Sandy Montenegro Guzmán, estudiante de escultura de la Escuela de Arte y Comunicación Visual de la UNA, fue invitada a participar en el V Simposio Internacional de Escultura en Madera y Piedra, Barva 2011, junto a renombrados escultores.
"Esta será una gran oportunidad para mi carrera y mi currículum profesional. Daré todo mi esfuerzo no solo para dar una buena presentación, sino para dejar el nombre de la UNA muy en alto", dijo Sandy Montenegro, estudiante de la Escuela de Arte y Comunicación Visual de la Universidad Nacional (UNA), quien fue invitada a participar en el V Simposio Internacional de Escultura en Madera y Piedra, Barva 2011, a la par de escultores muy consolidados y de gran renombre.
Sandy, de 24 años de edad y quien da sus primeros pasos en exposiciones y simposios internacionales, compartirá esta primera experiencia –que tendrá lugar del 20 al 27 de febrero en el Parque Central de la ciudad de Barva- con dos estudiantes de escultura de la Universidad de Costa Rica (UCR), Natalia Cordero y Sofía Jiménez.
Sandy, Natalia y Sofía, tendrán como colegas a reconocidos escultores costarricenses, entre ellos: Gerardo Vargas, Emilio Arguello, Silvia Durán, Alejandro Villalobos, Ana Ulate, Raúl Gamboa y Rainier Mora, así como al escultor cubano de renombre internacional Gregorio Pérez.
Semanas atrás, Sandy inició su preparación para este Simposio y para realizar su obra consiguió una tuca de madera de 120 cm de alto, con un grosor de 30 cm, de la cual espera modelar un oso perezoso. Además en estos momentos trabaja en el diseño y la maqueta de su obra, que esculpirá frente a la mirada de muchos costarricenses que llegarán a la ciudad de Barva, como lo han hecho en los últimos años.
Desde pequeña, Sandy Montenegro, se inclinó por las artes, al punto que la primaria y la secundaria las cursó en el Conservatorio Castella, donde se graduó en escultura, e inmediatamente continuó sus estudios de escultura en la Universidad Nacional, donde espera obtener este año su título universitario.
"La escultura es algo que me encanta, desde muy pequeña; encuentro en la escultura, una variedad de sentimientos y sensaciones, como la pasión, la tranquilidad. La escultura me tranquiliza, me saca de mis otras preocupaciones, me hace descansar, me proyecta, me realiza", dijo Montenegro, quien encuentra en la escultura un contraste con la sociedad. Explica que mientras la sociedad avanza vertiginosamente, a brincos, a saltos y en forma ruidosa, la escultura detiene el tiempo, apacigua, desacelera y da una visión más tranquila de las cosas.
Desde su incursión en la escultura y ahora a nivel universitario, Sandy Montenegro, ha mantenido un hilo conductor en sus proyectos escultóricos. "Mi trabajo normalmente es animalístico, siempre predominan los animales, es algo que me apasiona; veo en los animales una fuerza, una nobleza, una belleza.
En los últimos 4 años, Sandy ha realizado diversas obras y aunque sus profesores le exigen realizar proyectos en diversas temáticas, los murciélagos, los pájaros, los búho, las serpientes, quedan moldeados en maderas, resinas, piedra y metal.
