Un informe reciente revela una grave crisis en el sistema de educación secundaria en Costa Rica, que requiere una intervención inmediata para evitar mayores desigualdades y garantizar el futuro académico de miles de estudiantes. El Informe de Auditoría sobre la Eficiencia y Eficacia del Servicio de Educación Secundaria Académica Diurna 2024 presenta una caída en las tasas de aprobación de los estudiantes: pasó del 75,5%, en 2021, al 71,5%, en 2023. Este descenso refleja deficiencias estructurales que han sido ignoradas por años y que afectan directamente la calidad de la educación secundaria.
Entre los problemas identificados, se destacan las desigualdades en el acceso a recursos educativos, que impactan principalmente a los estudiantes de liceos rurales y en condiciones socioeconómicas desfavorecidas. La falta de inversión en infraestructura escolar y tecnología educativa, junto con una escasa capacitación docente—más del 57% de los profesores recibieron menos de 10 horas de formación anual entre 2021 y 2023—agravan la crisis. La consecuencia de estos problemas es clara: estudiantes mal preparados para el mercado laboral y con una formación insuficiente para afrontar los desafíos del futuro.
Para revertir esta situación, el Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide) de la Universidad Nacional (UNA) hace un llamado urgente a adoptar medidas estratégicas. Entre las acciones recomendadas, se incluyen:
· Reformar el currículo para integrar habilidades técnicas y competencias críticas que fomenten el pensamiento analítico.
· Aumentar la inversión en infraestructura y tecnología educativa, especialmente en las zonas rurales.
· Mejorar la capacitación continua de los docentes para asegurar su preparación frente a los retos educativos actuales.
· Fomentar la participación activa de las comunidades en el proceso educativo y asegurar recursos adicionales para estudiantes en situación vulnerable.
El Cide recalca que, sin una intervención estructural y sostenida, la brecha de desigualdad en el acceso a una educación de calidad se ampliará, lo que a largo plazo afectará la cohesión social y el desarrollo económico del país. “La necesidad de transformar el sistema educativo es urgente para asegurar que todos los estudiantes, sin importar su origen o ubicación, tengan las mismas oportunidades de aprendizaje y desarrollo”, mencionó Susana Jiménez Sánchez, vicedecana del Centro.