María Teresa Toribio Brittes Lemos, de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro, Brasil, amiga y colega de Darcy Ribeiro, recibió la distinción que le hizo la UNA, de manos de Jeannette Valverde Chaves, presidenta del Consejo Universitario, y Francisco González Alvarado, rector de la UNA. Foto Víctor Barrantes
El Consejo Universitario de la Universidad Nacional (UNA) otorgó, este 24 de agosto, el Doctorado Honoris Causa, in memoriam, al profesor y pensador latinoamericano Darcy Ribeiro . En representación del intelectual, la distinción la recibió María Teresa Toribio Brittes Lemos, de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro, Brasil, amiga y colega del extinto erudito.
Ribeiro, reconocido como el fundador de la filosofía latinoamericana de “universidad necesaria”, ha sido referente para la Universidad Nacional. En su propuesta filosofía se inspiró Benjamín Núñez Vargas, primer rector de la UNA, para la creación y funcionamiento de esta universidad. Tras la invitación de Núñez, Ribeiro visitó Costa Rica en 1973, con el fin de compartir el proyecto de creación de la Universidad Nacional y consensuaron ideas sobre el modelo de Universidad Necesaria, según destacó Jeannette Valverde, en la lectura del acuerdo.
Ribeiro fue, además, un prolijo productor intelectual latinoamericano con de abundantes publicaciones en temas culturales, académicos, educativos, políticos y sociales. Suyas son ocho obras de etnología sobre culturas indígenas de Brasil y de otros pueblos americanos; otras tantas de antropología relacionadas con las civilizaciones de América, las estructuras del poder y la evolución socio-cultural y muchos más. Asimismo, incursionó en la educación y la literatura con la publicación de varios libros, entre ellos La Universidad Necesaria, así como diversos ensayos, y cuatro novelas.
Además de antropólogo y educador, participó en la política como ministro de Educación y Cultura de Brasil. Ribeiro nació el 26 de octubre de 1922 en Minas Gerais, Brasil y murió el 17 de febrero de 1997, en Brasilia.
Justificación
En su razonamiento para otorgar el doctorado, el Consejo Universitario resaltó la influencia del intelectual en la creación y fundación de la UNA. Destacaron su propuesta de educación integral y superior en favor de las clases más desfavorecidas, y cómo esto permitió, en el caso de Costa Rica, la transformación de estructuras sociales y la apertura de espacios adecuados para dar oportunidades de estudio de una carrera de educación superior a gran parte de la población proveniente de sectores de vulnerabilidad socioeconómica significativa.
Destacaron también la contribución, a través suyo o de algún organismo con el que estuvo vinculado, al desarrollo social, científico y cultural nacional o internacional, a la consolidación de la universidad necesaria, concebida como la universidad en interacción con los pueblos; además, valoró la cultura endógena sin aislarse del resto del mundo y sus impactos en esta área.
Con la recuperación de esta filosofía—agrega el acuerdo—se espera reactivar un foro sobre la importancia de que la UNA fortalezca su participación con las comunidades más rezagadas en desarrollo humano en Costa Rica, en momentos que el estado social de derecho y el respeto a la institucionalidad de educación superior estatal y su autonomía constitucional, son amenazadas por los grupos de poder económico y político, que promueven medidas neoliberales y conciben al mercado y la competitividad como medio para satisfacer las necesidad sociales, lo cual ha generado exclusión social, pobreza y deterioro de los derechos humanos.
El Doctorado Honoris Causa es la máxima distinción no académica que concede la Universidad Nacional a personas eminentes que destaquen en el campo de la investigación, la docencia, la extensión, en el cultivo de las ciencias, las artes y las letras, o en aquellas actividades que tuviesen una repercusión notoria e importante en el terreno científico, artístico, cultural, tecnológico o social, tanto a nivel nacional como internacional. Cuando se trata de personas físicas, la normativa establece que esta distinción podrá otorgarse in memoriam.
En un acuerdo del 18 de agosto de 2022, el Consejo Universitario también había establecido que las residencias e instalaciones deportivas del Campus Nicoya llevaran el nombre Darcy Ribeiro.