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Archivo de la noticia: Junio 2014


La cosecha del maestro

 

20 años han pasado desde que Alexandr Sklioutovsky llegó a Costa Rica, donde encontró tierra fértil para desarrollar el talento de jóvenes pianistas que cosechan aplausos alrededor del mundo.


 

Un buen día Alexandr Sklioutovsky salió de su natal ciudad Frunce en la ex Unión Soviética, para asistir a la boda de su hija en un país pequeñito  que no sabía tan siquiera ubicar en el mapa. 20 años después, esa tierra que le recibió un 21 de enero de 1994, le rinde homenaje por su amplia trayectoria en la formación de jóvenes talentos en la ejecución del piano.

“Cuando llegué a Costa Rica no sabía hablar español, lo aprendí poco a poco en las paradas de buses y en las calles, ustedes son muy  conversadores, tal vez en otro país no hubiera podido aprender de la gente”.

Su hija vive ahora con su esposo y cuatro hijos en Virginia, Estados Unidos, pero el abuelo se quedó aquí, haciendo lo que por 25 años hizo en su país. “Allá era profesor universitario y trabajaba en la Academia Nacional de Música, donde también preparábamos a estudiantes para los concursos”.

Ser pianista no era su sueño, fue su madre quien  decidió que él sería pianista. “Mi madre sabía lo que yo quería ser en verdad. Mi primera presentación como solista fue a los 13 años y con orquesta a los 14, había presentaciones todos los días, allá se toca más por obligación que por pasión. Aquí me di cuenta de que no podía combinar ser un pianista concertista y un profesor; escogí la docencia”.

Junto a su esposa empezó a trabajar en la Universidad Nacional en 1995, pronto se dieron cuenta que era necesario crear un proceso con niños pequeños, de ahí surgió la idea de crear el Instituto Superior de Arte que pretendía formar pianistas concertistas en Costa Rica, los primeros ganadores de concursos internacionales vivieron en 1998.

“En el 2000 firmamos un convenio entre la UNA y el Instituto, que se convirtió es una simbiosis de éxito, donde la Universidad abre las puertas a los estudiantes y el Instituto los apoya con más horas de docencia y aulas disponibles para la práctica".


Para Sklioutovski la base del éxito es el trabajo en equipo. “Los estudiantes no son de un solo profesor, tiene ocho profesores que trabajan en desarrollar su talento. Son docentes que pensamos de una manera similar y que hemos consolidado un maravilloso equipo. También el convenio entre la Universidad y el Instituto es fundamental, porque las distintas autoridades han creído en lo que hacemos y nos han apoyado”.


Rusia, Estados Unidos, Francia, Rumania, Lituania y Polonia entre otros, han sido los países que le han visto alcanzar junto a sus alumnos cerca de 400 premios  y para e 2013, ya eran 122 los alumnos graduados.


Confiesa que antes de que alguno de sus alumnos salga al escenario, prefiere sentarse en el lugar más alto del teatro y observar. Confía en el talento y lo confirmar con la ola de aplausos que se desencadenan al final de la presentación.


“Amo la música, mi vida es enseñar. Dice un filósofo que escojas un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar en tu vida; yo escogí la música y nunca vengo a trabajar, porque cada día disfruto más lo que hago, me apasiona, soy feliz y lo seguiré haciendo por mucho tiempo más”.


Sklioutovski recibió un homenaje en el acto oficial de inauguración del Festival Internacional de las Artes 2014, a este catedrático de la Escuela de Música de la UNA, se le reconoció su labor como formador de jóvenes pianistas, quienes han triunfado a nivel nacional e internacional.


En este acto se presentaron los jóvenes pianistas, Daniel Chen Wang, de 10 años de edad, y Josué González Aguilar, estudiantes del Programa Preuniversitario de Formación Musical de la Escuela de Música. González cursa actualmente estudios de especialización en piano en el Instituto "P.I. Tchaikovsky" de Moscú, Rusia.