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Redes de esperanza tejen el desarrollo en el Golfo

Redes de esperanza tejen el desarrollo en el Golfo

Décadas de trabajo y nuevos modelos productivos, dan como resultado oportunidades para que comunidades del Golfo de Nicoya, en este caso Isla Venado, encuentren nuevas oportunidades para el mejoramiento de su calidad de vida.

“Yo recuerdo en mi niñez y mi juventud, el trabajo que hizo la Universidad Nacional (UNA) en enseñarle a los pescadores nuevas artes de pesca, las mujeres hacían artesanías con paste, proyectos de agricultura y muchos otros, en ese tiempo no había nada, ahora tenemos muchas facilidades: un colegio bonito, una escuela preciosa, dos Ebais y dos canchas de fútbol. No dependemos de la pesca, ahora cultivamos camarones, y queremos ser la organización que más productos pesqueros produce en el país”.

Allan Barrios ya no es aquel niño que veía de lejos la llegada de los funcionarios universitarios a la isla, ahora es presidente de la Cooperativa de Pescadores de Isla Venado y reconoce el trabajo que por casi tres décadas ha desarrollado la Universidad Nacional (UNA) en las comunidades del Golfo de Nicoya, sus palabras reflejan parte de ese trabajo conjunto que, por años, ha permitido responder a necesidades y problemas de estas comunidades costeras.

“La contribución de la UNA es lograr la transformación social en las comunidades, eso pasa por tener iniciativas que se concretan en lo que hemos llamado Modelos de desarrollo territorial, que se pueden implementar a través de la institucionalidad pública. Esto quiere decir que el músculo de la Universidad a través de su Know how, lo que conocemos como el conocimiento especializado o integrado, logra tener soluciones concretas a demandas y necesidades de la comunidad”, detalló Martín Parada, vicerrector de Extensión.

En los primeros años, se dio un impulso al cultivo de ostras, camarones y al turismo rural, en la actualidad, la estrategia de extensión universitaria se basa en el desarrollo de prototipos, que se constituyen en modelos productivos, culturales, educativos y ambientales, basados en las necesidades sociales, a las iniciativas anteriores, se suman la instalación de apiarios, construcciones con bambú, potenciales biojardineras, y espacios para ejercicios de prácticas somáticas, entre otras.

“La fortaleza de la UNA en su trayectoria histórica, es que logró entender que todo se construye alrededor del fortalecimiento del tejido social, eso lo hacen escuelas como la de Planificación y promoción social (PPS) o Sociología, que con sus metodologías, han logrado coorganizar a las comunidades, las granjas marinas por ejemplo, son cooperativas, creadas con la asesoría técnica de la Escuela de Biología y el Parque Marino, pero ha sido fundamental PPS, la transdisciplinariedad transita por estos proyectos y con ellos desarrollamos capacidades humanas”, comentó Parada. 

 

Oportunidades

“Estoy muy interesado en la construcción del bambú, porque aquí es muy difícil trabajar con otros materiales. Es un proyecto en beneficio de la comunidad, porque estamos intentando cambiar nuestra forma de vida, algunos ya no quieren ser pescadores, quieren dedicarse al turismo, y si hay una forma de impactar ecológicamente en esa área sería bueno el apoyo”, dijo Esteban Navarro Villegas, mientras observa con esperanza los “hjitos” de bambú que pronto darán inicio a una plantación, él es quien administra cabinas La Loma, y también es miembro de la Asociación de Isla Venado. 

De acuerdo con Marilyn Rojas, del proyecto Bambú UNA de la Escuela de Ciencias Ambientales (Edeca-UNA), se trabaja en la construcción de un invernadero con bambú para la producción de plantas medicinales y otros productos.  “La principal necesidad de la comunidad es aprender técnicas de construcción con materiales amigables con el ambiente, que a su vez permitan una nueva visión de los servicios turísticos que brindan”.

Una de las iniciativas que ya está en ejecución, es el Sistema de captación de agua de lluvia, impulsado por el Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo-UNA) y coordinado por Roberto Bolívar Barahona, presidente de Asociación de Productores de Verduras y Hortalizas de Isla Venado.

“Quiero agradecer el aporte que se ha hecho para que la isla cuente con un lugar para recaudar agua y que no nos falten las verduras y hortalizas, esto nos garantiza seguridad alimentaria”.

