La decisión anunciada por el gobierno de Costa Rica de eliminar las pruebas Faro y en su lugar crear un nuevo sistema de evaluación de los aprendizajes, genera muchas dudas, según afirmó Pablo Chaverri, académico e investigador del Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (Cide-UNA).
En primer lugar—recalca Chaverri—la aprobación de una medida como esa tendría que pasar por el Consejo Superior de Educación, el cual ya ha anunciado, a través de uno de sus integrantes, que no ha tomado tal decisión.
Para el experto también genera dudas el hecho de que, al consultársele sobre el tema, la ministra de Educación, Anna Katharina Müller, ha dicho que existen razones para eliminar las pruebas Faro; sin embargo, no ha especificado cuáles son estas razones.
Faro es mejor que Bachillerato
“En mi opinión, y debido a que hicimos una investigación en la Universidad Nacional para analizar el modelo anterior de las pruebas de bachillerato, las pruebas Faro representan una mejoría significativa en el modelo de evaluación de los aprendizajes”, subrayó.
Chaverri—académico del Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (Ineina)—explicó que las pruebas Faro presentan un avance y ciertas ventajas con respecto a los exámenes anteriores. Una de las más notorias, por ejemplo, es que permite hacer el examen en varias ocasiones y tomar la mejor nota de la persona. “Esto es una innovación muy importante”, subrayó.
Otra ventaja que presenta esta prueba—en criterio del especialista de la UNA—es que sube el nivel de importancia de la nota de presentación y ésta, además, pondera a todas las materias y no solamente a las llamadas básicas, lo cual también da una idea de una visión más integral y más completa de la educación.
Evaluación de los aprendizajes es crucial
Para Chaverri, entonces, es muy importante que el gobierno especifique cuáles son las razones para eliminar las pruebas Faro y cuál sería el modelo sustitutivo porque “lo que está claro es que si no evaluamos el sistema educativo, vamos, de algún modo, a estar a ciegas en cuanto a las decisiones para mejorar nuestro sistema educativo”, advirtió.
Y es que—añadió—hoy en el país sabemos que hay un rezago educativo muy importante, que hay mucha inequidad, a lo cual se le ha llamado “apagón educativo”; “sin embargo, no tenemos información detallada acerca de lo que saben y no saben, y lo que pueden y no pueden hacer nuestros estudiantes al final, por lo menos de la primaria y de la secundaria”, resaltó.
El investigador agregó que lo más cercano con que se cuenta son las pruebas PISA, pero éstas son internacionales. De manera que insistió en que es importante destacar el rol que tendría un buen sistema de evaluación.
Precisamente, para Chaverri, un buen sistema de evaluación no es simplemente el que da una nota, sino el que permite una retroalimentación sobre los aprendizajes.
El académico Pablo Chaverri fue parte del equipo investigador del estudio “Balance crítico de objetivos, modelo evaluativo, resultados y utilidad de las pruebas nacionales de bachillerato en educación media como instrumento de certificación del conocimiento de estudiantes”, realizado en 2017-2018, en el marco del Programa de Investigación “Perfiles, Dinámicas y Desafíos de la Educación Costarricense” del Cide-UNA.
El estudio de la Universidad Nacional reveló que estudiantes de colegios, ubicados en distritos con Índice de Desarrollo Social (IDS) bajo y muy bajo, en zonas rurales fuera de la Gran Área Metropolitana, obtuvieron el menor porcentaje de aprobación en pruebas de bachillerato, lo cual reflejaba, según los investigadores, una sociedad que territorialmente distribuye recursos y oportunidades de manera desigual.
Los principales hallazgos del estudio están disponibles en un artículo científico en: https://www.revistas.una.ac.
Foto interna: El académico e investigador del CIDE-UNA, Pablo Chaverri, asegura que si no evaluamos el sistema educativo, vamos, de algún modo, a estar a ciegas en cuanto a las decisiones para mejorar nuestro sistema educativo.