Apenas 12 municipalidades de todo el país cuentan con un sistema centralizado de compostaje, con un terreno adaptado para la recepción y tratamiento de residuos orgánicos y con capacidad para recolectar lo que se genera en sus cantones.
Así lo manifestó Susy Lobo, responsable del área de Gestión Integral de Residuos Sólidos (ACEPSA), quien participó en la mesa redonda Retos de la gestión integral de residuos sólidos en Costa Rica, a cargo del programa Horizontes Ambientales del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo).
El compostaje es un proceso natural en el que la materia orgánica (como la comida que se desecha) se descompone en un material llamado compost, el cual se puede reutilizar y aprovechar como fertilizante natural para plantas y jardines.
Al referirse a un sistema centralizado, Lobo mencionó la posibilidad de que los gobiernos locales cuenten con una ubicación y un terreno abierto donde se pueda recibir los residuos, y donde exista personal dedicado a su tratamiento y cronogramas periódicos de visitas. Estos son los casos de los cantones de Alvarado, Grecia, Jiménez, Monteverde, Naranjo, Palmares, Pérez Zeledón, San Isidro, Tilarán, Turrialba y Coto Brus; es decir, solo uno de ellos se ubica dentro de la gran área metropolitana (GAM).
La mayoría de estos cantones lograron levantar sus propios sistemas con el financiamiento de la cooperación internacional. Es el caso, por ejemplo, de Pérez Zeledón, el que, de acuerdo con Lobo, procesa hasta 375 toneladas de residuos al mes.
“Sabemos que contar con un sistema es lo ideal, pero no es sencillo. Se debe pensar en el sitio, en los permisos y tener los recursos. Lo otro es que los gobiernos locales se han enfocado tradicionalmemnte en que recojamos y enterremos, ese ha sido el paradigma que hemos manejado como país durante años”, manifestó la representante de ACEPSA.
Uno de los avances catalogados como positivos por Lobo, durante su presentación, es que en 40 cantones (un 45% del total de municipios del país) existen sistemas de compostaje in situ, que se ubican en los propios hogares o comercios. Nueve de diez cantones de la provincia de Heredia cuentan con sistemas así, mientras que en San José se reportan 11, en Cartago ocho, Alajuela y Puntarenas cuatro, Limón tres y Guanacaste en dos.
La importancia de avanzar con sistema de compostaje radica también en la necesidad de reducir la presión que vive actualmente el país por la carencia de rellenos sanitarios o de parques ambientales. Además, permite tomar previsiones en el caso de los que ya pronto cumplirán su vida útil, como es el caso del Parque de Tecnología Ambiental Uruka, que recibe residuos de la GAM.
Retos por considerar
Olga Segura, coordinadora del área de Planificación de Gestión Integral de Residuos y Economía Circular del Ministerio de Salud, indicó que un hito dentro de este esfuerzo por concientizar acerca del adecuado manejo de los residuos fue la entrada en vigor de la ley 8.839 para la gestión integral de residuos, desde 2010 y luego de la Política Nacional para la Gestión Integral de Residuos 2023-2028.
Estos avances en la normativa se ven acompañados de retos que enfrenta el país, como el asociado con el crecimiento de las actividades económicas y de la población en sí, que van a generar más residuos. También influye una infraestructura limitada, con demandas insatisfechas en la recolección, transporte y disposición.
De igual manera, la experta acusa que falta trecho por avanzar en cuanto a la conciencia ciudadana del impacto que tiene no hacer un tratamiento óptimo y que pueda provocar afectaciones sobre mantos acuíferos, en la calidad de los suelos y en toda la biodiversidad.
“Cada ciudadano tiene el reto de actuar con responsabilidad, separar adecuadamente sus residuos y reducir el consumo innecesario. A veces nos ocurre que tenemos comportamientos ambientales en nuestras casas diferentes a los de las oficinas donde trabajamos o lugares de estudio o viceversa. ¡Nos transformamos! Y es entonces cuando debemos hacer un esfuerzo colectivo e individual para ser parejos en nuestros hábitos”, indicó Segura.
De acuerdo con datos aportados durante su presentación, los residuos orgánicos que se generan en los hogares representan entre un 50% y un 60% de todos los residuos ordinarios. “También los sectores productivos se enfrentan al reto empresarial de diseñar procesos más limpios, reducir su impacto ambiental e implementar modelos de economía circular”, apuntó.
Aunque desde el 2016 existe una estrategia nacional sobre separación de residuos, considera que las municipalidades deben promover su ejecución “porque algunas lo hacen y otras no”. Al mismo tiempo, hizo un llamado para que exista una mayor colaboración entre la academia y el sector público y privado que permita un avance en estos retos.
Ampliar las posibilidades de financiamiento, actualizar el marco normativo, incorporar nuevas tecnologías en el tratamiento de residuos e implementar programas de capacitación técnica, son parte de las acciones que deberían ejecutarse con urgencia.
Lilliana Abarca, académica del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) y Olman Mora de la contraloría ambiental del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) también hicieron una valoración sobre los impactos de la generación de residuos en el sector de la construcción. Abarca señaló que en proyectos constructivos existen aguas residuales, ruido excesivo, riesgos para la salud y residuos que rondan entre un 40% y un 50% de los materiales empleados.
Para hacer el cálculo anterior, existe un índice de generación de residuos por metro cuadrado (m2) de construcción. Por ejemplo, en una edificación de 100 metros cuadrados, el índice de generación es de 168 kilogramos por m2, lo que demuestra su impacto.
El objetivo de la mesa redonda fue abrir una discusión sobre un tema ambiental de gran trascendencia, según lo indicó el director del Idespo, Norman Solórzano. “Hoy por hoy, hablar de estos temas representa un deber. Atravesamos una situación país que nos convoca hacia una serie de desafíos a los cuales cada uno de nosotros debe contribuir en su solución”, destacó.
Este evento se enmarcó dentro las celebraciones de los 50 años del Idespo que se cumplen en este 2025 y que promoverá a lo largo del año una serie de actividades relacionadas con la labor de los programas a cargo del Instituto.