“Te cela”, “te culpabiliza”, “te hace la ley del hielo cuando hay conflictos”… “si reconocés estas actitudes, sal de ahí”.
Estas son algunas frases y mensajes contenidos en uno de los anuncios de la campaña “El amor no debe doler” del Sistema Nacional de Atención y Prevención de la Violencia contra las Mujeres (Planovi Costa Rica) y que la Universidad Nacional (UNA) ha venido apoyando en las últimas semanas.
Por medio de videos animados y afiches digitales se busca continuar en la lucha incesante de generación de conciencia para optar por una sociedad libre de las diferentes manifestaciones de violencia que sufren las mujeres.
“Un aspecto central en la construcción de sociedades libres de violencia de género y discriminación contra las mujeres es continuar apostando por el cambio cultural mediante procesos de educación que desnaturalicen las diferentes formas de violencia patriarcales. De modo que estas campañas son importantes para contribuir a desmontar mitos y estereotipos, más aun en estas fechas de Navidad y año nuevo donde hay estudios que evidencian un incremento en los casos de agresión en los hogares”, manifestó Fannella Giusti, directora del Instituto de Estudios de la Mujer (IEM) de la UNA.
Tarea pendiente
En un contexto donde el país ya rebasó sus propios límites históricos de violencia, otras manifestaciones comienzan a reproducir tendencias que generan alta preocupación por su incidencia social. Ese es el caso de la violencia doméstica.
De acuerdo con el más reciente informe del Estado de la Nación, durante el 2022 hubo un aumento de incidentes de violencia doméstica reportados ante el Sistema de Emergencias 911. En total se reportaron 123.167 casos, donde los principales perpetradores del acto violento son hombres, mientras que las víctimas son sus parejas o exparejas, hijos, hijas y hermanas.
También se dan situaciones donde las condiciones existentes propician una exclusión y discriminación de las mujeres que fomenta la violencia.
El mismo informe determina que para el 2022 e inicios del 2023 se identificó a un grupo importante de personas que dejó de trabajar o que desistió de buscar empleo, principalmente mujeres en edad laboral, quienes aseguraron encontrar dificultades para emplearse debido a las responsabilidades familiares que deben asumir, entre ellos el cuido de miembros del hogar.
Aunado a lo anterior ocurre lo que se denominado la “feminización de la pobreza”, la cual se presenta cuando los hogares en situación e pobreza poseen jefaturas femeninas, además de personas menores de edad, adultos mayores o con alguna condición de discapacidad, que está al cuido de ellas.
Otra de las campañas promovidas desde el Planovi lleva por nombre “Publicidad sexista”, cuyo objetivo es generar conciencia sobre aquellos anuncios publicitarios que reproducen estereotipos o discriminaciones hacia las mujeres u otras poblaciones.
Existen acuerdos internacionales como la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) así como la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer (Belém do Pará) a las cuales Costa Rica como Estado se ha suscrito, lo que conlleva el cumplimiento de metas e indicadores, así como a la rendición de cuentas continúa conforme a las acciones desplegadas.
“Unirnos al llamado de estas campañas es fundamental porque con esas acciones la Universidad está cumpliendo con las obligaciones que el Estado y sus instituciones públicas han adquirido a través de la ratificación de instrumentos internacionales en materia de derechos humanos”, justificó la directora del IEM.
Giusti recordó que sumarse a estas campañas constituye un mandato legal, político y ético con la ciudadanía costarricense, en vista de que, desde su propio Estatuto orgánico, tiene el deber de contribuir en la construcción de sociedades inclusivas y libres de violencia para todas las personas.
Retos
Desde el IEM se señalaron además algunas acciones que el Estado costarricense debe emprender para asegurar el cumplimiento de los derechos de las mujeres y de las poblaciones en condición vulnerable:
- Garantizar servicios públicos de calidad a nivel de educación, salud y seguridad.
- Ofrecer empleos de calidad.
- Implementar estrategias de intervención y prevención específicas, eficientes y seguras que protejan a las mujeres de las múltiples formas de violencia que viven en el espacio público y privado.
- Otorgar más oportunidades para la niñez en condición de pobreza.
- Aplicar una distribución justa y equitativa de los ingresos que favorezcan a las personas.
- Avanzar en la definición de políticas públicas sobre corresponsabilidad de los cuidados.
