Olman Segura Bonilla ejerció la rectoría de la Universidad Nacional entre 2010 y 2015; junto a su gabinete logró aumentar la matrícula, los montos de becas per cápita para los estudiantes más necesitados, mantuvo una elevada matrícula entre el segmento estudiantil proveniente de los hogares más pobres del país y mejoró la calidad de la oferta académica.
Además, en este periodo se amplió la planta física de la universidad, se impulsó la regionalización, se adquirieron los terrenos definitivos del Campus Sarapiquí, e iniciaron las obras del nuevo edificio del Campus Liberia. Asimismo, impulsó el uso de las tecnologías entre la comunidad universitaria en relación con la importancia de la conectividad, el uso del software libre, sistema de banda ancha y las videoconferencias.
En el marco de la celebración del 50 aniversario de la Universidad Nacional, y destacando el aporte de Segura Bonilla en la historia de la Institución, el pasado 10 de agosto se realizó un conversatorio en el auditorio Clodomiro Picado, con el fin de conocer los hechos más destacados de su gestión, así como una mirada crítica sobre el futuro de las universidades.
En su exposición, Segura indicó que la revolución tecnológica representa una disrupción y cambio acelerado, donde la inteligencia artificial y la robótica están transformando industrias y modelos de negocio. Asimismo, advirtió sobre la amenaza del cambio climático y su impacto en las personas. “Debemos impulsar un paradigma verde que puede relacionarse con bioeconomía; vendrán cambios en el mercado laboral, mucha gente va a quedar desempleada en cada uno de los campos de las revoluciones industriales, entran nuevos equipos y procesos y hay desempleados, pero las universidades pueden preparar a las personas para que hagan ajustes y cambios. Debemos invertir en educación futurista de calidad, que tenga vínculos con el ambiente y con los recursos naturales, con las carreras STEM, al tiempo que fortalecemos la cultura humanista. No podemos crear robots sino personas que anhelan la justicia social, el aprecio por las artes y la ética del desarrollo”.
Francisco González, rector de la UNA, aseguró que uno de los logros más notables fue el establecimiento del Plan Global Institucional, que marcó el inicio de una era de planificación estructurada en la universidad. Asimismo, mencionó la transformación en el sistema de Admisión de la UNA en un esfuerzo por garantizar equidad y diversidad en la población estudiantil, y la creación de programas fundamentales para fortalecer la acción sustantiva.