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Una segunda ronda con tintes de moral social

Programa Análisis de Coyuntura de la Sociedad Costarricense (*) para UNA COMUNICA

Las elecciones recientes no pueden reducirse a unas cuantas cifras entre partidos perdedores y ganadores, si no que debe llevarnos a tomar en cuenta diferentes elementos que aporten a la discusión de lo que puede estar pasando con el electorado nacional y lo que podría ocurrir el próximo 6 de abril en la segunda ronda electoral.

Si nos basamos en los datos, es el abstencionismo el ganador en este momento y no deja más que pensar en los “supuestos” delante de esta manifestación que ya forma parte del proceso electoral. ¿Es el abstencionismo apatía política? ¿Es un voto de espera a sabiendas de la posibilidad de la segunda ronda? ¿o es un no voto de “castigo” del electorado delante de la dinámica política y sus contrincantes? ¿Era de esperar que se repitiera un abstencionismo tan alto?

A pesar de que el abstencionismo de este 2022 fue de un 40,29%, siendo más alto que el del 2018 que registró un 31,8% en la primera ronda y un 30,8% en la segunda ronda, no puede albergar las mismas razones que el de hace 4 años, pues estamos viviendo un contexto social, económico y político diferente. La reciente encuesta del IDESPO-UNA (2022)[1] , en su indagatoria sobre la intención de voto, se adelantó a un dato similar al abstencionismo en esta primera ronda, identificando un 38.7% del total de las personas encuestadas en su última indagatoria de noviembre. En este porcentaje, se identificaron variables interesantes, que van desde aquellas personas que dijeron no tener suficiente información para decidir por quién votar o no tener seguridad sobre a cuál candidato apoyar, lo cual sumó un gran 82%[2]; hasta aquel grupo de personas que manifestó con claridad que no le interesaba votar, un 3.2%.  Esta información abre aún más preguntas sobre el abstencionismo del electorado. ¿No lograron decidirse por alguna persona por falta de información? o ese 3.2% se engrosó en una clara indicación de “no me interesa votar”.

Junto a este abstencionismo, hay que tomar en cuenta al llamado voto silencioso, que no permitió dar mayor claridad con antelación a las elecciones, sobre quiénes encabezaron los resultados finales. Por una parte, se reposicionó José María Figueres en el primer lugar de intención de voto, tendencia que se venía manifestando desde agosto de 2021 y hasta la última encuesta de enero 2022 según el CIEP (2022)[3], pero por otra parte da sorpresas de quién es la persona elegida para la contienda de la segunda ronda. Sí llama la atención que sea un partido nuevo y con posturas conservadoras y autoritarias diferentes a las que se eligieron hace 4 años. Es decir, en la contienda de la segunda ronda del 2018 había una clara disputa entre un tipo de Costa Rica para el futuro que le daba la espalda a los derechos humanos e individuales, y otra Costa Rica que decidió apostar, en primera instancia por una sociedad inclusiva en términos sociales y culturales, más allá de los económicos. Se puede decir que a pesar que tuvo una Asamblea Legislativa en contra, el gobierno saliente logró salir victorioso por la gran disputa del 2018, una parte de los derechos sexuales y reproductivos a través de la fecundación in vitro, y los derechos sociales, económicos y afectivos de las personas en parejas por el mismo sexo.

Hoy, delante de esta nueva segunda ronda, se posicionan dos partidos cuya intención de voto está clasificada con características de autoritarismo y de la necesidad de tener una mano dura para gobernar. Así lo revela la misma encuesta del IDESPO-UNA (2022), que en la aplicación de una escala la medir el autoritarismo, la población encuestada se debate entre la “necesidad de tener autoridades que gobiernan con mano dura” un 64,3%, la “necesidad de defender fuertemente el orden establecido” un 63,4%. El promedio de la población con tendencias a actitudes autoritarias ronda el 75%, que a la vez coincide con la intención de voto registrada, en el caso de José María Figueres con un 44,6% de personas con este tipo de pensamiento.

En este mismo sentido, dicha intención de voto en su vínculo con actitudes autoritarias coincide con los cuatro primeros lugares de la intención del voto del pasado 6 de febrero. Según la encuesta del IDESPO, el porcentaje de personas con intención de voto a Fabricio Alvarado era de un 45,5% y de Lineth Saborío un 54.3%. A pesar de que el candidato que pasó la segunda ronda no aparecía con una intención de voto mayor al 3,3% en el momento de la encuesta, sus actitudes y formas de comunicación mediática que se pueden clasificar como autoritarias, pudieron haber arrastrado a una parte de la población indecisa que simpatiza con estos comportamientos.

