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Créditos y tasas de interés: la realidad costarricense post pandemia

  • Artículo de opinión por Danny Rodríguez Ortiz, estudiante de la Maestría Profesional en Economía del Desarrollo, de la Escuela de Economía, Universidad Nacional.

Adquirir un crédito es en ocasiones una necesidad para los costarricenses ante la falta de recursos para adquirir un bien de contado. No está mal adquirir una deuda para empezar un proyecto personal o para comprar bienes inmuebles como una casa o un terreno, cada persona tiene sus metas y sueños y si está dentro de sus posibilidades, endeudarse para conseguirlo, no es algo negativo desde un punto de vista económico.

Sin embargo, uno de los obstáculos más grandes que están enfrentando las personas ante un posible endeudamiento son las tasas de interés actuales; miles de personas que adquirieron deuda en los últimos años o que están en proceso de adquirirla, están viviendo una pesadilla llamada tasas de interés, esto debido al aumento exponencial que la tasa de política monetaria ha tenido en el último año. La tasa de política monetaria (TPM) es calculada por el Banco Central y es la guía para los intermediaros financieros, esta tasa de política monetaria impacta directamente en la tasa básica pasiva (TBP) y los ajustes que haya en la primera, se reflejan en la segunda aproximadamente seis meses después de aplicados.

La tasa de política monetaria estuvo en niveles estables entre 2020 hasta inicios del 2022 en un 0.75%, su punto más bajo en los últimos 10 años, no obstante, durante mediados del 2022, esta tasa tuvo un aumento exponencial y para marzo del 2023 se ubicó en 9%, medida tomada por el banco central ante los altos niveles de inflación alcanzados durante el año anterior, en donde la inflación interanual en agosto del 2022 fue de 12%, su punto más alto en casi 15 años.

El alza en la tasa de política monetaria descrita anteriormente tuvo un impacto directo en la tasa básica pasiva, pasando en enero de 2022 de 2.9% a 6.73% en mayo del 2023, un nivel no visto desde el 2015, es decir, un aumento de más de un 130%.

Para ponerlo en términos reales y ejemplificar más claramente, una familia que adquirió un crédito hipotecario en el 2022 de 90 millones de colones para la compra de una vivienda de clase media, con una tasa de interés formada por TBP+2pts, en marzo del 2022 pagaba una cuota cercana a 500,000.00 colones, pero para mayo del 2023 esta cuota con las mismas condiciones era alrededor de 720,000.00 colones, es decir, un incremento cercano al 44% en un periodo de 14 meses.

Un estudio realizado por Semanario Universidad en febrero de 2023 confirma lo anteriormente relatado y como los costarricenses se están viendo ahogados por la subida de las tasas de interés que se han presentado en los últimos meses. Leiner Vargas, académico de la Universidad Nacional, hace el llamado a buscar créditos con tasas fijas, aunque se tenga que ahorrar más en la prima.

Las personas que quieran hacer frente a una deuda de este tipo en la actualidad no tienen que lidiar únicamente con los múltiples trámites bancarios, sino que tienen que considerar las altas tasas existentes en la actualidad para poder optar por el crédito, tasas que, si bien es cierto, en periodos prepandemia han estado en niveles similares, el contexto y la realidad actual es muy diferente a esos años, y presenta retos distintos para la población costarricense.

A julio del 2023, una luz en el horizonte empieza a asomarse, el Banco Central ha bajado la TPM a un 7% y la tasa básica pasiva se encuentra en un 6.14%, su punto más bajo en lo que va del año y, se espera que siga bajando. Existen discusiones al respecto sobre si el BCCR debe bajar más o no la tasa de política monetaria, considerando los niveles de inflación al mes de Julio de 2023, lo cual traería consigo una reducción de las tasas en los intermediarios financieros, sin embargo, esto trae consigo otros efectos en la inflación y el tipo de cambio.  El Banco Central debe velar por cumplir sus objetivos establecidos en su ley orgánica y velar por el control de la inflación, y pese a que la inflación interanual a julio de 2023 se encuentra en -1.03%, la inflación en la canasta básica sigue siendo alta, impactando a la población.

El Banco Central tiene enfrente la disyuntiva, por un lado, las altas tasas están ahogando a las personas que cuentan con créditos y están obstaculizando que más personas puedan optar por estos, pero, por otro lado, la inflación y el tipo de cambio siguen en la mira para que no suban abruptamente como lo hicieron en el 2022. Se debe encontrar un consenso en donde se pueda alcanzar un bienestar deseado para la mayoría de la población y en donde se afecte lo menos posible a la clase baja y media del país que es quien sufre mayoritariamente los impactos económicos de la política monetaria del país.

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