Si Fanon viviera hoy, quizás volvería a morir. Sus ideales de emancipación chocarían de frente con una realidad que su propia hija, Mireille, describe como “la fábrica del goce mortal”.
Sus ojos están puestos en Ciudad de Gaza, donde el horror no se disfraza, se retrata con crudeza y hasta con la parsimonia de algunos. En sus palabras trata de rebobinar el legado de su padre quien en este 2025 (el pasado 20 de julio) cumplió 100 años de su nacimiento. Un siglo después de su llegada al mundo, sus luchas siguen inconclusas.
Hasta la Universidad Nacional (UNA) resonó el centenario de su nacimiento con una serie de conferencias que se llevaron a cabo entre el 17 y el 19 de setiembre. El acto inaugural fue en el auditorio Clodomiro Picado Twight, coordinado por la Escuela de Filosofía y la cátedra Enrique Dussel, de la Facultad de Filosofía y Letras.
Leer a Frantz Fanon es una oda a la descolonización estructural y al declive de las narrativas hegemónicas. Bajo esa premisa, se enlistó en el Frente de Liberación Nacional (FLN) que comandó la lucha de la independencia de Argelia, excolonia francesa, y que se alcanzó en 1962 con los Acuerdos de Evian, un año después de su fallecimiento a causa de una leucemia.
Fanon, nacido en Martinica, fue psiquiatra de formación, aunque con un amplio “debate interno crítico”, expresó el académico puertorriqueño Nelson Maldonado, presente en la conferencia, al referirse al fundamento filosófico y social que abrazó el pensamiento y los dictados de sus obras.
En plena lucha en Argelia puso a disposición sus conocimientos en psiquiatría para atender a las víctimas directas y colaterales del conflicto. Aquella vivencia le permitió adentrarse en las huellas que el colonialismo deja en las vidas de las personas que lo sufren, retratadas en su obra Los condenados de la tierra, que contó con un prefacio del filósofo francés Jean Paul Sartre.
En sus escritos, Fanon combatió la alienación social, cultural, política y psicológica. Vinculaba el acto colonizador con efectos psiquiátricos severos en las personas, producto de la opresión. Afirmaba que la entronización del racismo obligaba a quienes lo padecían a utilizar “máscaras” impuestas por la cultura blanca, para sobrevivir.
Una lucha al presente
Mireille Fanon Mendes es activista en derechos humanos y presidenta de la Fondation Frantz Fanon. Desde su perspectiva, el mundo actual aqueja las mismas problemáticas sociales y políticas que en algún momento su padre denunciara y combatiera. “Los gobiernos de hoy matan la esperanza a cambio de un goce inmediato por el capitalismo racista y liberal. Los gobernantes están pasando por el prisma del narcisismo en un mundo que ataca todo cuanto se le ponga enfrente para obstaculizar el acceso al poder”, admitió.
No ocultó, de esta manera, los calificativos para llamar genocidio, las acciones emprendidas por Israel en Gaza, en su lucha por destruir al grupo islamista Hamás.
Sus declaraciones se dan en un contexto en el que la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre los territorios palestinos ocupados, grupo establecido por el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) determinó como genocidio las acciones israelíes.
Esta situación ha acrecentado las presiones internacionales en contra de Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, para que detenga las acciones militares que han cobrado la vida de más de 65 mil personas (muchos de ellos niños), tras los ataques perpetrados por Hamás el 7 de octubre de 2023.
A pesar de ello, Mireille Fanon denuncia la complicidad de lo que califica como el apartheid de Gaza, de muchos países que han comenzado a manifestar su posición a favor de la existencia de dos Estados (Israel y Palestina), hasta cuando la cantidad de muertos por los ataques y la hambruna que azota a la población comenzaron a evidenciarse.
“Ningún pueblo humanitario puede desviar sus ojos ante la destrucción que estamos viendo y frente a un mundo que reclama democracia. Los corresponsables de este genocidio utilizan la muerte como arma para gobernar”, manifestó Fanon, al tiempo que criticó la desagregación racial que plantea la propuesta de Donald Trump, de expulsar a los palestinos y establecer una “Riviera” en Gaza.
Aludiendo a Frantz Fanon, agregó que la “compra de Palestina es la colonización de los cuerpos” y que parte de un sistema capitalista mortífero que se ve en otras regionales del planeta, como en Haití, donde asegura que la ayuda humanitaria que se ha recibido debe ser cuestionada, en virtud de otros intereses hegemónicos que se implantan en la isla caribeña.
Del vacío al resurgimiento
La vitalidad de los apostolados de Frantz Fanon en la década de los setenta del siglo pasado, transcurrió hacia tiempos de olvido en los años siguientes, hasta que comenzó a revitalizarse desde 1990, tras la caída del Muro de Berlín y de la Unión Soviética. Para Nelson Maldonado, esto refuerza que el legado de Fanon no se debe leer en “línea recta”, sino a la luz de los acontecimientos que han surgido.
El despertar de grupos campesinos, indígenas y afrodescendientes en América Latina dieron un avivamiento al discurso de Fanon en aquella década, alimentado por la indignación de las celebraciones por el 500 aniversario del llamado encuentro de dos mundos, “no de descubrimiento, sino de colonización”, destacó Maldonado.
Para este filósofo, docente de la Universidad Connectitud-Storrs, para traer a las aulas a Fanon en este 2025 se debe pensar y apostar por un movimiento decolonial, una intolerancia frente a la deshumanización, dejar de lado la objetividad y optar por la combatividad ante estos desafíos.
Para la decana de la Facultad de Filosofía y Letras, Viviana Núñez, la descolonización, la identidad y la igualdad de los pueblos evidencia que la filosofía tiene la misión de incomodar y acompañar los procesos de liberación individual y colectivo, “porque filosofar no es solo tarea de especialistas, es un modo de pensar críticamente”.
La rectora adjunta de la UNA, Alejandra Gamboa, resaltó que son las universidades los espacios adecuados donde estos diálogos se deben plantear. “Fanon entendió que la educación auténtica debe ser humanizadora. Esta premisa adquiere particular relevancia cuando asumimos el compromiso de formar profesionales que no solo dominen técnicas y conocimientos, sino que desarrollen una conciencia crítica sobre su papel transformador en la sociedad”.
Además de la Facultad, coorganizaron el evento la Universal Negro Improvment Association and African Communities League (UNIA), la African Descent Development Foundation, Contranarrativas, la Municipalidad de Limón y la Fondation Frantz Fanon.