Sin la labor polinizadora de las abejas que permiten la reproducción de semillas y frutas, la existencia del ser humano sería una misión imposible. La crianza y reproducción de este insecto es la función primordial de la apicultura, una actividad que incide directamente en el desarrollo sostenible.
Se trata de uno de los proyectos de extensión que la Universidad Nacional (UNA) implementó en este 2023. El estudiante de la maestría en Apicultura Tropical del Centro de Investigaciones Apícolas Tropicales (CINAT), Emmanuel Miranda, tuvo a su cargo la iniciativa que desarrolló en el Colegio Técnico Profesional de Orotina.
Su objetivo fue el de fortalecer las capacidades de estudiantes, apicultores y personas encargadas de la enseñanza y acompañamiento técnico, con el fin de promover el manejo sostenible y la conservación de las abejas melíferas en la zona de Orotina.
“En un principio pensábamos hacer una base de ‘formador de formadores’ y enseñarles a profesores. Pero tuvimos una muy buena acogida de la iniciativa y en lugar de ocho participantes que proyectamos al inicio tuvimos a 28 personas entre apicultores, estudiantes y profesores encargados de las áreas académicas de producción animal”, confesó con mucho orgullo Emmanuel.
Además de la capacitación en sí, el proyecto contempló la facilitación y acceso a recursos y herramientas para los apicultores, el establecimiento de redes de apoyo y colaboración, así como la promoción de prácticas sostenibles en la materia.
Este es uno de los 49 proyectos que la Vicerrectoría de Extensión impulsó este año en el marco del Fondo de Fortalecimiento de las Capacidades Estudiantiles (FOCAES) “Soy Extensionista UNA”. En una actividad que se realizó en la sala de Exrectores de la biblioteca Joaquín García Monge, el pasado 21 de noviembre, se hizo un reconocimiento a la participación estudiantil en dichos proyectos.
Además del proyecto de apicultura, la estudiante Franciny Torres expuso la iniciativa para la promoción de la organización participativa del Comité Comunal de Emergencia, para la reducción de riesgos por eventos naturales en el Valle de la Estrella, en Limón.
También, las estudiantes Cristel Fonseca y Tiffany Martínez, presentaron el proyecto de sensibilización en temas socioambientales y gestión de riesgo, mediante la articulación de organizaciones comunitarias e instituciones en Puerto Viejo y Manzanillo, en Limón.
Contacto con la realidad
La académica de la Vicerrectoría de Extensión, Ana Gabriela Gamboa, indicó que hasta 80 personas estudiantes participaron de la experiencia extensionista en este 2023, en los 49 proyectos enlistados. Ellos y ellas están matriculados en 26 carreras diferentes de la Universidad.
“Sabemos que ese esfuerzo que se hace desde la extensión nos marca, es ese ADN que vamos teniendo las personas que participamos en estos procesos. Ha sido todo un reto porque son más estudiantes los que participan, y esa puerta que se ha abierto, nos hace pensar que debemos mejorar las formas en cómo estamos llegando a las comunidades”, indicó Gamboa.
Del total de proyectos, detalló la académica, 34 se relacionan con programas, proyectos y actividades de extensión, además de 11 prácticas profesionales supervisadas y cuatro proyectos finales en modalidad de graduación.
Uno de los aspectos que resaltó es que para el 2024 el objetivo es profundizar en el concepto de procesos multidisciplinarios, donde estudiantes de distintas carreras se reúnen en torno a un objetivo. Ocurre actualmente en casos por ejemplo donde carreras como Danza y Orientación e Inglés y Administración de Oficinas desarrollan trabajos conjuntos.
El vicerrector de Extensión, Martín Parada remarcó la diferenciación que hace la extensión, con respecto a las otras dos áreas sustantivas de la UNA: la docencia y la investigación.
Desde su visión, es fundamental que el estudiantado quebrante modelos tradicionales de enseñanza y pueda confrontar la teoría de lo que aprende en las aulas universitarias con la puesta en práctica, algo que justamente se logra con la extensión.
“El zapatero aprende a hacer bien su trabajo en el taller. Lo mismo el sastre y el agricultor. Entonces la extensión universitaria no es más que el contacto de la persona académica y del estudiantado con la realidad. La única fuente de transformación social es la que no acepta la realidad estática ni lineal”, enfatizó el vicerrector Parada Gómez.
La actividad concluyó con una entrega de reconocimientos a los estudiantes participantes de los proyectos de extensión al amparo de FOCAES y como una forma de incentivar entre la población estudiantil universitaria el deseo de vinculación con las comunidades y con las iniciativas de desarrollo que aporten a una mayor calidad de vida de sus habitantes.
