Por tercer año consecutivo, los ingresos tributarios del país como porcentaje de la producción tienden a caer, a pesar de que, en este escenario, la importación de vehículos haya promovido un aumento en la recaudación en algunos impuestos como el IVA (valor agregado) y el selectivo de consumo.
Al cierre de 2024, los ingresos totales representaron un 15.07% del producto interno bruto (PIB). El porcentaje es menor al registrado al finalizar el 2023 (15.25%) y 2022 (16.37%).
Una menor recaudación tributaria, sumada a un aumento en el gasto público, provocaron que en el 2024 el superávit primario (ingresos menos gastos, sin considerar el pago de intereses de la deuda pública) bajara a un 1.06% del PIB, con respecto al 1.55% que se obtuvo un año antes.
La buena noticia para la economía costarricense fue que la deuda pública con respecto al PIB bajó a un 59.75%, ubicándose fuera del rango más austero de la regla fiscal (del 60%). Esta condición hará que, en el presupuesto nacional del 2026, el Estado pueda liberar recursos que podrán invertirse en gastos de capital, programas sociales y en incrementos en los salarios del sector público, que llevan cinco años congelados.
Sin embargo, el informe señala que “para lograr una reducción sostenida en la deuda pública, necesitamos como país un crecimiento sostenido en la economía nacional y de un nivel mayor, así como impulsar una política pública que reduzca el costo del financiamiento, un tema pendiente en la agenda fiscal”.
Estas son las principales conclusiones del informe Análisis de coyuntura fiscal, presentado este jueves por el Observatorio Económico y Social (OES), de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (UNA). El reporte hace una revisión al cierre del 2024.
Impulso insuficiente
La recién concluida Expo Móvil es un reflejo del dinamismo del sector automotriz. Filas de carros a la espera de ingresar a la feria dan una muestra evidente de ello. Mientras tanto, la importación de vehículos eléctricos sigue en aumento. Solo al cierre de 2024, estaban inscritas 18.356 unidades de esta tecnología, de acuerdo con datos del ingeniero y consultor José Ross.
Este mercado automotriz, de acuerdo con el análisis de coyuntura fiscal, impacta en la recaudación del IVA en aduanas, que representó un 1.85% al cierre del año anterior. También mueve el impuesto selectivo de consumo que fue de un 0.63% del PIB.
“Tanto el IVA como el selectivo de consumo, particularmente este último, se beneficiaron del crecimiento en la importación de vehículos, sobre todo aquellos que son nuevos. Esto viene impulsado por la caída en el tipo de cambio y la estabilidad en las tasas de interés”, justifica el informe.
En términos globales, el IVA pasó a representar un 4.93% del PIB en el 2024, mientras que en el 2023 fue de 4.86%. El selectivo de consumo, que tiene un peso mucho menor en la recaudación total, creció de 0.58% en el 2023 a 0.65% en el 2024.
El resultado negativo global a nivel de ingresos se vio afectado por una contracción en el impuesto sobre los ingresos y utilidades (renta), que bajó de un 5.29%, en el 2023, a un 4.93% el año anterior.
El Observatorio recalca que esa baja en los ingresos por renta se debe al comportamiento de las personas jurídicas (empresas), cuya liquidación del impuesto realizada en marzo de 2023 fue menor a lo cancelado un año atrás. También afectó en el caso de las personas físicas por el congelamiento salarial del sector público, sumado a un bajo crecimiento en las remuneraciones del sector privado.
En otros ingresos tributarios, factores como la estabilidad en el precio internacional del petróleo y derivados ha propiciado que la recaudación del impuesto único a los combustibles crezca de manera interanual, pero a un ritmo más bajo que antes, mientras que la reforma hacia la baja en el cálculo del impuesto a la propiedad de los vehículos, aprobada en el 2023, contribuyó a una caída en los ingresos, en general.
Del lado del gasto público, las cifras advierten de un incremento en sus principales partidas. En general, se pasó de un 18.52%, en el 2023, a un 18,86%, en el 2024. Las remuneraciones, el pago de intereses de deuda y el gasto de capital facultaron este resultado, mientras que las transferencias hacia el sector público y privado tendieron hacia la baja.
Fernando Rodríguez, coordinador del OES, valoró como positivo que se haya aumentado la partida en el gasto de capital, en el cual el Estado destina más recursos hacia la construcción de obra pública (carreteras, puentes, acueductos), que puede convertirse en un dinamizador de la economía nacional.
El académico de la UNA destacó, además, que el país logró los pagos por intereses de deuda pública se moderaran hacia el segundo semestre de 2024. Esto evitó que dicho rubro se ubicara por encima del 5% del PIB, como en algún momento se advirtió en análisis previos de coyuntura fiscal.
Sin embargo, en este nuevo informe, el Observatorio vuelve a recalcar que los espacios para realizar ajustes a nivel del gasto se encuentran agotados, más aún cuando el entorno social que atraviesa al país urge a una mayor inversión en campos como la educación, la seguridad, la salud y en los programas de asistencia social para atender a poblaciones en condición de pobreza.
“En esa línea, reiteramos el llamado a evitar un debilitamiento adicional del sistema tributario, con más reducciones de impuestos o incorporación de nuevas exoneraciones, tal como se ha estado haciendo en los últimos años, con la reducción del impuesto a la propiedad de los vehículos, la pérdida de potestades de la administración tributaria en el cobro de renta o la reducción en el impuesto a personas físicas con actividades lucrativas”, concluyó el estudio.