Estudiantes buscaron romper paradigmas creados alrededor de la edad, el arte y la tecnología.
En setiembre anterior, un grupo de personas adultas mayores del centro Diurno Atefusa, ubicado en Tres Ríos, visitó las escuelas de Arte Escénico (EAE) y Danza de la Universidad Nacional (UNA), con el fin de explorar el arte del movimiento e inmiscuirse en el mundo de la tecnología escénica.
Esta iniciativa surgió de las estudiantes Mariana Gamboa y Francela Leandro, estudiantes de la Escuela de Danza, quienes participaron en el Fondo para el Fortalecimiento de las Capacidades Estudiantiles en la Extensión Universitaria (Focaes) el año anterior.
“Este proyecto, llamado Búsqueda de la autonomía y poéticas del cuerpo a través de la danza accesible en procesos de colaboración intergeneracional, busca no solo sensibilizar el proceso de envejecimiento, sino también cómo nosotras podemos dar a conocer aportes que las personas adultas mayores le brindan al gremio artístico, y cómo también potencializamos nuestras habilidades pedagógicas desde la danza con distintas poblaciones”, comentó Leandro.
Para Gamboa, “esta fue una oportunidad para romper paradigmas que rodean la edad y su relación con la tecnología”.
Uno de los espacios que visitó este grupo fue el Laboratorio de investigación Escénica Digital (LED) de la EAE-UNA, donde se investigan los dispositivos tecnológicos que se puedan utilizar en la escena. “Tenemos dos años de trabajo, hemos desarrollado dispositivos que no necesariamente se llevan a escena, pero que como en este caso, ponemos a disposición de los adultos mayores para generar esa interacción con la tecnología, donde a la vez se activan los sentidos y donde no necesariamente se está al frente de una computadora, sino que se son dispositivos que se traducen en una experiencia sensorial de lo que provoca su voz o su cuerpo a través de la tecnología”, explicó Paola Rojas, coordinadora el LED.
“Yo vacilo mucho con las compañeras, se hicieron muy gente conmigo, yo las amo mucho. Nos invitaron aquí y fuimos al salón, yo más o menos le hago a la danza. Y en el otro lado me puse el sombrero y la bufanda para verme más bonita, me he sentido muy alegre con ellas y con sus compañeros”, comentó Ana María Andrade Salazar, una de las visitantes.
Las estudiantes trabajaron en conjunto con el proyecto Arte y Salud, coordinado por Pamela Jiménez de la EAE-UNA. “Estamos muy felices de tener esta visita, las estudiantes han trabajado por dos años, primero en Focaes y luego lo extendieron a su práctica profesional supervisada. Esta es una investigación de cómo trabajar el tema de la tecnología a nivel intergeneracional y estamos muy felices de compartir esta experiencia”.
Tanto Gamboa como Leandro, destacan dentro de los aprendizajes más relevantes para su formación profesional, el acceso de las comunidades a servicios de salud, educación y entretenimiento, la relación que existe entre la Universidad y el contexto (económico, político, social, cultural y religioso) en el cual está inmersa, la concepción del cuerpo, el altruismo, la superación personal, el espíritu de servicio, la creatividad y la confianza.
Asimismo, ellas destacan algunas recomendaciones hacia la Institución, como el generar mayores espacios de colaboración intergeneracional, prácticas dancísticas accesibles, mejoras en las condiciones de infraestructura, contacto y socialización con centros diurnos de las comunidades y validar las ansias de aprendizaje de las personas que acuden a esos centros.
Apoyo estudiantil
Focaes busca fortalecer las iniciativas con los programas, proyectos o actividades académicas mediante el apoyo económico a los estudiantes para la realización de su trabajo final de graduación de grado y posgrado, o práctica profesional supervisada.
El año anterior se desarrollaron 20 proyectos a cargo de 36 estudiantes los cuales fueron beneficiados en la ejecución de iniciativas en las áreas de innovación educativa y ambiente, teatro, danza y movimiento, organización y desarrollo comunitario.
“Participar en este fondo permitió entre los estudiantes el desarrollo de la innovación, el trabajo en equipo y la promoción de un proceso donde se desarrollaron técnicas con un gran contenido visual y creativo. También fue una oportunidad para conocer otras realidades las cuales fueron compartidas con otros estudiantes académicos y actores locales”, dijo Noelia Garita asesora de la Vicerrectoría de Extensión.
