El pasado martes 24 de abril, la UNA realizó el lanzamiento de las “comunidades epistémicas”, a través de las cuales busca construir conocimiento colectivamente para aportar a la solución de problemas sociales.
Aportar en la solución de problemas sociales mediante la construcción colectiva de nuevos conocimientos es el objetivo de las “comunidades epistémicas”, que presentó oficialmente la Universidad Nacional (UNA), el pasado martes 24 de abril a partir de las 9 a.m., en la Sala de Exrectores de la Biblioteca Joaquín García Monge, en el Campus Omar Dengo.
Personal académico y administrativo, estudiantes, representantes de organizaciones de la sociedad civil y de instituciones públicas y privadas, reunidos por una temática común, comparten entre ellos sus saberes -más allá de las disciplinas- en cada una de las comunidades epistémicas, donde se busca construir nuevos conocimientos que impacten la práctica social e incidan en la política pública.
Actualmente, la UNA cuenta con siete comunidades epistémicas formalizadas: Gestión del riesgo y cambio climático, Niñez y adolescencia, Interculturalidad, Pueblos indígenas y buen vivir, Epistemologías del sur, el Observatorio de la enseñanza aprendizaje de las ciencias exactas y naturales y la Red de investigación Transdisciplinaria Científica y Humanista Heterodoxias. Otras están en proceso de conformación.
Para Anamaría Hernández Barrantes, coordinadora de las Comunidades Epistémicas y asesora de la Rectoría Adjunta, el resultado del trabajo de las comunidades epistémicas permite cumplir con dos de las tareas fundamentales de las universidades: producir conocimiento y establecer diálogo con la sociedad para el aporte en la solución problemas sociales.
Como parte de presentación oficial de las comunidades epistémicas se ofrecerá la conferencia: “Institucionalización de la investigación inter y transdisciplinaria: algunas experiencias de desarrollo”, a cargo de la Dra. Bianca Vienni, de la Universidad de Leuphana (Lüneburg-Alemania).
El rector de la UNA Alberto Salom convocó a la comunidad académica a auto organizarse en comunidades epistémicas, en aras de hacer posible una práctica transformadora y liberadora, generadora de conocimientos y potenciadoras del diálogo universidad-sociedad.
