Los resultados del XIX Informe del Estado de la Educación (2023) revelan que existe una generación impactada por una crisis de aprendizaje, debido a los cierres en los centros educativos. Durante el año 2018-2019, estudiantes menores de quinto y sexto año enfrentaron la huelga y alcanzaron niveles mínimos en el estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE), una evaluación estandarizada que se aplica en América Latina y el Caribe para medir el aprendizaje en distintas áreas. En 2020, la educación exacerbó las brechas de conectividad y resultó en contenidos recortados remota debido a la pandemia. El siguiente año se dio la implementación de educación híbrida, con ajustes al calendario lectivo y suspensión de pruebas FARO. Todo esto se dio a conocer durante la mesa redonda Brechas de género en la educación costarricense, realizada el 23 de abril en el auditorio Marco Tulio Salazar del CIDE, con la participación de destacados expertos.
En la transición gubernamental en el año 2022 no hubo un plan de recuperación tras dos años perdidos, lo cual afectó a estudiantes que ahora culminan la educación secundaria e ingresan a la universidad. Entre los desafíos de la educación sobresalen la falta de habilidades básicas en lectura y escritura en estudiantes de primer grado, así como carencias continuas en estos ámbitos en escolares de cuarto año, lo que genera un rezago progresivo.
La panelista Jennyfer León Mena, del programa Estado de la Nación, mencionó que “Cuando estos estudiantes llegan a la universidad, se evidencian las repercusiones de su formación secundaria en sus hábitos de estudio, actitud hacia las evaluaciones y su base de conocimientos. La persistente desigualdad de género se manifiesta a lo largo de la trayectoria educativa, y afecta tanto a mujeres como a hombres, con impactos específicos en diversas áreas y niveles de estudio.
La política educativa actual se ve insuficiente para abordar estas desigualdades, y se manifiesta en la falta de acciones concretas. En la práctica, los centros educativos presentan menciones generales en programas de estudio, pero la implementación de enfoques de género queda relegada. Las brechas de género se cristalizan desde temprana edad, persisten a lo largo de la educación, y se reflejan en resultados académicos y participación en áreas específicas como STEM” .
Katherine Ugalde Arguedas, de la División de Educología del Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE), presentó datos de ingreso a carreras universitarias de la Universidad Nacional, donde se destacó la predominancia masculina en áreas como ciencias exactas y tecnología, mientras que en ciencias biológicas hay mayor participación femenina.
Las recomendaciones que dan las expertos apuntan a la necesidad de más datos e investigación para comprender las causas y efectividad de políticas y acciones concretas, por lo que instaron a trabajar en todos los niveles y asignaturas, ajustar los planes de formación, capacitar en temas de género y sexismos, y promover políticas específicas que aborden estas brechas de manera integral.
Jennyfer León Mena explica cuáles son las desigualdades que se vive actualmente en Costa Rica
