El aumento generalizado de los precios de bienes y servicios en Costa Rica tenderá a subir de manera paulatina en lo que resta del año. Ese comportamiento alcista se mantendrá a lo largo del 2025, según lo determinó el Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA).
El comportamiento de la inflación en el país ha tenido subibajas en su variación interanual, en los últimos dos años. Luego de tocar el techo del 12,13%, en agosto de 2022, comenzó una tendencia hacia la baja hasta ubicarla, en los últimos meses, en terreno negativo y fuera del rango meta definido por el Banco Central de Costa Rica (entre 2% y 4%).
La inflación ahora parece tomar la senda del crecimiento (a julio anterior fue de 0,34%) y la expectativa del Cinpe-UNA es que esta pueda ubicarse hacia cierre de año en 1,70% en su variación interanual y que para el 2025 llegue al 2,13% (ingresando al rango meta).
Según el II Informe de Proyecciones Macroeconómicas 2024 y Estado Actual del Gasto Social en Costa Rica, existen dos sectores que desempeñan un papel crucial en la dinámica inflacionaria: el de alimentos y el de transportes.
“Los alimentos representan alrededor de un 20% de la canasta básica, mientras que el transporte pesa un 15%, por lo que estos dos componentes explican en gran medida las variaciones de precios”, reseña el informe.
Ajustes en el crecimiento
Este Programa Macroeconómico hace una revisión de las perspectivas que se indicaron en el primer informe de abril de este año. En ese momento, se esperaba que al cierre del 2024 el crecimiento en la producción fuera de un 3,8%. Ahora, se plantea que podría incrementarse a un 4%.
El factor de este ajuste se explicaría por el consumo de los hogares, que muestra mayor dinamismo. Este se ve apalancado tanto por el gasto como por el acceso al crédito.
Para este 2024, los préstamos, tanto en colones como en dólares, registran tendencias ascendentes, en franca recuperación luego de un 2023 donde más bien se registraron caídas en la colocación.
En el caso de los colones, los créditos crecieron un 4,02% en marzo y en un 6,93% en junio. En dólares, desde el 2022 se ha percibido una recuperación gradual que se mantiene a la fecha (incrementos del 5,25% en marzo y de 5,57% en junio).
Si se observa por sectores económicos, la colocación de créditos se ha visto impulsada por aquellas actividades vinculadas con los servicios, el comercio y el turismo.
De acuerdo con el Cinpe-UNA, solo los servicios propiciaron un incremento interanual de créditos del 16,71%. En segundo lugar, se ubicó el turismo con un 9,40%, luego el comercio con un 7,30% y de cuarto lugar, el consumo con un 6,82%. Por el contrario, la disminución más fuerte estuvo en la construcción, con un descenso interanual del -9,37%.
“Por lo tanto, la mayor contribución al crecimiento económico proviene del sector servicios, alineándose con un modelo económico basado en la tercerización. Sin embargo, es importante apuntar que, aunque dicho sector continúa expandiéndose, lo hace a un ritmo más moderado”, destaca el informe.
Si bien el Cinpe-UNA revalorizó su expectativa de crecimiento para el cierre de este año, no ocurre lo mismo con lo que se proyecta para el 2025. En ese caso, se prevé un aumento del 3,4% en la producción.
Las razones detrás de esta ralentización se justifican por un contexto internacional más desfavorable para el país, donde las exportaciones vinculadas con el sector manufacturero están perdiendo impulso. Además, Estados Unidos, el principal socio comercial de Costa Rica, podría sufrir una desaceleración en su economía el próximo año, con indicadores de desempleo que tienden a agravarse.
Mientras el principal socio comercial crecería a un 1,9% y los países de la zona euro apenas un 1,5%, en el caso de China el ascenso sería de un 4,5%, porcentaje menor al reportado en los años precedentes.
En cuanto a la política monetaria del Banco Central de Costa Rica, el informe atribuye al ente emisor una postura neutra, con la expectativa de que la inflación retorne a su rango meta. El tipo de cambio, que ha mostrado cierta estabilidad ubicándose entre 525 y 535 colones, podría cerrar el año con ese comportamiento.
“Las proyecciones actuales muestran una apreciación de la moneda local explicado por el exceso de dólares en el sector privado, la menor demanda neta del sector público no financiero y una mayor entrada de dólares producto de un sector exportador de servicios dinámico y una mayor inversión extranjera directa. Esta tendencia indica que, a pesar de las fluctuaciones anteriores, se espera que el tipo de cambio mantenga una estabilidad en el corto plazo”, detalla el análisis.
Esa estabilidad se trasladaría a la proyección de cierre de año de la tasa de política monetaria (podría ubicarse en 4,50%, 25 puntos base menos que el 4,75% actual), mientras la tasa básica pasiva (que sirve para el cálculo de los intereses de préstamos en colones) se fijaría en 4,57%.
Finalmente, el informe hace una revisión del panorama fiscal, donde se resalta que los ingresos totales del Gobierno central muestran una tendencia a la baja: pasan de representar un 15,3% del PIB, en el 2023, a un 14,5% del PIB para el 2024, producto, principalmente, de una reducción en la recaudación tributaria.
También, el gasto total del Gobierno ha bajado; sin embargo, esta situación no evitaría que el balance primario entre ingresos y gastos se reduzca de 1,6%, en el 2023, a 1% en el 2024, del PIB.
De cumplirse los pronósticos, la relación deuda-PIB cerraría en el 2024 en un 60,8%, mientras que para el 2025 sería de 59,3%. Lo anterior implica que la aplicación del escenario más restrictivo de la regla fiscal aplicaría hasta el 2027, con el presupuesto nacional que se elaboraría un año antes.