En el 2019, hasta 21 millones de personas tuvieron que dejar sus países de origen, en América Latina, por razones políticas.
Este tipo de desplazamiento atenta contra las garantías en materia de derechos humanos. Conlleva una afectación emocional, a partir del desarraigo forzado que experimenta una persona por su ideología política, ante lo cual se convierte en víctima de persecución por parte del Estado.
El señalamiento de este flagelo fue el punto focal de la exposición que realizó Luis Roniger, titular de la Cátedra Reynolds en Estudios Latinoamericanos y Ciencias Políticas, de Wake Forest University.
“Debemos reconocer que existe una incomprensión del fenómeno del exilio político. No se ha generado la suficiente conciencia del impacto en las identidades personales y colectivas de esta problemática y del desafío que representa para los países receptores de esta población”, explicó Roniger, el pasado 27 de setiembre, durante la conferencia inaugural del I coloquio internacional Exilios, migraciones y memoria en la historia contemporánea de Centroamérica, del Instituto de Estudios Latinoamericanos (Idela) y de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Nacional (UNA).
El tema se aborda en un momento donde las migraciones en la región, en un contexto más amplio, se han acelerado en los últimos meses. El Servicio Nacional de Migración de Panamá reveló que, al 27 de setiembre, 366.039 personas han atravesado el temible Tapón del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá.
Aunque el exiliado político ejerce una migración diferenciada a la persona que lo hace por razones económicas es, como lo indica Roniger, causa de dolor humano para quien lo vive, pues está obligada a abandonar su país de origen, dejando atrás familia, trabajo y todo tipo de conexión social.
Su señalamiento se centra en el hecho de que cada vez es más común que se ejerza el exilio como una forma de presión política que se ha normalizado en la región. Ejemplo de ello es la situación en Nicaragua, país que liberó y exilió a 222 presos políticos en febrero de este año.
El reciente aniversario 50 del derrocamiento del presidente Salvador Allende, en Chile, y la instauración de la dictadura militar en este país, generó también una diáspora de la cual Costa Rica fue uno de los países receptores de ciudadanos chilenos que han hecho grandes aportes a la cultura, entre otras áreas.
“Se dice que las sociedades aprenden de sus errores. Hoy debemos recordar actos terribles que ha cometido la humanidad a lo largo de su historia. Este coloquio es un espacio para convocarnos como seres humanos a combatir el atropello, a trabajar por la paz y a promover la convivencia y la resolución de los conflictos por medio de la negociación”, manifestó Viviana Núñez, decana de la Facultad de Filosofía y Letras.
Para el rector de la UNA, Francisco González Alvarado, se debe pensar desde el optimismo para que en las universidades se articulen voces que levanten la voz frente a esta situación.
“Debemos continuar, desde las universidades, reflexionando sobre estos grandes problemas que nos aquejan como sociedad. Tenemos que hacerlo desde la resistencia, pensando en construir mejores posibilidades y generar los andamiajes que nos permitan transformar realidades odiosas y convertirlas en propuestas consistentes y sostenibles”, indicó el rector González Alvarado.
Expresiones variadas
Durante los días 27, 28 y 29 de setiembre, este I coloquio internacional ofreció perspectivas diferentes sobre el fenómeno migratorio. Incluyó una exposición de afiches por parte de la antropóloga y activista por los derechos humanos, Valeria Varas, sobre el tema de pacificación en Centroamérica en la década 1980-1990. La exposición tiene lugar en la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano, en San José, hasta el 10 de octubre.
La historia de las oleadas de los exilios guatemaltecos, las experiencias del exilio chileno a través del proyecto Voces y rostros y la situación de las mujeres migrantes centroamericanas, en su avanzada hacia Estados Unidos, fueron parte del ciclo de conferencias que tuvieron cabida en el marco de esta actividad.
