Please ensure Javascript is enabled for purposes of website accessibility

A 60 años de la erupción del volcán Irazú

“La erupción del volcán Irazú en 1963 ha sido la más catastrófica para Costa Rica, desde el punto de vista económico y social”, recalcó Jorge Barquero, vulcanólogo y miembro fundador del Ovsicori-UNA.

El 09 de agosto de 1962 un fuerte retumbo y una gran columna de vapor marcaron el inicio de lo que sería un nuevo ciclo eruptivo en el cráter principal del volcán Irazú; precisamente, siete meses después, pasada la 1:00 pm del 13 de marzo de 1963, una enorme nube de ceniza que se apreciaba desde distintos puntos del Valle Central anunciaba que el macizo del Irazú había entrado en erupción, periodo que se extendería hasta 1965.

Seis décadas después, Jorge Barquero, vulcanólogo y miembro fundador del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica de la Universidad Nacional (Ovsicori-UNA), quien desde 1977 escudriña las entrañas del Irazú, explicó que de aquel 13 de marzo en adelante el volcán varió su actividad a erupciones estrombolianas, es decir una erupción volcánica explosiva que alterna periodos de gran actividad con otros de calma.

Barquero detalló que hasta marzo de 1965 el volcán Irazú, también conocido como el “Coloso”, hizo constantes explosiones de materiales piroclásticos, donde bloques y bombas cayeron en los alrededores del cráter, además la ceniza cubrió la cima y laderas del edificio volcánico, mientras el viento la trasladó por diferentes partes del país, incluso hasta la frontera con Nicaragua y el Caribe costarricense.

“A partir del día de la erupción se incrementó la caída de ceniza, por lo que los habitantes de la zona norte del volcán, junto con mascotas y ganado fueron trasladados al sur, a San Juan de Chicuá. Los años siguientes el volcán fue reduciendo poco a poco su actividad eruptiva; sin embargo, continuaba la lluvia de ceniza afectando al sector agrícola y ganadero”, agregó Barquero.

En uno de sus textos sobre el volcán Irazú, Barquero menciona que en San José era tal la cantidad de ceniza que las personas se cubrían la cabeza con pañuelos y sombrillas, al punto que la Municipalidad de San José debió comprar barredoras mecánicas para limpiar las calles.

El experto indicó que Llano Grande de Cartago fue una de las poblaciones que recibió el mayor impacto del periodo eruptivo del Irazú con fuertes repercusiones en la economía de sus habitantes, sobre todo en sus cultivos, por lo que muchas personas debieron de variar de actividad económica para subsistir, mientras que otros abandonaron el lugar para rehacer su vida en otro sitio.

La tragedia del Reventado

Barquero explicó que de 1963 a 1965 la provincia de Cartago fue afectada por los lahares, un tipo de avalancha que arrastra materiales producidos por la actividad volcánica, donde la ceniza acumulada en la ladera del volcán se lava por las lluvias ocasionando este tipo de avalanchas en quebradas y ríos.

Precisamente, la más conocida de estas avalanchas fue la del río Reventado, ocurrida la noche del 9 y madrugada del 10 de diciembre de 1963, la cual impactó Taras de Cartago, lo que hoy se conoce como Los Diques, donde el río a su paso destruyó cerca de 300 viviendas, fábricas como pinturas Kativo, carreteras, puentes y la vía del tren al Caribe de Costa Rica.

El vulcanólogo subrayó que de diciembre de 1963 a enero de 1964 fue el periodo de mayor caída de ceniza en la capital. No obstante, debido a la dirección de los vientos Cartago fue la menos afectada por la ceniza, pero sí por los lahares, los cuales aún se pueden apreciar en terrenos de Taras y barrio El Carmen.

Mayor tecnología

Barquero enfatizó que de ocurrir una erupción volcánica en la actualidad, a diferencia de 1963 el país está más preparado en el campo de la vulcanología, pues cuenta con tecnología, diversas estaciones sísmicas, se hace investigación y se vigilan los volcanes, para así determinar con exactitud los cambios en su actividad y alertar a la población.

Para el miembro fundador de Oviscori-UNA, la gran pregunta es si el país tiene la capacidad para proteger sus equipos tecnológicos, atender la elevada flotilla vehicular, concientizar a la población sobre las medidas a tomar ante la lluvia de ceniza y si podrá sostenerse la economía turística tras el cierre de aeropuertos.

Actividad histórica del coloso

De la época colonial se conoce el relato de Diego de la Haya Fernández, el cual narra que el 16 de febrero de 1723, a las tres de la tarde, se observó una columna oscura sobre la cima del volcán y que el viento había trasladado ceniza hasta Curridabat y Barba. Además que las cenizas continuaron tres días más y el 20 de febrero se sintieron varios temblores y el día 21 cayó ceniza en Cartago.

En honor al gobernador, el cráter que estuvo activo ese año se conoce como “Cráter Diego de la Haya·, ubicado al este del cráter principal, el cual a la fecha no reporta actividad.

En mayo de 1726 tembló en varias ocasiones y hasta hubo erupciones de materiales piroclásticos. Del siglo XIX existen reportes de erupciones de bloques, bombas y ceniza en 1821, 1822, 1842, 1844, 1847 y 1864, así como reportes de actividad fumarólica.

Ya en el siglo XX existen informes de periodos más intensos en la actividad del coloso del Irazú entre 1917 y 1965.

Irazú en detalle

La Cordillera Volcánica Central de Costa Rica se encuentra formada por los volcanes Poás, Barba, Irazú y Turrialba.

El volcán Irazú es el más alto del país con una altura de 3.432 msnm

Es un estratovolcán, (edificio formado por lavas y material piroclástico)

Es conocido como el Coloso

Está conformado por el cráter principal, playa hermosa, cráter Diego de la Haya y la pared oeste.

 

 

 

Breves

Febrero 28, 2024

Campamento exitoso

Febrero 15, 2024

¡Son bienvenidos!

Diciembre 06, 2023

LA UNA por los océanos

Diciembre 05, 2023

Noches de ópera

Septiembre 29, 2023

¡Conversemos sobre salud!

Agosto 07, 2023

III Edición EDA Expo

Mayo 03, 2023

¡Vamos a la UNA!

Marzo 22, 2023

Justicia curricular