Para Barahona, es fundamental que se invierta en investigación en el mar. “Necesitamos que se cambie el uso que se le da al mar, tenemos una gran belleza que está sobreexplotada, necesitamos que envíen a sus investigadores a otros países, vayan, conozcan, aprendan de otros lugares donde se hace un manejo responsable del recurso marino y tráigannos esas ideas. La UNA ha hecho un gran esfuerzo en transferir el conocimiento desde Heredia y sus sedes. Todo lo que va a ver acá en la isla es 90% parte del trabajo que la Universidad nos enseñó a gestionar, cómo convocar a ministros, a alcaldes, esto es fruto de la Universidad”.

En una visita realizada del 4 al 6 por parte del Consejo Universitario junto al rector y los vicerrectores de Extensión, Investigación y Vida Estudiantil, hubo un recorrido por los proyectos y un espacio para que tanto líderes de la comunidad con autoridades compartieran experiencias y observaciones.

“Desde el Consejo Universitario, hemos venido haciendo un trabajo intenso para garantizar el cumplimiento de las políticas institucionales, estas deben estar acompañadas de un plan de acción y un presupuesto que garantice su ejecución. Estamos comprometidos con la regionalización y con los proyectos en las comunidades. Esta gira nos permite no solo comprender las dinámicas de las políticas, sino ponerle rostro a las decisiones que se toman para acompañar a todos los proyectistas y a las comunidades en la ejecución de los proyectos”, expresó Jeannette Valverde, presidenta del Consejo Universitario.

 Pendientes

Algunos otros miembros como Carolina España y Braulio Sánchez enumeraron algunos pendientes como el vínculo con los graduados y las empresas, así como acercar a tomadores de decisión y estudiantes para sensibilizarlos con estas problemáticas y cuáles pueden ser los aportes.

“La U ha estado durante años donde otras instituciones no han estado. Contamos con recursos limitados, es importante generar un seguimiento para saber a quiénes se está llegando, quiénes han sido las personas beneficiadas, y cómo podemos a partir de la democratización llegar a otros. Los proyectos necesitan generar su propia autonomía, no pueden depender de la Universidad, seguiremos estando aquí, pero tenemos recursos limitados”, comentó Clareth Calderón.

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Décadas de trabajo y nuevos modelos productivos, dan como resultado oportunidades para que comunidades del Golfo de Nicoya, en este caso Isla Venado, encuentren nuevas oportunidades para el mejoramiento de su calidad de vida.

“Yo recuerdo en mi niñez y mi juventud, el trabajo que hizo la Universidad Nacional (UNA) en enseñarle a los pescadores nuevas artes de pesca, las mujeres hacían artesanías con paste, proyectos de agricultura y muchos otros, en ese tiempo no había nada, ahora tenemos muchas facilidades: un colegio bonito, una escuela preciosa, dos Ebais y dos canchas de fútbol. No dependemos de la pesca, ahora cultivamos camarones, y queremos ser la organización que más productos pesqueros produce en el país”.

Allan Barrios ya no es aquel niño que veía de lejos la llegada de los funcionarios universitarios a la isla, ahora es presidente de la Cooperativa de Pescadores de Isla Venado y reconoce el trabajo que por casi tres décadas ha desarrollado la Universidad Nacional (UNA) en las comunidades del Golfo de Nicoya, sus palabras reflejan parte de ese trabajo conjunto que, por años, ha permitido responder a necesidades y problemas de estas comunidades costeras.

“La contribución de la UNA es lograr la transformación social en las comunidades, eso pasa por tener iniciativas que se concretan en lo que hemos llamado Modelos de desarrollo territorial, que se pueden implementar a través de la institucionalidad pública. Esto quiere decir que el músculo de la Universidad a través de su Know how, lo que conocemos como el conocimiento especializado o integrado, logra tener soluciones concretas a demandas y necesidades de la comunidad”, detalló Martín Parada, vicerrector de Extensión.

En los primeros años, se dio un impulso al cultivo de ostras, camarones y al turismo rural, en la actualidad, la estrategia de extensión universitaria se basa en el desarrollo de prototipos, que se constituyen en modelos productivos, culturales, educativos y ambientales, basados en las necesidades sociales, a las iniciativas anteriores, se suman la instalación de apiarios, construcciones con bambú, potenciales biojardineras, y espacios para ejercicios de prácticas somáticas, entre otras.

