Sería utópico pensar en un mundo con escasa o nula influencia de China, el gigante asiático de 1.400 millones de habitantes. Sus tentáculos se han masificado y su influencia permea toda la cordillera geopolítica global, de la cual, América Latina no está exenta. “Hoy en día, existen pocas áreas que se salven de China”, manifestó el académico Enrique Dussel en una conferencia sobre el tema.
Su participación en la conferencia Los retos socieconómicos de la relación entre China y Latinoamérica frente a las tensiones geopolíticas actuales se dio en el marco del inicio de las celebraciones del 30 aniversario del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA).
El académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) basó su exposición sobre la influencia económica y comercial de China en un contexto donde el mundo divide a las dos grandes superpotencias (junto con Estados Unidos), sobre el rol predominante en la era de las nuevas tecnologías y las amenazas a la seguridad global.
Ya desde el gobierno de Joe Biden y luego con la presidencia de Donald Trump se hacen esfuerzos para reducir la influencia china en la región. Sin embargo, los datos mostrados por Dusell muestran esa interdependencia regional en un mundo que heredó los hilos de la globalización desde Bretton Woods y el afincamiento del multilateralismo.
De acuerdo con el más reciente estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sobre el tema, entre 1995 y el 2021 China ha generado 8,1 millones de empleos en la región.
Esa empleabilidad ha sido posible gracias a la inserción de China mediante el comercio que genera la creación del 85% de los puestos laborales, los proyectos de infraestructura que aportaron un 8% y la Inversión Extranjera Directa (IED) que se dejó un 7% del total. En suma, una sexta parte del empleo en América Latina lo generó el país asiático.
Más de 300 proyectos de infraestructura en la región entre puertos, aeropuertos, carreteras, interconectividad, centros de salud y educativos, conforman la cartera de proyectos donde existe ese vínculo. Solo en México, país de origen de Dusell, se invirtieron hasta $2.500 millones en el 2024.
¿Qué explica esa profundización del comercio y qué se esconde detrás del “milagro chino” que desde su despegue económico ha logrado sacar de la pobreza a 800 millones de personas? Enrique Dussel abordó tres premisas puntuales.
Globalización y sector público
La propuesta de Xi Jinping, que dio vida a partir de 2013 a la Iniciativa de la Franja y la Ruta consideró estrategias de orden político, social y económico con énfasis en la cooperación y el desarrollo de inversiones, sobre todo en naciones del Sur Global.
Bajo los componentes de la Ruta de la Seda (como estrategia económica) y la Ruta Marítima (con importantes obras de infraestructura), China comenzó a liderar una serie de inversiones para conectar a personas y al comercio atravesando extensas regiones en Asia, Medio Oriente y África. Ese enfoque de cooperación tiene perspectivas incluso hasta el 2050, lo que refleja, de acuerdo con el académico, la visión comercial de largo plazo del gobierno chino.
La segunda particularidad de esa estrategia se fundamenta en el funcionamiento del sector público en China, que representa la suma del gobierno central, sus ciudades, provincias y municipios con dos “factores sorprendentes”, según lo describió Enrique Dussel.
Por un lado, está la “competencia dramática” dentro del propio sector público basados en el principio de meritocracia establecido por el Partido Comunista Chino, donde existe una “hipercompetencia” a lo interno y con el sector privado.
“El principal productor de autos solo en Shangai es una empresa llamada BAIC (Beijing Automotive Group) propiedad única de la ciudad. El segundo productor es SAIC (Shangai General Motors Corporation). Entre las dos empresas se sacan los ojos, lo que habla de esa competencia voraz. Hoy día, este sector público en China representa el 45% del producto interno bruto”, manifestó Dussel.
El experto manifestó que no existe otro lugar en el mundo donde el sector público aporte al menos un 5% al PIB. “Entonces la omnipresencia del gobierno chino en esta estrategia ha sido fundamental. Existe un sector privado de empresas transnacionales que también hacen un aporte relevante. Mientras que el discurso de lo estatal relacionado con la burocracia y la corrupción que se ha establecido en América Latina, en China dicen: ‘esto no es así aquí’”, agregó el académico.
A pesar de lo anterior, Dussel no indica que se deba “copiar y pegar” el modelo político chino en Latinoamérica, aunque sí invita a ahondar en las discusiones de cómo hacer más eficiente la gestión pública y su impacto en el comercio internacional.
El último aspecto por resaltar es la estrategia de análisis del país asiático para influir en las regiones latinoamericana y caribeña, más allá de un balance entre exportaciones e importaciones. En medio de ello, el experto indicó que el mundo se enfrenta a las “nuevas relaciones triangulares” donde los países deben comerciar y negociar tanto con Estados Unidos como con China. “Todos los países requieren sí o sí una agenda comercial y diplomática con ambos, porque China va a seguir con o sin México o con o sin Costa Rica”, advirtió.
El director del Cinpe, Marco Otoya, destacó que, al llegar a su trigésimo aniversario, este instituto siga cultivando el “pensamiento estratégico de producción científica con vocación transformadora que aborde la desigualdad persistente, los dilemas del crecimiento y el desarrollo y la transformación digital, retos en los cuales el Cinpe deberá continuar aportando con un análisis riguroso”.
Referirse a aspectos de la política económica internacional está en la identidad del Cinpe, de acuerdo con la vicerrectora de Investigación, Sylvia Arguello. “Es un centro que se ha convertido en una preferencia en la región, a partir de la imperiosa necesidad de trascender las fronteras geográficas para enriquecer el proceso educativo de la investigación.
El evento por el 30 aniversario, además de la temática China-Latinoamérica, incluyó temas como los retos macroeconómicos del desarrollo sostenible, una jornada centroamericana y del Caribe en política económica, los procesos de innovación, regulación y políticas públicas y la gestión de recursos naturales.
Las actividades, mesas y talleres se realizan del 4 al 8 de agosto, con representación académica además de México, Honduras, El Salvador, Guatemala, Panamá, República Dominicana y España.