Una reducción en los ingresos que obtiene el Estado costarricense genera que el superávit primario que ha venido alcanzando el país se haya deteriorado en los primeros ocho meses del 2023, comparado con el mismo periodo del 2022.
Esta, es una de las conclusiones del Análisis de Coyuntura Fiscal a agosto del año 2023 del Observatorio Económico y Social (OES) de la Universidad Nacional (UNA).
El superávit primario contempla la diferencia entre ingresos y gastos totales sin considerar el pago de intereses de la deuda pública. Dicho superávit correspondía a un 1,91% del Producto Interno Bruto (PIB) en los primeros dos cuatrimestres del 2022; sin embargo, el porcentaje se redujo a un 1,39% del PIB en este 2023.
La influencia de la reducción en los ingresos totales afecta la meta de crecimiento del superávit, de acuerdo con el informe. Dichos ingresos pasaron de representar el 10,85% del PIB (agosto 2022) a un 10,03% (agosto 2023).
Uno de los rubros que más afectó la caída en los ingresos correspondió al del impuesto sobre las utilidades (renta). Lo anterior se explica por el pequeño crecimiento nominal de la recaudación de este impuesto en el mes de marzo, durante el cual cerraba el plazo para hacer la liquidación correspondiente al periodo fiscal 2022.
Esa diferencia se percibe en el hecho de que el crecimiento en la recaudación de este tributo fue de un 1,9% este año, mientras que el año anterior fue de hasta un 18,2%.
En el caso de otros impuestos, como el del Impuesto al Valor Agregado y el Selectivo de Consumo, éstos si registran incrementos en los primeros ocho meses de este año, así como el rubro de otros ingresos tributarios.
“En este sentido cabe indicar que el comportamiento de los ingresos tributarios totales muestra una desaceleración importante desde finales del 2022 y que se hizo más marcada en los últimos meses. De continuar ese ritmo, lo que se esperaría sobre todo teniendo en cuenta la importante reducción de ingresos que habrá al final del 2023, como consecuencia del recorte en el impuesto a la propiedad de vehículos, es que el crecimiento de los ingresos tributarios quedaría por debajo del crecimiento del PIB nominal y con eso la carga tributaria se reduciría, lo que iría en sentido contrario a lo esperado por la reforma fiscal del 2018”, reza el informe.
Gasto contenido
La otra cara de la moneda lo muestra el gasto público, que continúa la tendencia de reducción de los últimos meses. Los resultados arrojan un peso menor del gasto con respecto al PIB, al representar un 12,08% en los dos primeros cuatrimestres del 2023 versus un 12,37% del mismo periodo del 2022.
El rubro de remuneraciones es el que decrece de manera más pronunciada al pasar de un 3,81% a un 3,66% de un periodo a otro. La excepción a la norma lo representa el pago de intereses de deuda pública que fue levemente mayor al pasar de 3,41% a un 3,43%.
Aunque el gasto de capital (para la construcción de infraestructura pública) representa un pequeño ajuste al alza sigue siendo una pequeña porción del PIB (0,71%), aunque registra un crecimiento del 12,4% a agosto de este año comparado con el año anterior.
Considerando ese balance entre ingresos y gastos, el Observatorio determina que, en cuanto al resultado financiero, el déficit a agosto del 2023 fue de un 2,04% del PIB, mayor al déficit a agosto del 2022 que fue de un 1,5%.
“El espacio de ajuste por el lado del gasto se estaría acabando, en la medida que el financiamiento de algunos rubros urge de una mayor asignación de recursos, como el caso de la seguridad o los programas de ayudas sociales, a fin de evitar un deterioro social mayor. En este sentido debe evitarse un debilitamiento adicional al sistema tributario, con reducciones adicionales de impuestos, como pasó con el tributo a la propiedad de los vehículos o la pérdida de potestades de la administración tributaria, como sucedió con la reciente reforma al impuesto sobre la renta”, concluye el análisis.