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Retórica colonialista de Trump amenaza estabilidad global

Hoy, Donald J. Trump jurará como el 47º presidente de Estados Unidos. Es la segunda vez que ocupará el cargo, luego de desempeñarlo entre el 2017 y el 2021. 

Asume la Presidencia tras una campaña electoral que pareció un guion de película, marcada por una condena penal por falsificación de registros contables, otras acusaciones en proceso, dos intentos de asesinato y una contundente victoria frente a su rival demócrata Kamala Harris.

Desde que se supo ganador hasta hoy, Trump acapara las noticias con intervenciones públicas que inquietan a la comunidad internacional, más allá de las promesas de campaña relacionadas al proteccionismo comercial y el endurecimiento de medidas contra los inmigrantes.

El magnate adoptó una postura colonialista reflejada en varios episodios: amenazó con hacerse del control del Canal de Panamá, comprar Groenlandia (o apoderarse de ella por la fuerza), que actualmente es territorio de Dinamarca, incorporar a Canadá como el estado número 51 y cambiar el nombre al golfo de México.

Esta serie de intenciones preocupa al académico de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (UNA), Luis Diego Segura, quien considera que el presidente “está abriendo muchos frentes al mismo tiempo. El problema es que se normaliza lo que el mundo algo que el mundo intenta evitar: que cualquier Estado pueda tomar el territorio de otro por la fuerza o la coerción pública”, manifestó.

Segura apuntó que estas acciones representan una afrenta directa a la Carta de las Naciones Unidas, firmada en 1945, que constituye la base de las relaciones entre los países, la igualdad soberana de los Estados y la prohibición del uso de la fuerza.

Si Trump busca explorar el panorama internacional para obtener concesiones, como en el caso del Canal de Panamá, con el fin de recibir trato preferencial ante acusaciones de una injerencia china en la administración del enclave y asegurar beneficios comerciales, esta postura sigue siendo aún una estrategia peligrosa.

 “Seguir el camino que ha propuesto Donald Trump es regresar a finales del siglo XIX, cuando se imponía la ley del más fuerte. Es como abrir una caja de Pandora y, lo que es aún más grave, hacerlo en contra de sus propios aliados”, indicó Segura.

Mal ejemplo

Las posiciones del republicano surgen en un entorno geopolítico complejo, donde destaca la guerra provocada por la invasión de Rusia a Ucrania y la latente aspiración de China de reclamar el territorio de Taiwán, que considera suyo.

Para el académico de la Escuela de RI, es cuestionable el mensaje que se envía a la comunidad internacional, ya que deslegitima el papel de Estados Unidos para oponerse a la invasión rusa o una eventual incursión china.

El entorno de los intereses expansionistas incluye también las disputas por los arrecifes del mar de China Meridional, que enfrenta a Filipinas y Vietnam, así como acciones del régimen venezolano para anexarse el Esequibo, parte de Guyana.

“Podrían surgir después dictaduras o gobiernos que busquen apropiarse de fronteras o países, y pensémoslo, ¿por qué no?, que Daniel Ortega intente reclamar Guanacaste. Las acciones de Trump terminan abriendo un portillo para que regímenes autoritarios adopten estas acciones”, afirmó Luis Diego Segura.

Lo paradójico es que Estados Unidos hace esto con países considerados sus aliados.  Un ejemplo es Canadá, al que Segura catalogó como el “mejor vecino”, con quien se han promovido acciones de seguridad conjuntas, transferencia tecnológica y cooperación armamentista.

El caso de Dinamarca es particular, ya que es miembro fundador de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Aunque Trump también ha lanzado señas de intentar debilitar esta entidad, que vela por la seguridad de sus 32 aliados, también representa un desafío para el resto de la Unión Europea y su necesidad de reforzar la seguridad ante nuevas posibles amenazas, especialmente si Rusia gana terreno en Ucrania.

Otro elemento que debe considerarse es la escalada armamentística de muchos países, que buscan protegerse y resguardar sus intereses. “Estamos en una sociedad donde las armas nucleares son un recurso que los Estados incentivan. Vemos las nuevas políticas nucleares de Rusia, lo mismo hacen India y Pakistán; Corea del Norte las está ampliando, y sobre esa vía pueden ir Corea del Sur e incluso Japón”, explicó el experto de la UNA.

Si se trata de una simple retórica o si pudiese configurar una amenaza real es algo que comenzará a dilucidarse a partir de hoy, con el regreso de Trump a la Casa Blanca. 

Sin embargo, esta incertidumbre se alimenta de su personalidad, que no tiende a escuchar con atención la asesoría de la estructura burocrática del Estado. En cambio, optó por nombrar en puestos claves a personas que van a comulgar con sus ideas sin mayor oposición. Solo el tiempo dirá si la retórica expansionista limita a una estrategia para medir el entorno o si avanzará hacia acciones más concretas. 

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