, el cual busca mejorar el funcionamiento físico, psicológico y social de los pacientes 

Dicho centro inició en los albores de la década del 2000, primero como un proyecto, gracias a una investigación realizada para tesis de maestría de los académicos Jorge Salas y Luis Blanco; tiempo después se consolidó en uno de los programas de Ciemhcavi con altos beneficios a la población nacional, al punto que en 2023 entró en operación un centro homólogo en el Campus Liberia de la UNA.

De forma paralela, Ciemhcavi-UNA habilitó la terapia en rehabilitación para pacientes oncológicos, sobrevivientes a diferentes tipos de cáncer, que funciona los lunes, miércoles y viernes, el cual por ahora es gratuito y se basa en la prescripción del ejercicio.

Los estudios evidencian que este tipo de programas, basados en el ejercicio reducen la mortalidad entre un 20% a un 25%, mejoran la capacidad funcional entre un 10% a un 34%, disminuyen la presión arterial sistólica entre 6 y 4 mmHg y la diastólica en 2 mmHg. La rehabilitación cardiaca contribuye con la reducción de los factores de riesgo coronario, disminuye la inflamación del endotelio, reduce los niveles de estrés, el tiempo de hospitalización y mejora la calidad de vida de los pacientes.

Vencieron sus miedos

Según mencionan los especialistas de Ciemhcavi, cuando los pacientes llegan por vez primera al centro de rehabilitación cardíaca, su principal temor es retomar la actividad física, además de presentar cuadros de ansiedad y hasta depresión; sin embargo, una vez que inician la terapia, tanto en fase II como III, y con el paso de los días, la confianza y seguridad retorna a ellos.

Alfredo Calderón, paciente del programa de rehabilitación comentó que cuando se tiene un evento cardíaco, el principal problema es el miedo a la muerte y con ello el temor a ejercitarse de nuevo. “Pero cuando usted viene aquí y se monta en una caminadora vuelve a la vida. Además, el ambiente grupal conformado por personas que pasaron lo mismo permite intercambiar experiencias”, resaltó Calderón.

María del Rosario Villalobos, paciente condecorada este día por mantenerse en el centro de rehabilitación de la UNA desde hace 20 años, tiene la particularidad de que se ejercita no por haber sufrido un evento cardíaco, sino por recomendación médica al tener factores de riesgo, como el descontrol en sus niveles de colesterol. “Prácticamente nos daban ejercicio en la cancha, hacíamos caminatas hasta la Escuela de Veterinaria, tiempo después nos habilitaron el gimnasio de Ciemhcavi, donde hasta la fecha nos ejercitamos con máquinas y pesas”, dijo Villalobos.

Calidad de vida

José Andrés Trejos, coordinador del programa de RC resumió que durante 20 años de trayectoria en el campo de la investigación se han redactado más de 12 publicaciones científicas, a nivel de extensión la atención a más de 1000 personas y en docencia el desarrollo de más de 20 cursos de capacitación. “Sin duda nuestro mayor logro ha sido mejorar la calidad de vida de las personas”, agregó Trejos.

Destacó que en la actualidad se cuenta con un total de 50 pacientes, cuyo objetivo consiste en rehabilitar física, social y mentalmente a los pacientes con ECV, para procurar una mejor reintegración de la persona a la sociedad, su regreso a la vida cotidiana, trabajo y actividades familiares.

Ahora bien, para el coordinador del centro cardíaco, el mayor reto es impulsar la rehabilitación cardíaca fuera de la GAM. Si bien ya se cuenta con un centro de rehabilitación en el Campus Liberia de la UNA, desde se gestiona con la vicerrectoría de Extensión abrir dos centros; uno en Pérez Zeledón y otro en Nicoya, ya que la rehabilitación cardíaca se encuentra más accesible a los pacientes del Valle Central.

Jorge Salas, subdirector de Ciemhcavi y cofundador de dicho centro, resaltó que como escuela de ciencias, la tarea primordial es garantizar un servicio más actualizado, de la mano con la innovación tecnológica y en la medida posible traer instrumentos innovadores que permitan mejorar el proceso de rehabilitación cardiovascular de los usuarios.

Gretel Villalobos, coordinadora de fase III del programa de rehabilitación cardíaca expresó que la rehabilitación no solo incluye el ejercicio, sino que es educar al paciente en cuanto a temas de nutrición, psicología, ejercicio y otros, por lo que es fundamental el trabajo o la alianza con otras instituciones y profesionales, como la Caja Costarricense del Seguro Social, el Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare) o grupos participativos como la Asociación Costarricense de Cardiópatas Rehabilitados (Acocare).

María José Esquivel, asistente del programa, explicó que las personas interesadas deben solicitar una cita de valoración inicial al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y adjuntar la documentación respectiva como exámenes referencia del especialista, epicrisis y lista de medicamentos. Una vez admitidos, portar ropa deportiva, agua, paño y merienda por si la requiere. Para información de costos pueden comunicarse al: 2562-6971/6734.

Fases del programa

Fase 1: Periodo en que el paciente está hospitalizado después de sufrir un evento o procedimiento cardíaco.

Fase 2: El programa debe iniciar según recomendación médica entre la primera y segunda semana posterior al evento cardiaco. Esta fase consta de 36 sesiones de ejercicio programado y monitoreado por medio de la telemetría, supervisión médica y sesiones de educación al paciente, en cuanto a la ECV, manejo de los factores de riesgo coronario y cambios en su estilo de vida.

Fase 3: Esta es de mantenimiento y seguimiento al paciente después de las fases anteriores y se recomienda que sea para el resto de su vida.
 

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