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“Hoy son otras mascarillas las que nos detienen el aliento”

Los 565 estudiantes de las carreras de la Facultad de Ciencias Sociales que ocuparon una de las sillas del auditorio Cora Ferro Calabrese, en su acto de graduación, iniciaron sus estudios en medio de una pandemia que aisló las relaciones humanas y pospuso las actividades presenciales. Ahora, ellos y ellas reciben su título habiendo dejado aquel episodio que atrapó al mundo entero y del que ahora se recuerdan las lecciones aprendidas.

Uno de los elementos distintivos de la pandemia fue el uso de las mascarillas, para evitar la propagación del virus causante de la covid-19. Sin embargo, para el vicedecano de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional (UNA), Guillermo Acuña, hoy son otro tipo de mascarillas las que cortan el aliento de seres humanos que urgen esperanzas.

“Transitamos por sociedades conflictuadas por la guerra, el genocidio, la barbarie, la xenofobia, el odio exacerbado hacia los otros. En el caso de Costa Rica nos enfrentamos al tercer año consecutivo en el que alcanzamos cifras históricas de homicidios y femicidios”, apuntó el académico.

Esas son las nuevas mascarillas que no permiten el desarrollo humano pleno de las sociedades y es la lucha a la que están llamados los graduados de todas las carreras por evitar la propagación de estos síntomas, pero principalmente en aquellos cuya formación en ciencias sociales los debe invitar a la acción directa para dar un golpe de timón en un entorno convulso.

El acto de graduación en sí, que se realizó en dos turnos (uno en la mañana y el otro en la tarde, del pasado 13 de noviembre), representa una forma de afirmar que el país “puede creer en su gente”, por medio de la educación, manifestó Luis Alejandro Barrantes, quien compartió frente a los graduandos su mensaje como representante de la Federación de Estudiantes de la UNA (Feuna). 

Sombras en el entorno

El vicedecano de Ciencias Sociales dedicó su mensaje a alertar a las nuevas generaciones de profesionales sobre dos problemáticas con las que lidia la sociedad hoy: la instalación del autoritarismo y el debilitamiento de la educación.

“Hemos entrado, de acuerdo con el último informe del Estado de la Educación, en una crisis que nos ha devuelto 40 años en la historia. En razón de ello y de este contexto que ustedes y yo vivimos, me voy a permitir hacer una nota al pie de página en medio de este evento: sean seres humanos”, enfatizó.

Además de los conocimientos técnicos y científicos que los más de 500 graduados de ciencias sociales acumularon tras años de esfuerzo, Acuña considera que los profesionales del presente y del futuro tienen también un compromiso fuerte con la honestidad, la confianza y el vínculo.

“Sean honestos con el otro. No le mientan, no lo utilicen, no lo mancillen en su dignidad. Si les es posible activar este escudo, habrán ganado integridad, sabiduría y reconocimiento. Esto busca que la gente les recuerde por su humanidad, no por lo contrario”, refirió, frente a un auditorio repleto de estudiantes, padres de familia y allegados que llegaron a acompañarlos en su momento culmen.

Impacto social

La decana de la Facultad de Ciencias Sociales, Marta Sánchez, hizo el cálculo de cómo, con los 174 graduados de la ceremonia de la tarde, se podría impactar hasta 800 personas, si se consideran núcleos familiares conformados por cuatro personas. “Y eso sin contar a sus propias comunidades, porque nuestra población estudiantil proviene de todos los rincones del país”, manifestó.

Sin embargo, estima que desde las propias casas de enseñanza superior se debe ser autocrítico frente a los retos del sistema. Ejemplo de ello es la necesidad de que la cobertura en educación universitaria se amplíe y se brinde a la sociedad más profesionales con el perfil acorde a las necesidades de las distintas regiones, y que de esta manera se contribuya a cerrar las brechas de la desigualdad social y económica.

“Nuestra misión como universidad estará incompleta si nos convertimos en puente de una sola vía. Debemos garantizar que los profesionales formados vuelvan a sus comunidades, a sus regiones, a iniciar, continuar o coadyuvar con los procesos de transformación social”, agregó la decana.

De acuerdo con datos ofrecidos en su discurso, en 51 años, esta Facultad ha graduado a más de 31 mil personas. Ahora, hace un llamado para que los nuevos graduados, logren, a partir de su esfuerzo individual y colectivo, abrir el camino para que nuevas generaciones tengan la oportunidad de formarse en una universidad.

La Facultad está compuesta por las escuelas de Administración, Economía, Historia, Planificación y Promoción Social, Psicología, Relaciones Internacionales, Secretariado Profesional y Sociología, además del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) y el Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo).

Entre el 4 y el 21 de noviembre la UNA hizo entrega en todas sus sedes de 1.450 títulos correspondientes al segundo ciclo de 2025. En total, este año se graduaron 3.798 personas de las distintas carreras que ofrece la universidad. Historias de superación, perservarancia frente a diferentes obstáculos y de la ayuda que se brindó por medio de ayudas socioeconómicas, principalmente a estudiantes de zonas rurales, fueron parte de las historias que acompañaron a los nuevos profesionales.

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