El rector Alberto Salom y la rectora adjunta Ana María Hernández presentaron el informe de rendición de cuentas de esta gestión para el periodo comprendido entre enero y diciembre de 2017.
Con la consigna de promover la transparencia, rendición de cuentas y la probidad, los cuales se constituyen en principios rectores del quehacer de la Universidad Nacional (UNA), el pasado 28 de mayo se presentó el informe de rendición de cuentas de la Rectoría, para el periodo comprendido entre enero y diciembre de 2017. La presentación estuvo a cargo de Alberto Salom, rector de la UNA y Ana María Hernández, rectora Adjunta.
Dicho informe se acompañó, de otro denominado: informe de seguimiento al Plan de Mediano Plazo Institucional (PMPI) 2017-2021, comprendido de enero a diciembre 2017, en el que se integró el de rendición cuentas de la rectoría, con lo actuado por las facultades, centros y sedes y sección regional y en donde se brindaron indicadores de avance anual y quinquenal de la planificación estratégica institucional.
En cuanto a su estructura, el documento de rendición de cuentas se compuso de cinco ejes temáticos: universidad pertinente, transformadora y sustentable, universidad dialógica e interconectada, formación humanista del estudiantado, gestión flexible y simple desconcentrada y convivencia universitaria sinérgica.
Mediante este ejercicio se evidenciaron las acciones que se cumplieron en concordancia con a planificación estratégica institucional, así como las metas y actividades, en donde los avances no fueron los esperados.
De las palabras a los hechos
Alberto Salom, rector de la UNA, comentó que la UNA es la única universidad en América y Centroamérica que tiene estampado en su estatuto orgánico, que obliga a rendir cuentas, que dista mucho de un informe de labores que generalmente resulta autocomplaciente, en dónde se reconocen los avances, pero se omiten las dificultades.
Agregó que el logro más importante fue el avance en la conformación de seis comunidades epistémicas al cierre del 2107: gestión del riesgo y el cambio climático, epistemologías del Sur, observatorio de la enseñanza –aprendizaje de las ciencia exactas y naturales, niñez y adolescencia, interculturalidad, red de investigación transdisciplinaria científica y humanistas heterodoxias.
Salom indicó que en el campo de la edificaciones se logró consolidar el desarrollo de una infraestructura, una parte financiada con recursos del Banco Mundial, pero otra no menos importante, realizada con recursos propios como lo será el centro de convenciones que arranco las obras en el 2017. “Esto dejará a la UNA infraestructura muy importante, porque será otra universidad”.
El rector aseveró que al mismo tiempo se logró un avance significativo en el tema de becas, especialmente en las zonas rurales, en donde se tiene el 78% de la población becada, lo que representa un enorme desafío. “En la región Brunca, la tercera parte del presupuesto con que se cuenta es para las becas de los estudiantes; eso no es poca cosa y sin embargo la zona sigue proyectándose como una región sólida desde distintos puntos de vista académicos”.
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