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Archivo de la noticia: Junio 2013


Por los derechos de la víctima de trata de personas

 

Óscar Castro, de la Universidad Iberoamericana, Puebla, México, abogó por un abordaje de la trata de personas desde los derechos humanos, que permita a la víctima recuperar su autonomía y restituir su proyecto de vida.


 

Calificada como la “esclavitud moderna” por la UNICEF y la Organización Internacional de Migraciones (OIM) y conocida como el tercer negocio ilícito más rentable en el mundo, la trata de personas fue analizada, desde la perspectiva de los derechos humanos, por Óscar Castro, director del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría S.J. de la Universidad Iberoamericana, Puebla, México. 

Invitado por el Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO), el Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (INEINA) y el Instituto de Estudios de la Mujer (IEM), el especialista impartió en la Universidad Nacional (UNA) la conferencia  “Retos y desafíos para el abordaje de la trata de personas en la región latinoamericana.  Una perspectiva desde los derechos humanos”, el 5 de junio pasado.

Castro calificó la trata de personas como un problema complejo de derechos humanos, ya que la víctima es despojada de sus derechos básicos, entre ellos, la identidad, la nacionalidad, la libertad y la seguridad.

Al caer en manos de redes de trata de personas, las víctimas son despojadas de sus documentos de identidad y obligadas a prostituirse o a efectuar otros trabajos que lesionan su dignidad. Si se niegan –subrayó el especialista-,  la respuesta que reciben del perpetrador de este delito es agresión brutal.

El académico de la Universidad Iberoamericana afirmó que la lógica del perpetrador es ganar la mayor cantidad de dinero posible, por lo que obliga a la víctima a tener el mayor número de relaciones sexuales, hasta un promedio de 20 o más en una noche.


El especialista abogó por un abordaje de la trata de personas desde la perspectiva de los derechos humanos; es decir, poniendo en el centro a la víctima que está sufriendo y a quien entre más pasa el tiempo, más le cuesta salir de esta situación de esclavitud.


Castro propone que desde el estado e instancias involucradas en el problema se tomen acciones para desactivar ese sistema de explotación y de vulneración de los derechos de la víctima. La idea es generar una dinámica contraria a la explotación, de manera que la víctima logre restituir su identidad, su libertad y su proyecto de vida.