-
Con un promedio de notas de 9.74, Giorgina Escudero, estudiante de Pedagogía en I y II ciclos del CIDE, recibió en Chiriquí, Panamá, el Premio Excelencia Académica Rubén Darío, otorgado por el Consejo de Representantes de Vida Estudiantil (CONREVE) del CSUCA a los mejores estudiantes de universidades públicas centroamericanas.
Giorgina Escudero, quien obtuvo el Premio Excelencia Académica Rubén Darío 2007 en representación de la Universidad Nacional (UNA), ha logrado un promedio de notas de 9.74 durante sus tres primeros años en la carrera Pedagogía en I y II ciclos, que cursa en la División de Educación Básica del Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE).
Vecina de San Pedro de Barva y orgullosa hija única de una luchadora madre jefa de hogar, Giorgina ve en el premio recibido un reconocimiento al esfuerzo que realiza por ser cada vez mejor. “Mi punto de referencia soy yo; yo soy la meta a superar”, confiesa esta joven de 21 años, quien el próximo año iniciará la licenciatura en el campo de la educación básica.
Y es que esta destacada estudiante es muy consciente de que la educación es una profesión muy seria, donde un error puede marcar para siempre la vida de los alumnos. Es por eso que su meta, como profesional, es que sus clases se conviertan en un espacio de aprendizaje significativo, no rutinario, donde los escolares disfruten y se formen como seres humanos integrales y críticos.
Giorgina, quien se desempeña como estudiante-asistente en el Programa de Intercambio de la Vicerrectoría de Vida Estudiantil y como vocal de la junta directiva de la Asociación de Estudiantes de Educación Básica del CIDE, recibió el Premio Rubén Darío junto a los mejores promedios de las universidades públicas de Centroamérica, el pasado 10 de julio, en un acto oficial celebrado en la Universidad Autónoma de Chiriquí (UNACHI), en Panamá.
El premio Excelencia Académica Ruben Darío es otorgado por el Consejo de Representantes de Vida Estudiantil (CONREVE) del Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA).
La joven se mostró muy satisfecha con la convivencia experimentada en Chiriquí con el grupo de estudiantes centroamericanos, quienes lograron una gran integración y empatía. Los jóvenes –quienes convivieron con los chiricanos hasta el 13 de julio- recibieron un pergamino y una medalla, que les acredita como los mejores estudiantes universitarios del istmo.
