Costa Rica se caracteriza por contar con iniciativas en conservación del ambiente y hacer un gran esfuerzo en la creación de instrumentos y políticas para lograrlo. Bajo esta premisa, desde el Centro de Estudios Generales de la Universidad Nacional (CEG-UNA) se trabaja con el proyecto INTERLACE (International Cooperation to Restore and Connect Urban Environments in Latin America and Europe), que es de cooperación internacional e investigación financiado por la Unión Europea.
El programa INTERLACE inició en setiembre de 2020 y tiene una duración de cuatro años, cuyo objetivo es restaurar la naturaleza en ciudades de Europa y América Latina, utilizando soluciones que permitan resolver algunos de los retos relacionados con el cambio climático, la salud y el bienestar de las personas, el desarrollo económico y la conservación de la flora y la fauna.
El proyecto se desarrolla en seis cuidades; por Europa, en Granollers, España, en Metrópoli Krakowska, Polonia, en Chemnitz, Alemania; mientras que en América Latina, en Envigado, Colombia, en Portoviejo, Ecuador, y en Costa Rica, el Corredor Biológico Interurbano María Aguilar (CBIMA) que se ubica en la Gran Área Metropolitana e incluye territorios de los cantones de La Unión, Curridabat, Montes de Oca, San José y Alajuelita.
El CEG-UNA coordina el equipo de nuestro país, conformado por el comité local del CBIMA, la Unión Nacional de Gobiernos Locales (UNGL), el Instituto de Vivienda y Urbanismo (INVU) y las municipalidades de los cantones involucrados.
Corredor Biológico Interurbano María Aguilar (CBIMA)
Los corredores biológicos interurbanos (CBI) son el instrumento establecido por el SINAC para que, de la mano, el sector público y la sociedad civil puedan realizar la gestión y conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en un determinado territorio.
En este caso, el CBIMA, a través de un trabajo intersectorial y transdisciplinario gestiona la biodiversidad y los servicios ecosistémicos de la microcuenca del Rio María Aguilar.
Según la académica del CEG y coordinadora del proyecto, Marcela Gutiérrez, los cinco municipios que componen el CBIMA enfrentan desafíos comunes, ligados al modelo de desarrollo costarricense y a su ubicación geográfica. “Las circunstancias sociales, ambientales y económicos en que se desenvuelven sus habitantes marcan las condiciones de vida de las personas que habitan estos territorios”, indica.
Para Gutiérrez, INTERLACE ha desarrollado múltiples instrumentos para lograr los objetivos propuestos y adicionalmente ejecuta un programa de involucramiento local en conjunto con otros actores del territorio que aportan al bienestar de la población.
El CBIMA se enfoca en soluciones basadas en la naturaleza (SbN) como herramientas para revitalizar y extender la biodiversidad urbana y suburbana. Dos ejemplos destacados de SbN implementados en el CBIMA son las "jardineras comunales y privadas" y los "viveros para el desarrollo de plantas nativas". Las jardineras son espacios donde se cultivan plantas nativas que atraen polinizadores y mejoran el paisaje urbano, mientras que los viveros producen plantas para rehabilitar los paisajes urbanos y mejorar la biodiversidad.
Como parte de los trabajos realizados, la investigadora nos cita algunos resultados como el establecimiento de alianzas con los gobiernos locales del CBIMA, y con otros actores del territorio para realizar acciones conjuntas en Restauración Ecológica Urbana (caso La Guapil de Alajuelita, Mural Parque Mariana en Curridabat), el fortalecimiento de la gobernanza de los territorios a través de la inclusión de las comunidades en los proyectos de Restauración Ecológica Urbana y el desarrollo de un Plan de Educación Ambiental en comunidades del CBIMA.
De esta forma, a través de la colaboración intersectorial y la participación comunitaria, se está logrando una transformación positiva en los paisajes urbanos, fortaleciendo la biodiversidad y mejorando la calidad de vida de sus habitantes.
Como objetivo a largo plazo, los municipios del CBIMA quieren convertir la zona en el corredor más accesible y verde de América Latina, con la esperanza de que las intervenciones previstas se conviertan en modelos a seguir en otros entornos urbanos del país.
