El mundo ve con especial atención los acontecimientos que puedan ocurrir con las elecciones presidenciales en Estados Unidos, en noviembre. Sin embargo, no puede perderse de vista que de mayo a octubre de este 2024 también se llevarán a cabo importantes procesos de elecciones presidenciales y legislativas en varios países de América Latina.
El péndulo electoral determinará el destino de quienes gobernarán en los próximos años en naciones como México, la vecina Panamá, República Dominicana, el conocido caso de Venezuela, así como Uruguay.
Salvo el caso panameño, los demás países tienen, en el papel, la posibilidad de que el electorado vuelva a dar oportunidad a los partidos políticos de quienes gobiernan actualmente. Esto ofrece una opción de continuidad programática, aunque las razones que estarían detrás de cada coyuntura, varían de país en país.
Hoy día, predominan mayoritariamente en la región los gobiernos de vinculación con ideologías de izquierda versus aquellos que se han presentado como la alternativa de derecha. En esta línea, el académico y analista de la Escuela de Relaciones Internacionales, Carlos Cascante, llamó a la prudencia al valorar este tipo de mapas electorales, por considerar que no representan de manera fidedigna la realidad.
“Las ideologías políticas tienen diferentes tonos. Usted puede decir que México, actualmente, tiene un gobierno de izquierda, pero en lo económico, ha sido un gobierno de derechas, con una visión de libre mercado, de apertura a la inversión extranjera directa, que no ha representado al agro mexicano y que ha sido muy conservador en lo social”, ejemplificó Cascante.
Sin embargo, el hecho de que partidos políticos hayan llegado al poder con una postura ideológica más de izquierda, puede responder, desde el punto de vista del analista y académico Alejandro Barahona, a una coyuntura donde la pandemia covid-19 dejó una importante afectación en materia social.
“Hemos visto graves consecuencias en materia de salud, educación, desempleo. Entonces, la aproximación para entender por qué una mayoría de gobiernos de América Latina se vinculan con esta ideología puede responder a una oferta electoral que ha estado más cercana a esas prioridades ciudadanas”, indicó el experto.
Dicho esto, es importante hacer un repaso sobre la situación política de los países que tendrán actividad electoral en lo que resta de este año.
La opción de continuismo
El 2 de junio, México vivirá su fiesta electoral, con un hecho que el experto Alejandro Barahona calificó como histórico: la muy posible ascensión, por primera vez, de una mujer a la presidencia de la República. De acuerdo con los sondeos, la candidata del oficialista Morena, Claudia Shienbaum, tiene las mayores posibilidades de alzarse con la victoria.
“La verdad es que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha hecho un gobierno que ha ido minando a la oposición, que todavía está sufriendo los años cuando estuvo en el poder. Partidos tradicionales como el PRI y el PAN lucen reducidos y están pagando las facturas de malos gobiernos anteriores”, reflexionó Cascante.
Junto con el detalle de una oposición debilitada, destaca el hecho de que la economía mexicana muestra robustez en sus principales indicadores, con una mayor inversión estadounidense apalancada por el nearshoring.
Esa estabilidad económica y el aumento en la inversión extrajera le darían también un voto de confianza al actual gobernante de República Dominicana, Luis Abidaner, para reelegirse en el cargo. A ello se suma una fragmentada y debilitada oposición política, de cara a las elecciones del 19 de mayo.
“Prácticamente un 65% de la población dominicana apoya la gestión del actual presidente. Y a esto se suma que uno de los candidatos es el exmandatario Leonel Fernández, que arrastra una percepción ciudadana negativa, al contabilizar hasta una tercera parte de la población que ha dicho que nunca votaría por él”, manifestó Barahona Kruger.
Otro caso donde la reelección es bien vista, por su tradición política, es Uruguay. Una de las democracias más consolidadas de la región vivirá sus elecciones el 27 de octubre. Aún falta avanzar en el calendario electoral de este país para conocer quiénes estarán en la contienda, pero lo cierto del caso es que el actual mandatario Luis Lacalle Pou está impedido de reelegirse, por disposición constitucional.
Sin embargo, para Carlos Cascante, “Uruguay es un país con niveles de competencia altos y donde el patrón ha sido que el partido oficialista tienda a repetir en el poder al menos una vez. Por ejemplo, el Frente Amplio (principal partido de oposición), repitió tres veces en las últimas elecciones”.
Otra continuidad, pero por razones totalmente distintas a las antes descritas, es la que se prevé para Venezuela, el 28 de julio. Tanto Barahona como Cascante apuntaron a la falta de garantías democráticas y a la anulación de toda opción que pudiera representar una amenaza al actual presidente Nicolás Maduro, quien aspira a una segunda reelección.
“Es un régimen autoritario que, por medio de tretas judiciales, ha debilitado la oposición. Maduro no es popular y sabe que perdería en las urnas y aunque no cuenta con el respaldo del pueblo, sí tiene a su favor un sistema electoral totalmente debilitado en el que él se impone”, agregó Alejandro Barahona.
Sumado a esto, las presiones políticas de parte de la comunidad internacional sobre el Acuerdo de Barbados, que exige elecciones libres y transparentes, han perdido fuerza. “A Estados Unidos no le interesa volver a imponer sanciones a Venezuela, porque no le conviene que el mercado petrolero, en un momento de crisis global, se constriña”, afirmó Cascante.
Esa continuidad política que se vislumbra para estos países no aplicaría, en teoría, a Panamá, que se enrumba hacia sus elecciones generales el 5 de mayo próximo. La crisis económica, social y política del país canalero parece no darle garantías al oficialismo de mantenerse en el poder, mientras que José Raúl Mulino, designado en sustitución del excandidato condenado Ricardo Martinelli, es quien lidera las encuestas.
“La recurrencia de las crisis ambientales, las huelgas de sectores indígenas debilitan cualquier intención de un Poder Ejecutivo por mantenerse en el poder”, indicó Cascante.
Lo cierto es que, por razones diversas, el oficialismo pareciera que va a repetir en la mayoría de procesos electorales de la región. “Más que indicar que se trata de una tendencia regional, yo diría que esta situación responde a cierto nivel de aprobación ciudadana con respecto a la gestión gubernamental”, enfatizó Barahona.