El otro análisis es pensar que este voto siempre estuvo definido por simpatía, y que no se manifestó antes por temor a la censura por comportamientos “políticamente incorrectos”. Esto da para analizar que los cuestionamientos hacia Rodrigo Chávez por las indudables denuncias por hostigamiento sexual a mujeres en el Banco Mundial, y tras la ratificación de esta entidad de confirmar y sancionar los hechos, algunas personas se sintieran intimidadas de decir abiertamente que simpatizaban con sus posturas. Junto a esto, la negativa del candidato a la presidencia de asumir los hechos, e incluso de negarse renunciar a su postulación desde el 2021 cuando se dieron a conocer las denuncias, pone en tela de juicio, ahora, no solo al candidato, sino también al electorado de un país que se ha comprometido por erradicar cualquier forma de violencia contras las mujeres a nivel mundial.

Así, llama la atención el crecimiento exponencial e inesperado de Chaves al quedar en segunda ronda y al conformar parte de un nuevo partido que surge en el escenario político del proceso electoral de 2022. Cabe mencionar que, los espacios de debates le permitieron darse a conocer, además bajo la coyuntura actual de la crisis económica y política, este candidato a la presidencia pone énfasis en sus propuestas en cuanto a lo económico y lo político. Junto a las verificaciones de su poco compromiso con la moral de las mujeres, hace alarde de su formación como economista y se presenta como un candidato “líder” en esta área por ser un ex-miembro del Banco Mundial que lo juzgó por hostigamiento,  y como ex Ministro de Hacienda, donde se da a conocer por su manifestaciones sobre las alzas en impuestos y propuestas de transformaciones del aparato estatal, en una coyuntura de crisis económica marcada por el inicio de pandemia y luego de la aprobación del Plan Fiscal.

Por otro lado, no se puede negar que la figura de Pilar Cisneros ha sido un eje central dentro de su campaña, como un apoyo incondicional y a pesar de sus cuestionamientos. Pilar, que se ha querido caracterizar por querer hacer ver una supuesta mano dura contra la corrupción, parece que no se vio afectada por su apoyo monetario al partido a través de la compra de deuda política. Este binomio, logró levantar una propuesta política que atrajo un voto no manifiesto con anterioridad, pero coherente en su propuesta con las características de una parte del electorado nacional. Su segundo gran logro fue colocar 9 diputados en la Asamblea Legislativa, de los que aún es pronto hablar hasta no tener certeza de quién se sentará en el banquillo de la Casa Presidencial por los próximos cuatro años.

El escenario de hoy es diferente y a pesar del abstencionismo que ahora tiene una única zona gris de dónde escoger. Las diferencias radicales se asientan en el compromiso con la sociedad costarricense, donde la ética, la corrupción y acusaciones sexuales se presentan en el mismo escenario, siendo estas problemáticas inmersas en la realidad social, económica y política de Costa Rica. Por lo que, es un compromiso del candidato electo a la presidencia asumir y tomar acciones necesarias en materia de ética, corrupción y de la seguridad, el respeto a los derechos humanos de las mujeres costarricenses.

[1] IDESPO-UNA (2022) Encuesta: Migración, cultural política e intención de voto en las elecciones nacionales 2022. Instituto de Estudios Sociales en Población, Universidad Nacional.

[2] El total de personas entrevistas fue de 901 (IDESPO-UNA, 2022)

[3] CIEP (2022) Informe de resultados de la Encuesta CIEP-UCR. Proyecto Estudios de Opinión. Unidad de opinión pública y participación electoral. Centro de Investigación y Estudios Políticos, Universidad de Costa Rica.  https://ciep.ucr.ac.cr/wp-content/uploads/2022/02/INFORME-DE-RESULTADOS-DE-LA-ENCUESTA-CIEP-UCR-ENERO-3-2022.html.

(*) Bach. Angélica Gómez

Dra. Claudia Palma Campos

Programa Análisis de Coyuntura de la Sociedad Costarricense

Escuela de Sociología. Universidad Nacional

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