La Semana Universitaria 2025 de la Universidad Nacional (UNA) presentó el X informe del Estado de la Educación, que expone una crisis estructural en el sistema educativo costarricense. El análisis reveló un deterioro sin precedentes en la calidad de los aprendizajes, una fuerte caída de la inversión pública en los últimos 40 años y una gestión ministerial caracterizada por decisiones sin sustento técnico.
El informe señala que el 96% de los estudiantes de colegios públicos se ubica en los niveles más bajos en matemáticas, según las pruebas PISA, y que la capacidad de lectura de jóvenes de 15 años equivale a la de un niño de tercer grado. Además, la inversión educativa como porcentaje del PIB muestra la peor reducción de las últimas cuatro décadas, que afecta becas, infraestructura, salarios docentes y programas de equidad.
“Costa Rica enfrenta una crisis educativa profunda. No solo hay una caída en los aprendizajes, también la educación está perdiendo el valor público que históricamente sostuvo el desarrollo del país”, afirmó Isabel Román Vega, coordinadora del informe.
El diagnóstico atribuye el deterioro a tres factores principales: rezagos históricos sin resolver, un “apagón educativo” entre 2018 y 2022 causado por huelgas y la pandemia, y una gestión ministerial errática en los últimos años. Entre las decisiones señaladas se encuentran la eliminación de programas de nivelación, la ruptura del convenio con la Fundación Omar Dengo en informática educativa y la exclusión de contenidos clave en educación sexual.
El impacto financiero se refleja en una menor cobertura de becas para jóvenes en pobreza, un freno al crecimiento de los colegios técnicos, salarios docentes estancados desde 2013 y una inversión universitaria por estudiante que hoy es similar a la de hace dos décadas.
Durante el conversatorio Reconstruyamos la educación pública, estudiantes, académicos y representantes de la sociedad civil recordaron la necesidad de un pacto nacional. Josué Cambronero, presidente del Movimiento Estudiantil de Secundaria, advirtió: “Si no escuchan nuestra voz, vamos a tener que salir a la calle”.
Por su parte, el exministro de educación Leonardo Garnier comparó la situación actual con la crisis de los años 80: “Aquella fue la generación perdida. Hoy, con los recortes, corremos el riesgo de reabrir esas brechas de inequidad”.
El informe propone seis ejes estratégicos para enfrentar la crisis: recuperar de manera progresiva la inversión educativa con metas costeadas, combatir la “pobreza de aprendizajes” mediante una mejor mediación docente, reformar la evaluación nacional con una agencia autónoma, fortalecer la rectoría del Consejo Superior de Educación, potenciar redes de gestión local en los centros educativos y aumentar el logro universitario de la población joven al 50% en una década.
“Hay que hablar, hay que decir lo que está pasando en educación. Si no alzamos la voz, seguiremos de accidente en accidente”, señaló Garnier durante el debate.
El llamado final de los panelistas fue claro: construir un acuerdo nacional que trascienda los ciclos políticos, defienda la educación pública como pilar democrático y movilice a la sociedad para transformar la evidencia en políticas efectivas.