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“Existe una desafección en las democracias de América Latina”

Carlos Quenan es doctor en Ciencias Económicas de la Universidad de Grenoble, en Francia. Fue invitado por el Instituto de Estudios Latinoamericano (Idela) de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional (UNA) para dar una charla en la lección inaugural del doctorado de estudios latinoamericanos y exponer su conferencia: “Megatendencias globales, crisis superpuestas: América Latina en un mundo conflictivo e inestable”.

UNA Comunica conversó con el experto sobre el tema de su conferencia.

¿Cuáles son las “megatendencias globales” que está viviendo el mundo de hoy?

Son cuatro. La primera es la tendencia al cambio climático, la segunda es la cuarta revolución tecnológica, la tercera es la rivalidad entre China y Estados Unidos, incluyendo también a otras potencias y la cuarta está relacionada con la crisis y los cuestionamientos de la globalización.

¿A qué le llamamos crisis superpuestas?

Estamos viviendo en un contexto al que llamamos de “policrisis” que se alimentan entre ellas. Por ejemplo, la crisis inflacionaria que se venía gestando desde las políticas monetarias para enfrentar la crisis del 2009, la pandemia, la guerra en Ucrania, el aumento en las tasas de interés, la crisis energética y alimentaria. Todas estas crisis se han venido articulando, de la mano con tensiones geopolíticas y es lo que hoy día el mundo debe estar enfrentando.

¿Qué tan cambiante se muestra el entorno geopolítico actual?

Las situaciones actuales son sumamente cambiantes, ya nadie sabe lo que puede pasar mañana o pasado mañana. Desde la época de los ataques a la Torres Gemelas el mundo se revoluciona de un modo tal que lo más sensato es prepararse para lo inesperado. Luego de ese evento que marcó el rumbo geopolítico mundial, han ocurrido situaciones como la Primavera árabe, la misma asunción de Donald Trump en estados Unidos, el asalto al Capitolio, una pandemia y una guerra y no sé si alguien lo hubiese podido predecir.

¿Qué papel juega América Latina ante este escenario adverso?

América Latina debe ver cómo se inserta en ese juego que yo llamo, de grandes, donde hay Estados, bancos, empresas. En ese sentido, el problema central no es cómo pueden influenciar el rumbo de los acontecimientos mundiales, aunque es importante que puedan tener voz. Países más grandes como Brasil e incluso México pueden ejercer cierto peso. Sabemos que Lula (Luis Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil) tiene una visión y una perspectiva sobre cómo Brasil juega en esos tableros, por medio del grupo de países llamados BRICS donde también están Rusia, India, China y Sudáfrica.

¿Entra debilitada América Latina a ese juego?

Sí, porque además hay que considerar que después del 2013, ha empezado a darse un deterioro en el crecimiento de los países de la región. Recordemos que del 2002 al 2013 hubo un superciclo de materias primas que benefició principalmente a los países de América del Sur. Comenzó a verse como una región con gran auge en la exportación de productos alimentarios, energéticos, de materias primas, ligadas también al boom del crecimiento en el consumo de China.

¿Qué otros factores pesan en contra de esa influencia que pueda representar Latinoamérica frente a las megatendencias globales que ha señalado?

Un segundo obstáculo importante es que América Latina no entra a este juego muy unida, porque los procesos de integración regional están anquilosados. Algunos procesos se vieron afectados porque tuvieron una impronta político-ideológica muy fuerte como fue el caso de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) durante los gobiernos de Hugo Chávez en Venezuela, Lula en Brasil, Rafael Correa en Ecuador y Néstor Kirchner en Argentina. Luego, con el cambio del ciclo político la idea fue abandonada por gobiernos de otra orientación. Lo mismo pasa con Mercosur que tiene tensiones importantes. Entonces la integración persiste pero en medio de conflictos políticos. La inestabilidad que se vive en la región hace que existan movimientos que emergen y que luego caen. Ejemplo de ello es el presidente Guillermo Lasso, en Ecuador que obtuvo la presidencia con un resultado muy favorable y ahora luce muy desprestigiado.

¿Cuál es el estado de la democracia frente a este panorama cambiante y vulnerable?

Ese es el gran problema porque aparece una tendencia a la desafección de la democracia. Todavía no da pie para pensar en golpes militares como era lo usual en décadas pasadas, pero sí existen tensiones. Hace falta que haya en la opinión pública mayor educación y desarrollo productivo, aprovechar las ventajas que ofrece la región aunque el camino se anuncie lleno de dificultades.

¿Cuál es el rol que desempeñan las universidades?

Las grandes universidades públicas son fundamentales para abrir y guiar ese debate público. Ha aparecido un simplismo casi aterrador a nivel de las soluciones propuestas, y se trata de una corriente mundial, como el caso del muro entre Estados Unidos y México o las alternativas de dolarización y es ahí donde debemos acentuar discusiones por el fondo que representen verdaderas soluciones.

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