Al celebrar el Día mundial sin tabaco, autoridades universitarias sellaron el compromiso de la UNA con la salud pública y el aire puro, al develar una placa que acredita oficialmente a la Institución como espacio libre del humo del cigarrillo.
La Universidad Nacional (UNA) se convirtió en la primera institución de educación superior en declarar sus instalaciones totalmente libres del humo del cigarrillo, según acuerdo reciente del Consejo Universitario. Esta declaratoria quedó sellada el 31 de mayo con la develación de placas alusivas, como parte de la celebración del Día mundial sin tabaco.
La ceremonia inició con un acto protocolario, donde participaron Francisco González, vicerrector académico, Nelly Obando, vicerrectora de Vida Estudiantil, Luis Sandí, representante del IAFA, Edgar Vargas, coordinador de la Comisión UNA-IAFA, y Braulio Sánchez, subdirector de la Escuela de Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida.
De seguido, se procedió a develar la placa que acredita a la Universidad, oficialmente, como espacio libre del humo del cigarrillo. Se ubicará una placa en cada entrada de la UNA.
Entre las actividades efectuadas se presentó la Marimba UNA, hubo cimarrona y mascaradas, juegos recreativos, un taller de jazz y puestos informativos. Además, se hizo énfasis en el trabajo de la Clínica de Cesación del Fumado, la cual es gratuita tanto para funcionarios como alumnos, y constituye una forma de apoyo para quienes quieran dejar de fumar.
La estudiante Paola Solano, estudiante de sociología, alabó la declaratoria y el evento en general: “La gente que no fuma tiene su derecho y no queremos ser fumadores pasivos”.
La Institución, como parte de su compromiso social, se ha sumado a los esfuerzos de declaratorias nacionales e internacionales para proteger a los no fumadores.“Un gran paso en la preservación de la vida humana”, mencionó Francisco González, vicerrector académico.
La UNA, junto al Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), elaboró una serie de estrategias para reducir el tabaco. La iniciativa obedece a la preocupación por la salud de las personas, ya que las primeras causas de muerte tienen que ver con enfermedades cardiovasculares y respiratorias, donde el tabaco se convierte en protagonista.
La solicitud de que la UNA fuera definitivamente una entidad libre de humo, que culminó con la declaratoria por parte del Consejo Universitario, fue realizada por la Escuela de Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida.
