A partir de hoy rige el nuevo arancel del 15% que el gobierno de Estados Unidos impuso a las exportaciones costarricenses, como parte de la estrategia del presidente Donald Trump de equilibrar la balanza comercial con sus socios en todo el mundo.
La noticia, que fue tomada con sorpresa por las autoridades costarricenses, no representa una buena señal para dos sectores particulares: la inversión extranjera directa (IED) y el turismo, sectores que han mostrado comportamientos a la baja este 2025. Así lo determinaron académicos de la Universidad Nacional (UNA).
Leiner Vargas, académico del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe), estima que las medidas unilaterales adoptadas por el gobierno de EE. UU. pueden generar un efecto sobre las decisiones presentes y futuras de los empresarios en Costa Rica.
“Nos coloca en una situación muy vulnerable porque las sensibilidades de las decisiones empresariales están en juego por la voluntad política de un gobierno. Ciertamente, Trump ha sido muy claro en indicar que quiere que los negocios inviertan en Estados Unidos y que las cadenas de logística vuelvan a esa nación y eso es muy peligroso para un país como Costa Rica, cuya inversión extranjera depende esencialmente de los estadounidenses”, argumentó Vargas.
La situación actual y la perspectiva a futuro en este ámbito podrían dificultarse si se considera que, de acuerdo con el Banco Central de Costa Rica, la IED en el país disminuyó en los primeros tres meses de este año en comparación con el anterior. En términos absolutos, el descenso fue de un 25% al pasar de los 1.235 millones de dólares en 2024 frente a los 921 millones de dólares captados en el 2025.
Además, los anuncios de cierre de la planta de ensamblaje y prueba de la empresa Intel y la salida definitiva de la transnacional Qorvo añaden elementos de incertidumbre sobre la posición costarricense en cuanto a la atracción y reinversión extranjera en el país.
Turismo
Otro golpe directo sobre la economía costarricense puede estar en el comportamiento del sector turístico. De los últimos diez meses, el país acumula nueve con caídas relevantes en el ingreso de visitantes. El único mes con saldo positivo fue abril, que coincide con el periodo de vacaciones de la Semana Santa.
Roxana Morales, coordinadora del Observatorio Económico y Social (OES) de la Escuela de Economía de la UNA, manifestó que las medidas arancelarias adoptadas por EE. UU. pueden provocar un incremento en los precios de productos y servicios que pagan los ciudadanos estadounidenses. Como efecto colateral, podrían posponer o renunciar a sus planes de viaje. “Recordemos que Costa Rica recibe en su mayoría a turistas de esta nación, y con los aranceles que se aplicarán, muchas familias tendrían menos capacidad para viajar”, indicó.
Una menor visitación de ciudadanos estadounidenses afectaría aún más las caídas mensuales que han oscilado entre 0.9% y 5.9% en los últimos meses, a pesar de los mensajes de optimismo de las autoridades nacionales de que hacia el final de año esta coyuntura tenderá a revertirse.
El tercer sector que percibiría consecuencias negativas al pasar de un arancel del 10% al 15% es el de las exportaciones. Sin embargo, a diferencia de la IED y del turismo, datos del Ministerio de Comercio Exterior (Comex) reflejan que en el acumulado enero-junio 2025 la colocación de bienes y servicios fuera del país alcanzó los $8.990 millones, lo que representa $994 millones más en comparación con el mismo periodo de 2024.
Dispositivos médicos (47%), piña (6%) y banano (4%) figuran entre los productos que más vende Costa Rica al exterior. A pesar de ello, Leiner Vargas y Roxana Morales, apuntan a una afectación directa en este rubro, aunque las distintas cámaras empresariales han manifestado que el 10% del arancel original no ha tenido una repercusión importante.
“Si nuestros productos salen más caros para los estadounidenses en su país podrán preferir comprar artículos similares a otras empresas y en otros países. Eso significa que perdemos competitividad, afectando las exportaciones y los ingresos nacionales, con sus posteriores consecuencias a nivel de la productividad y el empleo”, manifestó Morales.
“Este incremento al 15% tanto en algunas cadenas de producción como en algunas industrias puede significar el margen de ganancia que tienen en relación con estas exportaciones”, advirtió Leiner Vargas.
La situación se alivianaría si ese 15% fuera común con otras naciones con las cuales Costa Rica compite. Sin embargo, adiciona a la preocupación el hecho de que naciones como Argentina, Chile, Colombia, Perú, Paraguay, Uruguay, Panamá, Honduras, Guatemala, El Salvador, Belice, República Dominicana, Haití y Jamaica mantendrán un arancel del 10%. Incluso, México, al que le impusieron una tasa del 25%, lo mantendrá en suspensión mientras avanzan las negociaciones con Estados Unidos en el marco del Tratado de Libre Comercio (T-Mec).
El panorama desalentador que se abre oficialmente a partir de hoy debe ser abordado con “preocupación máxima y como emergencia nacional”, de acuerdo con el académico del Cinpe.
El anuncio de la semana pasada se dio en el marco de las negociaciones que un equipo técnico del gobierno costarricense mantiene con la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR), instalada precisamente para valorar acciones que condujeran a reducir el arancel del 10% que Trump anunció el “día de la liberación” el 2 de abril.
Morales enfatizó la importancia de dar seguimiento a este y otros esfuerzos. “Los resultados de momento no han sido los esperados porque no se ha llegado a un acuerdo y se abre la puerta para analizar los efectos que tendrán las nuevas medidas sobre la economía nacional”.