El pasado 5 de noviembre, se inauguró el XVI Simposio Internacional de la Red Internacional de Estudios Generales (RIDEG), un espacio que reúne a especialistas de América Latina y el Caribe para reflexionar sobre los desafíos contemporáneos de la educación superior desde una mirada humanista, interdisciplinaria y crítica.
La apertura tuvo lugar en el Auditorio Clodomiro Picado, donde autoridades universitarias, delegaciones internacionales y estudiantes se reunieron para celebrar un encuentro que, según sus organizadores, es hoy más necesario que nunca.
La coordinadora del simposio, Helen Marenco, destacó que este encuentro no solo es académico, sino ético y político. En sus palabras, el evento busca “repensar el sentido del humanismo en el mundo contemporáneo y su papel en la educación superior latinoamericana”.
Recordó además que este simposio nació de un sueño colectivo gestado en Perú en 2024, cuando se propuso que Costa Rica fuera sede del diálogo continental sobre humanismo, creatividad e interdisciplina. “Hoy ese sueño es una realidad compartida”, comentó.
Durante la inauguración, Marenco resaltó el espíritu que sostiene a la red: “La RIDEG representa una alianza ética y humanista en defensa de la educación que forme personas críticas, sensibles y comprometidas con la vida”.
Jorge Herrera Murillo, rector de la UNA, recordó que la RIDEG nació a inicios del siglo XXI para reafirmar que la educación superior debe formar personas integrales capaces de comprender la complejidad del mundo.
“Los Estudios Generales son el corazón de esa misión; un espacio donde convergen las ciencias, las artes, la filosofía y la vida cotidiana, donde el conocimiento se vuelve diálogo y el aula se convierte en comunidad”, indicó.
Herrera insistió en la urgencia de un nuevo humanismo, “uno que dialogue con la ciencia y la tecnología sin subordinarse a ellas, que reconozca la interdependencia ecológica y social que sostiene la vida, que promueva la justicia, la equidad y la dignidad de todas las personas. El futuro de la educación superior será humanista o no será”.
Jaime Mora Arias, decano del Centro de Estudios Generales, reconoció el trabajo de la red, recordando que la RIDEG cumple 16 años de labor ininterrumpida.
Además, destacó el esfuerzo de cada edición para profundizar en problemas contemporáneos y fortalecer los vínculos entre universidades hermanas. “Estamos ante un evento inolvidable… Costa Rica es un país que ofrece un espacio hospitalario y propicio para esta celebración”, expresó.

Programa diverso
El primer día incluyó la conferencia inaugural “Lectura del mundo que se derrumba”, a cargo de Florentino Pérez Pérez, así como intervenciones artísticas del Grupo Danza Folclórica Barbac-UNA y Teatro Sewak-UNA.

A lo largo de las jornadas, se desarrollaron más de 60 ponencias y talleres, entre ellas: Pensar y repensar la estructura organizativa de los Estudios Generales; Diseño e implementación de un mentor reflexivo de IA generativa; Narrativas humanistas en movimiento: story telling digital, y Transformación comunitaria a través del arte entre otras.
El programa también abordó temas como sostenibilidad, violencia y nuevo orden mundial, identidad latinoamericana, interdisciplina artística, ética del conocimiento, IA en la educación y experiencias de extensión universitaria en territorios rurales.
En su intervención, Marenco recordó que la red es más que una estructura institucional: “La RIDEG es una comunidad de saberes y esperanzas… una reserva moral y cultural para nuestra generación latinoamericana”.
Ese espíritu también fue retomado por Herrera, quien afirmó que la educación humanista es un acto de compromiso con el presente y el futuro: “Educar es un acto ético, político y poético… un acto de amor y de valentía”.
Con la presencia de delegaciones de México, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Chile, Honduras y Costa Rica, el XVI Simposio de la RIDEG se consolidó como un espacio de reflexión y cooperación académica que apuesta por una educación que atienda la complejidad del presente sin renunciar a la dignidad humana.
El llamado de este encuentro quedó resumido en una de las frases más citada por las autoridades durante la inauguración: “La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo”, de Paulo Freire.