*Dr. Roberto Jiménez Gómez
La economía costarricense ha creado pocas opciones para impulsar emprendimientos, proyectos productivos en el territorio y crear las condiciones para que las organizaciones puedan desarrollar actividades económicas con suficientes posibilidades de éxito.
Dentro de los ingredientes fundamentales para que las comunidades y los emprendedores puedan mejorar y transformar sus proyectos está la innovación social (IS).
La IS se puede definir como un proceso de interacción social que aprovecha las tecnologías de información de un conjunto de actores interesados, y tiene como propósito resolver una necesidad insatisfecha en forma positiva, innovadora y sostenible, generando un proceso transformador (no necesariamente disruptivo) en su entorno y en los involucrados.
La innovación social surge cuando las demandas de los diferentes grupos sociales, entre ellos las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), o sectores de la economía social y solidaria (ESS), son mayores a la provisión que puede brindar la sociedad, el sector público o privado. Entonces, se crea una insatisfacción total o parcial.
Ante la ausencia de acciones públicas y de un mercado imperfecto, estos sectores deben replantear, buscar opciones y nuevas formas; en fin, innovar sus proyectos individuales o colectivos.
La IS busca transformar la sociedad mediante procesos más participativos, democráticos e innovadores, en donde se propicien soluciones a los problemas diversos de las comunidades, pequeños productores y actores sociales. Trata de apoyar procesos y de mejorar la cohesión social y el desarrollo del capital social, para que se pueda dar respuesta a las necesidades sociales; además, procura crear condiciones para el desarrollo de emprendimientos que propicien la equidad y las oportunidades.
El enfoque socioecológico de la IS plantea que las innovaciones sociales tienen la capacidad de cambiar las instituciones que crearon el problema que busca resolverse. La participación social y empoderamiento de la sociedad ofrece resiliencia y transformación.
La perspectiva de inclusión de la IS se vincula con los cambios hacia una gobernanza más democrática y con mayor justicia social. Una gestión empresarial adecuada parte “de abajo hacia arriba”, y requiere además de condiciones óptimas, tiempo, recursos y capacidades.
Las tendencias futuras de la IS darán más énfasis al proceso en donde el involucramiento, el empoderamiento y el trabajo de los diferentes grupos sociales es esencial para la sostenibilidad y el cambio. La IS surge del trabajo y visión conjunta de personas y organizaciones y tiene expresiones muy concretas:
- Organización creativa, para proveer servicios diferenciados a segmentos de la población, en donde se aglutinan recursos, capacidades, voluntades de colectivos comunales para proveer servicios o productos que individualmente no sería posible.
- Utilización de diferentes medios tecnológicos y redes sociales para comunicarse, generar interacciones, propuestas, soluciones y promoción de productos a nuevos mercados (este aspecto ha sido muy estudiado en Europa).
- Programas de formación de organizaciones de productores usando y aplicando las tecnologías de la información.
- Desarrollo de redes de cooperación con nuevas gobernanzas y actores para el logro de mayor capacidad productiva y de posicionamiento en mercados justos.
- Planes de mejora de la educación a diferentes sectores y escolaridades, mediante métodos inclusivos e innovadores.
- Alianzas de sectores productivos en la cadena de valor de la ESS para propiciar servicios y productos sostenibles, accesibles y a precios justos.
Estas y otras acciones inimaginables de la IS pueden convertirse en soluciones a proyectos para mejorar el bienestar de las comunidades en el territorio
*El autor es investigador del Programa Sectores Productivos y Desarrollo (SEPRODES), de la Escuela de Economía, de la Universidad Nacional.
