En un contexto geopolítico plagado de incertidumbres y amenazas constantes, estudiantes de la Escuela de Relaciones Internacionales (RI) consideran fundamental desarrollar un marco regulatorio internacional que guíe la implementación segura de la Inteligencia Artificial (IA) en las instalaciones nucleares a nivel mundial.
Esta preocupación fue externada en una de las resoluciones que adoptaron los estudiantes, durante la simulación que llevó a cabo este año la Escuela, de una conferencia de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA).
El marco regulatorio propuesto establece evaluaciones de seguridad y análisis de riesgos asociados al uso de la IA, protocolos para la protección contra ciberataques y procedimientos de auditoría y monitoreo. Incluso “recomienda la creación de un Comité Internacional especializado que supervise el uso ético de la Inteligencia artificial en la energía nuclear”, indica la resolución.
La simulación es una actividad académica diseñada para fortalecer las habilidades y competencias del estudiantado. Se basa en tres pilares que orientan su contenido: la gobernanza, el liderazgo y la aplicación de las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
“Nos aporta muchísimo en liderazgo porque tenemos que aprender a trabajar en equipo y también a ser responsables en muchas tareas. La Escuela de Relaciones Internacionales nos da esta oportunidad de tener un acercamiento al mundo laboral que debemos aprovechar”, indicó Raquel Badilla, estudiante de tercer año de la carrera y Directora de Comunicación de la actividad.
Junto con el tema de la IA y su vinculación con la energía nuclear, la edición 2024 de esta simulación abarcó también otros dos temas: el uso de esta herramienta para combatir el cambio climático y la inestabilidad nuclear en Oriente Medio, justo cuando se cumplió este mes un año desde la escalada en el conflicto militar en esta región.
El Tratado de No Proliferación Nuclear, en vigor desde 1970, ha representado un compromiso para que los Estados poseedores de armas nucleares eviten la propagación de la industria armamentística. Sin embargo, a raíz del conflicto en Oriente Medio, en estos últimos días se ha hablado del interés de Irán por desarrollar un arsenal nuclear para combatir un eventual ataque de Israel.
Los estudiantes que fueron parte de la Plenaria desempeñaron el rol de gobernadores de cada sesión. Es así como aprobaron una resolución que incentivó a los Estados miembros a avanzar hacia la transición de fuentes renovables de energía, como el hidrógeno verde y a establecer fondos de cooperación accesibles a países en vías de desarrollo.
Una tercera resolución propugnó aumentar el suministro de ayuda humanitaria a Medio Oriente, en especial a refugiados sirios, palestinos y yemeníes y a establecer programas de inclusión económica y social.
“Todos estos son temas actuales y que nos conciernen a todos. El cambio climático nos está afectando y nuestra intención fue analizar cómo la energía atómica puede ser una herramienta para lidiar contra esta problemática”, manifestó María Camila Rocha, estudiante de tercer año y coordinadora general.
Coherencia académica
La simulación se llevó a cabo el 9 y 10 de octubre en el auditorio Cora Ferro Calabrese del Centro Universitario Emilia Prieto Tugores. El equipo operativo y de apoyo estuvo conformado por 30 estudiantes de la Escuela RI.
En total, la participación fue de 200 estudiantes y docentes. De parte de la UNA, asistieron estudiantes del campus Omar Dengo y del campus Liberia, de la Sede Regional Chorotega, así como de la Universidad Latina.
También, hubo participación del Liceo de Costa Rica, el Cindea Alberto Manuel Brenes Mora, los colegios humanísticos del campus Omar Dengo y el campus Coto, el complejo educativo bilingüe Nueva Esperanza y el Blue Valley School.
“Es una experiencia gratificante porque trabajamos las etapas de planificación, ejecución y evaluación, de manera que entre nosotros mismos podamos obtener una realimentación y ver de qué manera mejoramos la dinámica”, manifestó Mauro Martínez, estudiante de cuarto año y director de Metodología en la simulación.
Durante los dos días de la actividad, y de acuerdo con los roles asumidos por cada persona, se creó un entorno inmersivo que busca ser un reflejo de lo que sería una sesión de la OIEA. Para esta ocasión, se innovó con una situación de crisis inesperada para los participantes. El auditorio encendió sus alarmas, las luces principales se apagaron y una voz desde las pantallas alertaba de la situación de riesgo. No hubo tiempo para más. Los equipos tuvieron que dialogar entre sí y activar los mecanismos de negociación para afrontar la crisis.
Para la académica de la escuela RI, Kristy Crawford, coordinadora del proyecto, la realización de este tipo de actividades refuerza una necesidad de ser coherentes entre las ideas y las acciones. “Si reconocemos que la juventud es el presente y el futuro en la toma de decisiones y la transformación social, es necesario crear mecanismos que fortalezcan sus liderazgos y les ayuden a desarrollar las habilidades para generar un impacto en su entorno”.