En el diseño de la ruta turística de Bolsón de Santa Cruz se incluye el antiguo puerto de cabotaje Ballena, donde antaño las embarcaciones surcaban las aguas desde este lugar hasta Puntarenas. Foto Cristian Chaves
Cristian Chaves Jaén para UNA COMUNICA
En el distrito de Bolsón de Santa Cruz de Guanacaste, donde antaño las embarcaciones surcaban las aguas del antiguo puerto de cabotaje (Puerto Ballena), hoy se escribe una nueva historia de desarrollo comunitario: un proyecto de turismo activo, ejecutado en colaboración con la Universidad Nacional (UNA), que busca revitalizar la oferta turística mediante el rescate del patrimonio cultural y natural local.
El proyecto, denominado Turismo activo para el aprovechamiento de los recursos locales, se encuentra en su tercer y último año de ejecución. Si bien ha incluido componentes esenciales como capacitaciones en prácticas ambientales e idioma inglés para mejorar la atención al turista internacional, el corazón de la iniciativa es la revalorización de la identidad cultural de Bolsón y Ortega.
Con alma de pueblo
El diseño de la Ruta Turística Esencia de Bolsón va más allá del recorrido; es un viaje sensorial que conecta a los visitantes con la historia viva de la comunidad, sus tradiciones y su entorno.
“Hemos estado realizando algunos proyectitos con el profesor Andrés y estudiantes de la carrera de Turismo y de Ciencias Ambientales de la UNA. Se ha aprendido mucho para mejorar las prácticas tanto en el área de turismo como en la ambiental”, relata Ileana Fonseca, presidenta de la Asociación de Desarrollo Integral (ADI) de Bolsón.
La ruta incorpora la arquitectura local, las historias del antiguo puerto y los componentes naturales, para ofrecer una visión integral del lugar. Asimismo, se diseñó un producto turístico cultural específico para el Rancho Los Coyotes, en la comunidad de Ortega, para potenciar, con una narrativa única, un atractivo local.
José Andrés Barrantes, académico del Campus Nicoya de la UNA y coordinador del proyecto, explicó que con esta iniciativa se busca “diversificar el producto turístico de la zona, para transformar la dinámica de la actividad, generar mayor motivación y que la gente tenga una justificación de estar más tiempo en el lugar”. Este primer paso—agregó—irá acompañado de otras acciones, como el desarrollo de una oferta de hospedaje y el acompañamiento técnico para fortalecer habilidades como el inglés y las buenas prácticas turísticas.
Artesanía, historia y museo
El compromiso cultural se extiende con el apoyo a los portadores de tradición. El proyecto ha brindado asistencia a las artesanas que elaboran y venden souvenirs de jícaro y semillas, para lo que se les ha capacitado en el área de ventas.
Pero uno de los sueños más ambiciosos que germina con el apoyo universitario es la creación de un museo histórico en Bolsón, por haber sido un puerto de la ruta de cabotaje con el que se busca recatar esa historia.
La sinergia entre la academia, las asociaciones de desarrollo y los comités locales ha sido fundamental. Organizaciones como la ADI de Bolsón, el Comité del Corredor Biológico Jabirú, la Asociación de la Laguna y las Mujeres del Maíz se han beneficiado directamente de estas intervenciones, que han capacitado a unas 50 personas.