La Escuela de Biología de la UNA, la Universidad de Wisconsin y el Museo Público de Milwaukee, le dan seguimiento al proyecto “Estudio de la Ecología de los perezosos”, en una finca dedicada al cultivo de cacao orgánico, en Pueblo Nuevo de Guácimo.
Desde el 2004 y hasta la fecha, la Escuela de Biología de la Universidad Nacional (UNA), la Universidad de Wisconsin y el Museo Público de Milwaukee, le dan seguimiento al proyecto Estudio de la Ecología de los perezosos, en una finca dedicada al cultivo de cacao orgánico ubicada en Pueblo Nuevo de Guácimo.
Gracias a este estudio sean podido determinar los ámbitos de acción y uso de recursos para hembras adultas de perezosos de tres dedos (Bradypus variegatus) y sus crías, en un área agroforestal compuesta por cacao, potreros, bosques ribereños y cercas vivas.
“Los nacimientos ocurren principalmente entre noviembre y diciembre. Durante un periodo de cinco a siete meses la madre se mantiene muy cerca de la cría, no permite que se aleje más de 15 metros y nunca la pierde de vista”, explicó Oscar Ramírez, de la Escuela de Ciencias Biológicas.
Durante estos meses las madres utilizan pocos árboles y extienden el uso de recursos conforme las crías se van haciendo independientes. “La madre le enseña a la cría los árboles de donde pueden obtener nutrientes, conforme van creciendo cambian a otros sitios con características aptas para su desarrollo”.
Durante el cuido maternal, las hembras utilizaron 22 especies de árboles, entre las más comunes destacan el guarumo (Cecropia obtusiflia) y el mata palo (Coussapoa villosa). Las crías se alimentaron de alrededor de 20 especies, las cuales guardan estrecha relación con las usadas por sus madres.
Luego de este periodo la cría está preparada para buscar por si misma refugio, alimentación y sitios para interactuar con otros individuos. “A diferencia de la mayoría de los mamíferos, la madre es la que se aleja de la cría para buscar otro territorio completamente distinto e iniciar nuevamente el proceso de reproducción; sin embargo, la cría nunca permanece sola, ya que a pesar de que la madre la abandona por completo, otros individuos de la misma especie la observan”.
De acuerdo con el investigador, el objetivo de seguir trabajando con estas especies, es que se pueda entender mejor el rol que cumplen los sistemas agroforestales para su mantenimiento en vida silvestre, con el fin de llevar de la mano la conservación y productividad de los sistemas agroforestales del país, mostrándole al mundo un modelo de desarrollo sostenible
