La UNA implementa una estrategia de desarrollo regional, apoyada desde la Vicerrectoría Académica, para garantizar un mejor desempeño de las sedes, fundamentado en el compromiso con las regiones.
Lograr que las sedes regionales de la Universidad Nacional (UNA) cuenten con recursos suficientes, laborales y de funcionamiento, para realizar una adecuada gestión académica es parte de una estrategia orientada a garantizar un mejor desempeño de estos centros de estudio, según indicó Francisco González, vicerrector académico de la Institución.
La estrategia comprende tanto el área de docencia como las de investigación y de extensión.
González explicó que la idea es que esta estrategia de desarrollo regional –apoyada desde la Vicerrectoría Académica- parta del compromiso que las propias sedes tienen con las regiones. Se trata, entonces, de una estrategia de desarrollo gestada desde las sedes, que agrupe distintas iniciativas en beneficio del desarrollo equitativo de sus zonas de influencia.
Agregó que se están revisando las políticas institucionales vigentes desde 1988, las cuales no han tenido el impacto esperado y que hoy en día exigen una nueva revisión, porque se cuenta con otra Universidad y otra sociedad.
Entre los resultados obtenidos, el vicerrector destacó que este año se logró que el curso lectivo transcurriera sin ningún sobresalto en el campus Pérez Zeledón, a diferencia de hace un año, cuando hubo un importante déficit de horas laborales”.
En el caso de la Sede Regional Chorotega, reconoció que el significativo aumento en la matrícula generó ciertos desajustes, por lo que este año hubo un faltante de horas. No obstante, ya se hizo la previsión respectiva para que en el 2014 no se presente ningún inconveniente en este campo.
En lo que se refiere a Sarapiquí, González aseguró que el recinto está afianzado en cuanto a la cobertura de recursos laborales y de funcionamiento.
“Este proceso no es solo un acto técnico, tiene que estar revestido de una estrategia académica; en otras palabras, no se otorgan las horas laborales por darlas, sino que ese acto están fundamentado en el por qué, para qué y hacía donde se dirigen”, subrayó.
La estrategia comprende también afianzar el tema de la investigación, como por ejemplo en el caso de Liberia, con el traslado el año pasado del Centro de Recursos Hídricos para Centroamérica y el Caribe (HIDROCEC) y el Centro Mesoamericano de Desarrollo Sostenible del Trópico Seco (CEMEDE), lo cual ofrece una plataforma realmente fuerte de investigación y extensión.
“El gran reto es que el CEMEDE agrupe todas las iniciativas de investigación propias de la sede como un todo y en el caso de la sede Brunca empezamos con la dirección de extensión e investigación a fortalecer las competencias, mediante talleres y dinámicas participativas con apoyo de pasantes, para que el investigador crezca”.
Sandra León rectora de la UNA, acotó que si se compara el crecimiento de la matrícula entre la sede central y las sedes regionales, el que justifica o explica el crecimiento más grande en matrícula son las sedes regionales. Dado que éstas crecieron con estudiantes de primer ingreso, lo cual sin duda provocó que se requieran más recursos.
“Una sede regional, tiene que ser tan buena como la sede central. Y eso significa necesariamente que deben contar con recursos, competencias, equipamiento, formación y capacitación para tener el área de investigación y extensión integradas como parte de su quehacer”, explicó León.
Destacó que la comunidad universitaria no puede obviar que las sedes salieron recientemente de una intervención universitaria, lo cual ha sido un arduo proceso. “Debemos reconocer el esfuerzo de las sedes regionales para salir de ese proceso y entrar hacia uno de mejoramiento continuo de suma importancia para sus entornos regionales”, aseveró la rectora.
