En la actualidad la Universidad Nacional (UNA) cuenta con dos sedes regionales, la Sede Regional Chorotega, con sus Campus Liberia y Nicoya y la Sede Regional Brunca con su Campus Pérez Zeledón y Coto, así como la Sección Regional Huetar Norte y Caribe, el Campus Sarapiquí, las cuales desarrollan una serie de proyectos de investigación, extensión y docencia en beneficio de las poblaciones más vulnerables de la región.
Asimismo, se cuenta en Guanacaste con dos centros especializados, uno en recurso hídrico, ubicado en el Campus Liberia, denominado Centro de Recursos Hídricos para Centroamérica y el Caribe (Hidrocec) y otro en el Campus Nicoya, enfocado en temas desarrollo sostenible, conocido como el Centro Mesoamericano de Desarrollo Sostenible del Trópico Seco (Cemede), así como el programa de formación musical de la Escuela de Música Sinfónica de Pérez Zeledón, en el Campus Pérez Zeledón y el proyecto de la Escuela de Música, en el Campus Sarapiquí.
Algunas actividades realizadas por las sedes en las regiones
Sede Regional Chorotega.
Recientemente, un equipo de investigadores de Hidrocec realizaron un muestreo de agua y sedimentos en diferentes puntos de los ríos Abangares y Santa Lucía, en Abangares, atendiendo la solicitud de colaboración y apoyo científico de la dirección del Área de Conservación Arenal Tempisque (ACAT-SINAC), con el objetivo de tener mayor criterio para la investigación en el caso relacionado con la ruptura de una pila de lixiviados de lama minera y la posible contaminación que afectó a gran cantidad de peces, camarones y otros organismos acuáticos.
En esta investigación es de suma importancia contar con resultados de análisis de metales tóxicos y parámetros fisicoquímicos medidos en campo, no sólo por el impacto ambiental ocasionado, sino por el posible impacto que pueda haber en actividades socioeconómicas, principalmente en el sector del Golfo de Nicoya, donde ha habido gran preocupación por los posibles efectos que este evento pueda tener en la actualidad y en el futuro en este lugar tan importante para la actividad pesquera de nuestro país.
A la vez, el Cemede, mediante el proyecto Nimbu III, logró llevar el agua potable a las poblaciones de isla Caballo y playa Brasilito que les permite no solo atender sus necesidades básicas sino mejorar la atención de servicios como salud y turismo.
Este logro se alcanzó tras la acogida, por parte de las comunidades, a la iniciativa Acceso, disponibilidad y uso sustentable del agua potable por medio de la implementación de un sistema de agua de lluvia (SCALL), NIMBU III”, ejecutado por la Sede Región Chorotega de la Universidad Nacional (UNA), con el acompañamiento del Centro Mesoamericano de Desarrollo Sostenible del Trópico Seco (Cemede) y el Centro de Recursos Hídricos para Centroamérica y el Caribe (Hidrocec).
Adolfo Salinas, responsable del proyecto Nimbu en el Campus Nicoya, explicó que el sistema se basa en la captura de agua de lluvia, a través del techo del módulo. El líquido se conduce a tres tanques de 5000 litros c/u como reservorios, donde se almacena, tras haber pasado por un clorinador de pastillas que le inyecta el elemento al agua en su recorrido, después pasa a dos filtros compuestos por carbón activado y grava, que atrapan las impurezas en suspensión y al final es sometida a una cámara de rayos ultravioleta, que elimina bacterias y otros agentes antes de ser purificada.
Sede Regional Brunca
Uno de los programas de mayor impacto en la región Brunca es la Escuela de Música Sinfónica, proyecto que dio sus primeros pasos en 1983 y en su transitar ha estado llena de éxitos dentro y fuera del país. Quizá su mayor logro ha sido la instrucción musical a más de 1000 niños y jóvenes. Pero, la influencia es aún mayor: más de 30 ex alumnos estudian música profesionalmente en universidades nacionales.
Cuenta con 250 alumnos, 24 profesores, 10 conjuntos sinfónicos (Banda Elemental, Banda Sinfónica, Banda Inicial, Big Band Junior, Big Band Senior, Camerata, Orquesta Infantil, Orquesta Intermedia, Orquesta Inicial A, Orquesta Inicial B) además de otros grupos y talleres de distintos niveles que comprenden la actividad académico musical. Tras 20 años de haber estado en el centro de San Isidro del General, la Escuela de Música Sinfónica trasladó sus instalaciones al Campus de la UNA, en Pérez Zeledón, desde el 2014, a un edificio apto para la enseñanza de la música.
Sección regional Huetar Norte y Caribe
La pandemia no fue obstáculo para que el Campus Sarapiquí de la UNA desarrollará las artes musicales desde las aulas y hacia las comunidades vecinas, mediante el proyecto de la Escuela de Música de Sarapiquí, iniciativa de extensión que nació en 2011, con el fin de crear espacios culturales para los niños y jóvenes de la región, mediante la enseñanza de la música de forma sistemática y formal.
En la actualidad la escuela de música la integran 115 estudiantes, 80 en la comunidad de La Victoria y 35 en Puerto Viejo de Sarapiquí, niños y jóvenes que reciben clases de forma semanal, con materias teóricas y de instrumento, entre los que destacan clases de lectura musical, coro, guitarra como instrumento principal o instrumento complementario, piano, saxofón, percusión, flauta traversa, clarinete y próximamente la formación del ensamble de vientos.
Marco Redondo, director de la escuela de música de Sarapiquí, indicó que este esfuerzo se hizo realidad gracias a la articulación entre el Campus Sarapiquí de la UNA y la Municipalidad de Sarapiquí. En ambas instituciones existen sinergias de valores y objetivos que permiten abrir un espacio de cooperación mutua en diversas áreas, tales como capacitación, transferencia de conocimiento y amplitud de sus áreas de acción.
Desde su creación se ha orientado hacia la niñez, la adolescencia, la familia, la comunidad y organizaciones sociales, como un espacio cultural para la formación musical de calidad y el surgimiento de nuevos valores en el campo de la música.
