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Archivo de la noticia: Enero 2016


Padres de familia deben programar juego con sus hijos

 

El movimiento humano mejora las destrezas físicas y cognitivas de los menores en edad escolar, destaca  especialista del Programa de Psicomotricidad Infantil del Ciemhcavi. 



 

Los niños regresan a la escuela y la atención tanto de los menores como de los padres de familia se centra en los estudios y la calificaciones; sin embargo, el movimiento humano, por medio del juego, debe ser una actividad diaria que todos deben compartir y programar en la agenda del día.

 

Emmanuel Herrera, coordinador del Programa de Psicomotricidad Infantil (Psicomi) de la Escuela de Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida de la Universidad Nacional (Ciemhcavi-UNA), indicó que la actividad física con los niños se refiere al juego, ya que es un eje fundamental en el desarrollo integral de los escolares.

 

Agregó que los padres de familia o responsables del menor deben de comprender que ese rato de juego o actividad física es necesario para un mejor desarrollo de las habilidades motoras y socio-emocionales, ya que una buena estimulación de estas áreas de desarrollo del ser humano podría reflejarse en el rendimiento académico.

 

El Psicomi se centra en investigar y realizar extensión en la niñez del país, en áreas como el rendimiento académico y su relación con el movimiento humano, intervención psicomotriz, problemas de sedentarismo, obesidad y promoción de estilos de vida de vida saludables. Desarrolla acciones desde el paradigma del movimiento humano, que promueven mejoras en la calidad de vida de los menores inmersos en el sistema educativo costarricense.

 

Espacio para el juego

Herrera aseveró que en estos tiempos, en que las tecnologías ocupan la mayoría de los ratos libres de los menores, es recomendable que así como se buscan centros educativos que imparten un segundo idioma, de igual forma es importante que dicho centro ofrezca el espacio adecuado para el movimiento humano.

 

Subrayó que si se definen los horarios de estudio, también debería establecerse un espacio para el juego o practicar actividad física. “Este debe ser un propósito para la familia y así desarrollar la parte social y emocional de los menores; por ejemplo, cómo negociar en un juego y respetar la decisión del grupo. Además, un niño emocionalmente estable siempre tendrá disposición para aprender”.

 

El especialista recomienda que, al regresar de la escuela, el menor disfrute la merienda y luego que tenga un espacio para practicar actividad física, donde pueda recrearse, en un periodo de 30 minutos y una hora. Pasado este período, realizaría sus tareas.

 

 

Otra recomendación es que si el niño no es físicamente activo y desea empezar, debe ejercitarse progresivamente. En la planificación familiar el momento para jugar puede iniciarse con dos días, para luego aumentar hasta llegar a cuatro o cinco días semanales de juego y así lograr la adherencia al movimiento humano.