La Escuela de Arte Escénico de la UNA y la Universidad de las Ciencias Médicas (UCIMED) firmaron un convenio de cooperación para que los estudiantes de teatro actúen como pacientes como parte de su práctica supervisada, mientras los estudiantes de medicina se entrenan profesionalmente con situaciones simuladas.
La idea de la simulación para impartir clases, nace para darle al estudiante el mayor realismo posible durante su proceso de aprendizaje. La Universidad de las Ciencias Médicas (UCIMED) imparte carreras como medicina, farmacia, fisioterapia y nutrición, para ellas se creó un hospital simulado que cuenta con salas de entrenamiento, aulas de auscultación, sala de partos, pediatría y reanimación neonatal, sala de shock y salón de hospitalización; además de un simulador para realizar procedimientos como toma de vías intra óseas, intubar y desfibrilar, entre otros.
“Podemos recrear la mayoría de los eventos que se presentan a diario en un hospital, los estudiantes tienen una experiencia previa antes de rotar en los hospitales reales, sin embargo, nos hacía falta la parte humana”, comentó Oscar Rohrmoser, de la Escuela de Medicina.
Es así como el pasado 24 de julio, la Escuela de Artes Escénicas de la Universidad Nacional (UNA), y la UCIMED, firmaron un convenio de cooperación para que los estudiantes de de teatro puedan actuar como pacientes como parte de su práctica supervisada.
“Durante varias semanas los estudiantes de teatro recibieron clases básicas de anatomía, biología e información médica general que les permite alimentar a sus personajes. Esta técnica de trabajar con actores es muy utilizada en Estados Unidos y Europa; en este plan piloto, novedoso para Centroamérica y el Caribe, trabajamos con actores—a nivel mundial se usa el mismo personal médico-- que pueden simular a los pacientes difíciles que tenemos en la realidad”, comentó Rohrmoser.
Para Francisco Rodríguez, estudiante de Arte Escénico, esta es una experiencia distinta. “Es interesante porque se requiere de disciplina y un estudio profundo para la creación del personaje. Trabajamos con un tema totalmente distinto como lo es la salud, tenemos que desarrollar la creatividad y la improvisación para guiar a los estudiantes de medicina sobre la base de una enfermedad y no desviarse con otros síntomas que pueden confundir el diagnóstico”, detalló Rodríguez.
Mariana Solís cursa el V semestre de medicina y para ella, todos los estudiantes deberían estar expuestos a este proceso. “Con actores aprendemos el trato al paciente. Un maniquí no pone resistencia, no habla. Algunas veces los actores hacen o dicen cosas graciosas que a uno le dan risa, pero son situaciones que pasan en los hospitales, y uno debe aprender a manejarse profesionalmente”, indicó Solís.
Para Claudio Zamora, quien también cursa el V semestre, la experiencia en el hospital simulado es muy enriquecedora a nivel profesional. “Tenemos la ventaja de trabajar con pacientes que habla, se quejan, algunos están de mal humor, y esa es la realidad de los hospitales; toda esta interacción es parte del diagnóstico al que podemos llegar”, puntualizó Zamora.
