Van y vienen, sortean las copas de los árboles, descansan sobre ellos y hasta se ven a lo largo de la costa. Son las aves que retratan la riqueza biológica de la Isla Caballo, ubicada en el Golfo de Nicoya y que cuenta con una extensión aproximada de 3,7 kilómetros cuadrados.
Un ambicioso proyecto del Programa Interdisciplinario Costero (PIC,) del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo) de la Universidad Nacional (UNA), que contó con el apoyo del Fondo para el Fortalecimiento de Capacidades Estudiantiles en la Extensión Universitaria (Focaes) de la Vicerrectoría de Extensión, se dio a la tarea de cuantificar y clasificar a las aves residentes y migratorias de este paraje natural.
El resultado fue la publicación de la Guía de aves y saberes de Isla Caballo, cuya presentación se hizo el 31 de enero, en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA.
Los autores, María Isabel Vargas, David Romero y Randall Montoya, contaron los pormenores de este trabajo científico que inició en noviembre de 2019 y logró sortear con éxito la pandemia en su etapa de implementación y que culmina con la publicación.
Variedad de especies
Desde el primer momento, el equipo de investigación se abocó a tener un contacto permanente con los habitantes de Isla Caballo, quienes, por su conocimiento del territorio, han identificado a muchas de las especies que forman parte de esta guía. Junto con esta labor, se adentraron en los rincones de la isla, en un trabajo exhaustivo de observación, reconocimiento y levantamiento de información.
Es así como fueron conociendo acerca del buchón o pelícano, ave acuática que se le ve constantemente bordeando la costa en busca de sardinas, o de la lora nuca amarrilla, que está catalogada como especie en peligro de extinción por parte de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El cuclillo piquigualdo, la reinita pechirayada, el sangre de toro, los zopilotes—mejor conocidos como zonchos, por parte de la comunidad—y el cuyeo, son parte de esta recopilación.
En sus 116 páginas, la guía establece para cada una de las especies identificadas su nombre científico, el nombre común, su descripción, la alimentación, la distribución (dónde suele observarse), así como su estado de conservación y su estatus (si es residente o migratoria).
Para David Romero, uno de los autores de la guía, este esfuerzo “genera información fundamental sobre la biodiversidad de nuestras islas, aporta a la conciencia sobre la vulnerabilidad del territorio y favorece los intereses comunitarios, ya que a partir de la documentación biológica que se presenta, se pueden implementar mecanismos y estrategias de sostenibilidad a partir del turismo”.
El resultado de la investigación arrojó la cuantificación de 71 especies por conteo y de 14 por reconocimiento local. Las familias con más riqueza de especies fueron Tyrannidae (pecho amarillo), Columbidar (palomas), Trochilidae (colibrí o gorrión) y Parulidae (reinita). Además, el 30% de las aves observadas corresponde a una población migratoria.
Durante la actividad se hizo un reconocimiento público a la Asociación Ornitológica de Costa Rica, organización sin fines de lucro, que se aboca al estudio e investigación de las aves silvestres y sus hábitats, que contribuyó con la revisión taxonómica de las especies incluidas en la lista. Fue María Isabel Vargas, una de las investigadoras y autoras de la guía, quien en el 2021 hizo el contacto con la Asociación.
Diálogo de saberes
El director del Idespo, Norman Solórzano, destacó que, desde su fundación, la UNA ha tenido una presencia constante en apoyo al desarrollo sostenible de las islas del golfo de Nicoya, como es el caso de la Isla Caballo. “Nuestra presencia data de la década de los setenta, por medio de una acción sistemática de lo que hoy conocemos como nuestro Programa Interdisciplinario Costero, que ha encontrado casa dentro del Idespo, para potenciar y enriquecer nuestro legado natural”.
El vicerrector de Extensión, Martín Parada, destacó que el conocimiento parte del involucramiento de la Universidad con la sociedad. “Es parte de una cogeneración con las poblaciones que habitan los territorios. Esta guía de aves es producto de esa visión, es una iniciativa que reconoce el trabajo y la integración del estudiante, de su conocimiento y destrezas con respecto a las habilidades académicas”.
“La obra presentada se enmarca en uno de nuestros fines de la UNA como es el ‘diálogo de saberes’, que nos ofrece esa posibilidad de romper el cerco del claustro universitario para entrar en contacto y en un diálogo que genera conocimiento”, enfatizó Solórzano.
La guía es un recorrido pictórico e informativo de la riqueza de especies de aves. Pero va más allá: sus autores dedicaron un espacio para hacer referencia a la Isla Caballo como “la isla más bonita del mundo” y cierra con un mensaje dedicado a “los y las habitantes de Isla Caballo, a quienes están y a quienes vendrán. A las aves del mar y de la tierra. Al pescador y a la pescadora que aprecian la compañía del buchón y la tijereta; y a quien, con alegría, desde su ventana, contempla el carisma de la lora y el afán del gorrión…”.
La guía está disponible, por ahora, en su versión digital, accediendo al sitio: https://repositorio.una.ac.cr/handle/11056/27118