El deshielo de los polos y el aumento de la temperatura del planeta, además de las actividades producidas por las personas, provocan un aumento de la erosión en las zonas costeras. Del 1 al2 3 de abril, se realizó en playa Bonita, Limón, el I Taller Centroamericano sobre erosión costera.
“La erosión costera puede entenderse como una pérdida temporal de sedimentos que después no son recuperados, y puede obedecer a causas naturales o sociales. La erosión costera al retirar la arena puede acortar las playas y también puede destruir infraestructura que se encuentra sobre la playa”, explicó Gustavo Barrantes, investigador de la Escuela de Ciencias Geográficas de la Universidad Nacional. El objetivo de este taller, de acuerdo con Barrantes, fue tener un diálogo entre investigadores para comprender cuál es el problema a nivel de cada país, tener un panorama regional y después encontrar opciones metodológicas para monitorear y comprender las transformaciones que la costa está sufriendo en el momento de ascenso del nivel del mar.
En esta a actividad participaron representantes de Panamá, Guatemala, Honduras y El Salvador, además de instancias locales como la Municipalidad de Talamanca, la Municipalidad de Limón, instituciones públicas como Área de Conservación la Amistad Caribe, la Comisión Nacional de Emergencias, la Fuerza Pública y el Benemérito Cuerpo de Bomberos, entre otras.
Para Alexandra Bellayer-Roille, embajadora de Francia en Costa Rica, “esta iniciativa tiene como objetivo crear una red de investigadores y de estudiantes de doctorado por ejemplo, para crear vínculos científicos y universitarios entre varios actores de la región”.
De acuerdo con Haydée Beltrán, representante del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador, en su país hay poca preocupación por el tema. “Hay diversos puntos en los cuales tenemos problemas de erosión costera, estos en este momento no se abordan directamente debido a que hay una impresión en las personas de que no sucede, a excepción de puntos donde la erosión llega a cierto grado en la cual ya está destruyendo algunas comunidades o algunas zonas que son áreas naturales o protegidas”.
En este momento, según la investigadora, se trabaja en estudios especializados para determinar las tasas de sedimentación y erosión y el impacto que están teniendo.
Guiselle Guerra, investigadora de la Universidad Tecnológica de Panamá, afirma que desde la academia se atiende la erosión costera a través de proyectos de investigación e iniciativas que estiman la erosión costera y tratan de identificar puntos de interés.
“Hemos encontrado puntos que la comunidad ha establecido que hay mucha erosión, y lo podemos corroborar con imágenes satelitales y estudios de campo, donde la erosión puede llegar hasta a 10 m por año. Hay lugares que tienen erosiones máximas de estos valores y estamos tratando de divulgar e involucrar a la comunidad científica y a la comunidad local para que entiendan la magnitud de la erosión costera, y podamos formular más proyectos de investigación a nivel de academia, pero también a través de institucionales como el Ministerio de Ambiente y otros vinculados a la gobernanza”.
Parte de la discusión de este taller, se centró en cómo se incorpora esta información de erosión costera en el ordenamiento territorial. Para Gustavo Barrantes, “se debe tener comprensión de cuál es este nuevo límite del mar con la tierra, porque la erosión lo está corriendo, y no podemos tener un límite fijo que no responda a esta dinámica actual del planeta. Una vez que encontremos cuál es un buen indicador de dónde está la posición de la costa, podemos planear cómo ordenar lo que se encuentra detrás, procurando tener la infraestructura necesaria en la zona costera, puertos o actividad turística básica, y dejar las demás actividades protegidas por un área de amortiguamiento que haga que estos procesos tomen su tiempo, se acomoden y no afecten a las comunidades que habitan detrás”.
El crear un protocolo estandarizado de medición para la región centroamericana, depende de acuerdo con José Valverde, académico de la Escuela de Topografía Catastro y Geodesia de la Universidad Nacional, d ellos recursos y formación de cada grupo de trabajo, donde además se creen protocolos que responsan a las potencialidad de cada grupo y sus intereses.
“Este es un estudio muy importante para la Embajada de Francia aquí en Costa Rica, pero también para las embajadas de Francia en otros países vecinos de América Central, y se inscribe en un programa que se llama FEF que es el Fondo Francés para el Océano, que está dirigido a financiar el estudio y la investigación sobre el océano y las zonas costeras. Todo esto se inscribe en el marco de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano que Costa Rica y Francia van a copresidir dentro de algunas semanas, en junio, en Niza, en el sur de Francia”
El taller fue organizado por Programa de Geomorfología Ambiental, de la Escuela de Ciencias Geográficas de la UNA, el Área de Conservación la Amistad Caribe del Ministerio del Ambiente de Costa Rica y el Instituto de Investigación para el Desarrollo de Francia. Contó además con el patrocinio de la Embajada de Francia y la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Nacional.