Tan indispensable como el uso del calzado, la camisa o la blusa, el pantalón o la enagua en las personas, así también debe calificarse a la mascarilla, la nueva prenda de vestir que deberá ser por tiempo indefinido parte de nuestro atuendo diario; y no por tendencia de alguna pasarela, sino por el criterio de especialistas en salud pública, que miran con preocupación el relajamiento de las medidas sanitarias en un momento epidemiológico de suma fragilidad.
Juan José Romero, epidemiólogo de la Universidad Nacional (UNA) comentó que de hecho la mascarilla debe ser parte de la vestimenta diaria de las personas por tiempo indefinido, sobre todo cuando se está en espacios públicos o ambientes cerrados con escasa ventilación natural. “La posibilidad de estar en espacios compartidos no debe limitar la necesidad de autoprotegerse y cuidar a los demás; por esa razón, de ahora en adelante la mascarilla seguirá siendo parte de nuestra vestimenta, más allá del incremento en las tasas de vacunación”, explicó Romero.
El epidemiólogo resaltó que, si bien el gobierno de la República ha brindado a las personas la posibilidad de salir y movilizar la economía, debido a la disminución de casos nuevos, reducción personas hospitalizadas y fallecidas por covid-19, el escenario que se refleja pareciera ser muy atractivo. De no tomarse las previsiones adecuadas y si la población se excede en ciertas libertades, como obviar los protocolos sanitarios y en especial el uso de la mascarilla, a finales de diciembre e inicios del 2022, podrían presentarse una serie de rebrotes, ya que el país aún se encuentra inmerso en un momento epidemiológico vulnerable.
