Las flores destilan su propia esencia, en los colores, en sus variedades y en sus olores. Si se mezclan y adoptan la forma de un arreglo floral, pueden representar un mecanismo de creatividad y espiritualidad, una conexión entre el ser humano y la naturaleza.
Así es como nació el arte japonés del ikebana (flor viviente, en español) cuya puesta en práctica se llevó a cabo en el curso Japón Contemporáneo, de la Escuela de Relaciones Internacionales, como parte de la cátedra JICA, el pasado 10 de noviembre.
Los libros, cuadernos y computadoras que suelen ocupan los espacios de los pupitres fueron sustuidos por helechos, ramas, hojas y otro tipo de follajes, para dar rienda suelta a la expresión creativa.
El objetivo fundamental del curso fue adentrarse en esta milenaria técnica japonesa y ofrecer una visión más profunda de la forma en que se implementa el ikebana. Sus orígenes datan del siglo VI a raíz de la influencia del budismo desde China.
Como una forma de entregar ofrendas florales a Buda y a las almas de los difuntos, la expresión adaptó el arte a la diversidad de paisajes naturales de Japón. “Además, la práctica del ikebana, también llamado kado o ‘el camino de las flores’ ha sido reivindicada como una forma de meditación sobre el paso de las estaciones, el tiempo y los cambios. Sus orígenes religiosos y su profunda relación con el ciclo natural de nacer, crecer, morir y renacer pueden darle una profunda resonancia espiritual”, se indica en un texto aportado en la actividad por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón.
Destacada participación
El curso fue impartido por la profesora Katsuko Hojo, quien a su vez fue contactada por medio de la Embajada de Japón en Costa Rica.
En total participaron 23 estudiantes de las carreras de Relaciones Internacionales, Biología, Inglés, Topografía, Economía y Administración de Empresas, además de cuatro personas académicas y administrativas.
“Vivimos dentro del arte”, fue la expresión utilizada por la instructora Hojo, al inicio del taller, mientras explicaba conceptos esenciales del ikebana, e iba cortando follajes para la elaboración de las primeras muestras.
Luego fue el turno de cada estudiante. A su ritmo y a su manera, hacían los cortes y los doblajes de las hojas, mientras adornaban con flores y seguían al pie de la letra las instrucciones, con el apoyo de funcionarios de la Embajada y de JICA.
El director de la Escuela de Relaciones Internacionales, Marco Vinicio Méndez, hizo entrega a Hojo de un certificado. “Este es un taller muy importante porque nos permite tener un acercamiento con otras facetas de Japón que tiene que ver con el ámbito de la cultura, el arte y cómo a través de esta técnica se expresan las tradiciones de un pueblo, que van más allá de lo estético y lo decorativo”, expresó.
El curso de Japón Contemporáneo lo imparte la profesora Jessica Vargas, mientras que la coordinación de la cátedra JICA está a cargo de la académica María Fernanda Morales. Ambas estuvieron presentes en la actividad y elaboraron sus propias ikebanas.