“La fortaleza de la UNA en su trayectoria histórica, es que logró entender que todo se construye alrededor del fortalecimiento del tejido social, eso lo hacen escuelas como la de Planificación y promoción social (PPS) o Sociología, que con sus metodologías, han logrado coorganizar a las comunidades, las granjas marinas por ejemplo, son cooperativas, creadas con la asesoría técnica de la Escuela de Biología y el Parque Marino, pero ha sido fundamental PPS, la transdisciplinariedad transita por estos proyectos y con ellos desarrollamos capacidades humanas”, comentó Parada. 

 

Oportunidades

“Estoy muy interesado en la construcción del bambú, porque aquí es muy difícil trabajar con otros materiales. Es un proyecto en beneficio de la comunidad, porque estamos intentando cambiar nuestra forma de vida, algunos ya no quieren ser pescadores, quieren dedicarse al turismo, y si hay una forma de impactar ecológicamente en esa área sería bueno el apoyo”, dijo Esteban Navarro Villegas, mientras observa con esperanza los “hjitos” de bambú que pronto darán inicio a una plantación, él es quien administra cabinas La Loma, y también es miembro de la Asociación de Isla Venado. 

De acuerdo con Marilyn Rojas, del proyecto Bambú UNA de la Escuela de Ciencias Ambientales (Edeca-UNA), se trabaja en la construcción de un invernadero con bambú para la producción de plantas medicinales y otros productos.  “La principal necesidad de la comunidad es aprender técnicas de construcción con materiales amigables con el ambiente, que a su vez permitan una nueva visión de los servicios turísticos que brindan”.

Una de las iniciativas que ya está en ejecución, es el Sistema de captación de agua de lluvia, impulsado por el Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo-UNA) y coordinado por Roberto Bolívar Barahona, presidente de Asociación de Productores de Verduras y Hortalizas de Isla Venado.

“Quiero agradecer el aporte que se ha hecho para que la isla cuente con un lugar para recaudar agua y que no nos falten las verduras y hortalizas, esto nos garantiza seguridad alimentaria”.

Para Barahona, es fundamental que se invierta en investigación en el mar. “Necesitamos que se cambie el uso que se le da al mar, tenemos una gran belleza que está sobreexplotada, necesitamos que envíen a sus investigadores a otros países, vayan, conozcan, aprendan de otros lugares donde se hace un manejo responsable del recurso marino y tráigannos esas ideas. La UNA ha hecho un gran esfuerzo en transferir el conocimiento desde Heredia y sus sedes. Todo lo que va a ver acá en la isla es 90% parte del trabajo que la Universidad nos enseñó a gestionar, cómo convocar a ministros, a alcaldes, esto es fruto de la Universidad”.

En una visita realizada del 4 al 6 por parte del Consejo Universitario junto al rector y los vicerrectores de Extensión, Investigación y Vida Estudiantil, hubo un recorrido por los proyectos y un espacio para que tanto líderes de la comunidad con autoridades compartieran experiencias y observaciones.

“Desde el Consejo Universitario, hemos venido haciendo un trabajo intenso para garantizar el cumplimiento de las políticas institucionales, estas deben estar acompañadas de un plan de acción y un presupuesto que garantice su ejecución. Estamos comprometidos con la regionalización y con los proyectos en las comunidades. Esta gira nos permite no solo comprender las dinámicas de las políticas, sino ponerle rostro a las decisiones que se toman para acompañar a todos los proyectistas y a las comunidades en la ejecución de los proyectos”, expresó Jeannette Valverde, presidenta del Consejo Universitario.

 Pendientes

Algunos otros miembros como Carolina España y Braulio Sánchez enumeraron algunos pendientes como el vínculo con los graduados y las empresas, así como acercar a tomadores de decisión y estudiantes para sensibilizarlos con estas problemáticas y cuáles pueden ser los aportes.

“La U ha estado durante años donde otras instituciones no han estado. Contamos con recursos limitados, es importante generar un seguimiento para saber a quiénes se está llegando, quiénes han sido las personas beneficiadas, y cómo podemos a partir de la democratización llegar a otros. Los proyectos necesitan generar su propia autonomía, no pueden depender de la Universidad, seguiremos estando aquí, pero tenemos recursos limitados”, comentó Clareth Calderón.

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