Tener una deuda crediticia en el sistema financiero formal o informal es el común denominador para tres de cada 10 ciudadanos. Un 30,91% afirmó que está endeudado actualmente, según lo determinó el estudio Encuesta sobre cultura financiera de los costarricenses, a cargo del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA).
Las razones para haber adquirido esa deuda son variadas; sin embargo, destaca que casi la mitad de la población (47,45%) destina los recursos para la compra o adquisición de bienes muebles e inmuebles (vivienda, terrenos, vehículos, electrodomésticos). El segundo rubro de mayor peso es el de “gastos de comida, personales o pago de servicios”, que corresponde a un 20,06% de la muestra.
El estudio, que contó con el apoyo y participación del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo) determinó que un 57,89% se ha endeudado alguna vez en el mercado financiero formal como bancos, financieras, mutuales o cooperativas
“La frecuencia de endeudamiento observada resalta la importancia de estos servicios para satisfacer las necesidades de la población encuestada, así como la confianza que tienen en las instituciones financieras para acceder a recursos económicos, además deja en evidencia que los costarricenses tienen un alto acceso a los servicios financieros formales”, indica el estudio.
Un 18,18% asegura que alguna vez han dejado pendiente de pago una deuda o ha estado moroso. La principal razón para caer en impago es la atención prioritaria de una emergencia (48,38%), mientras que en segundo lugar aparece el reconocimiento de una falta de planificación financiera (22,70%).
Estar moroso les ha generado consecuencias a las personas. Un 50,65% indicó que dejó tener acceso a crédito en el sector formal por tener una mancha ante el sistema financiero. Incluso, la salud mental de estas personas se ha visto afectada, que ha derivado hasta en casos depresivos (15,25%) y un 8,79% tuvo pérdidas de puestos de trabajo, patrimonio y hasta de relaciones de pareja.
En esta oportunidad se incluyó un capítulo especial para analizar la apetencia que puede tener la población hacia los créditos “gota a gota”. De acuerdo con los resultados, un 5,34% de la población asegura haber accedido a este mecanismo de financiamiento informal, versus un 94,66% que dice que no.
Del porcentaje que admitió acceder al “gota a gota”, un 54% corresponde a hombres y el 46% a mujeres. Las edades más representadas son las comprendidas entre los 35 y los 44 años.
Este tipo de financiamiento ha estado en la mira de las autoridades judiciales, al identificarse que es un mecanismo que se ha prestado para la extorsión de las víctimas y por estar vinculado al crimen organizado.
Dentro del análisis se destaca que entre quienes acceden al endeudamiento informal predominan personas con educación secundaria incompleta (30%) y con educación primaria completa (25%). Además, el 75% de estas personas manifestaron que nunca habían recibido educación financiera, mientras que un 33% no tienden a hacer sus presupuestos para sus gastos.
Los factores que han influido para que una persona gestione un crédito “gota a gota” están divididos: un 19,78% asegura que fue porque perdió su categoría crediticia por impago en el sector formal, otro 17,58% dice que no pudo acceder al mercado financiero regulado y un 16,48% manifiesta que su capacidad de pago no le permite seguirse endeudando.
Ahorro e inversión
Casi un tercio de las personas encuestadas (32,41%) con ingresos económicos, aseguró que no realiza ningún tipo de ahorro. El segundo subgrupo lo representa el 15,47% de la muestra, quienes afirmaron que solo destinan un 5% de sus ingresos. La banca es el tipo de institución predilecta para el 61,20% de la ciudadanía cuando se trata de este fin, mientras que, mucho más abajo, resaltan las cooperativas (9,44%) y los fondos solidaristas (7,57%).
Quienes se catalogan como inversionistas, más allá de mantener un Certificado de Depósito a Plazo (CDP) representan un porcentaje bajo, de acuerdo con el estudio. Solo una de cada diez personas (9,68%) invierte en el país. “Esto se puede deber a varios factores como el tamaño y desarrollo del mercado financiero, la regulación y el marco legal, la cultura y el nivel de educación en materia de finanzas”, detalla el estudio.
Del grupo que se identificó en la encuesta como inversionistas, un 22,04% lo hace por medio de la compra de bonos o acciones por medio de la bolsa de valores, un 18,28% en inmobiliarias y en tercer lugar, con un 8,06%, asegura que ha acudido a las criptomonedas.
Educación financiera
Uno de los aspectos que consideró el estudio del Cinpe fue valorar el tema de la educación financiera y sus componentes.
Resalta, por ejemplo, que solo un 19,12% de la muestra aseguró que ha recibido educación financiera, contra un 80,88% que dijo que no. “Se puede decir que esto tiene repercusiones significativas en la capacidad de las personas para gestionar sus finanzas de manera efectiva, ya que pueden tener dificultades para comprender los términos y condiciones de los productos financieros, lo que aumenta el riesgo de endeudamiento excesivo o la adquisición de productos inadecuados”, se lee en el estudio.
Aunque es poca la cantidad de personas que dice haber recibido educación financiera, un 73,89% sí manifestó su interés en recibirla. Incluso, para una gran mayoría de personas encuestadas (94%), este tema debería ser una materia obligatoria, lo cual “sería una herramienta para combatir el endeudamiento excesivo gracias al conocimiento de conceptos financieros básicos, habilidades y recursos para la toma de decisiones responsables e informadas”.
Como parte de una educación financiera apropiada, el hecho de contar con un presupuesto que pueda ordenar los ingresos y gastos en los hogares se convierte en una herramienta fundamental. Un 63,93% aseguró que sí realizan presupuestos contra un 36,07% que opinó lo contrario. Al respecto, un poco más de la cuarta parte (28,44%) indicó que utilizan o se apoyan en una aplicación tecnológica.
Con respecto al uso de tarjetas, casi la mitad de los encuestados (48,21%) tiene tarjeta de débito, un 4,05% de crédito y un 23,87% posee ambas.
En materia de gastos, la ciudadanía destina un 40,16% destina de sus gatos al pago de servicios básicos como alimentación, agua, electricidad e internet. El pago de préstamos de diversa índole representa un 16,82% del pastel, mientras que la salud acapara el 13,90% y la educación un 12,45%.
Foto: Freepik.es