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Emprendimientos exitosos ante un entorno complejo

Shirley Benavides Vindas *

El entorno internacional se ha visto afectado por una serie de situaciones que van desde la pandemia por la covid-19, pasando por la guerra de Rusia con Ucrania, la movilización de los contenedores en los puertos de China, el aumento de la inflación y los esfuerzos de los bancos centrales por controlarla; el cambio tecnológico con la Revolución 4.0, acompañado con el cambio climático y los problemas políticos y las migraciones a nivel mundial; y más recientemente los ataques al pueblo de Israel, que han generado una situación económica y comercial compleja.

Todo lo anterior ha tenido un efecto directo sobre el desempeño de América Latina y el Caribe, situación que, según la CEPAL (2023), facilita que las economías de la región mantengan para el 2023 un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) promedio regional de 1,7%, mientras que para el 2024 se proyecta un leve descenso en la tasa de crecimiento a un 1,5%.

Junto con esto, es de considerar que persisten los altos costos de financiamiento y, por otra parte, la deuda pública de los países permanece en niveles elevados respecto al PIB, lo que, junto al aumento de las tasas de interés externas e internas y la caída esperada de los ingresos tributarios producto del menor crecimiento, lleva a un limitado espacio fiscal para el conjunto de la región.  

Como resultado de ello, se prevé un menor dinamismo en la creación de empleos, pero crecientes demandas sociales, acompañadas con efectos negativos de una agudización de los choques climáticos; esto si no se realizan las inversiones en adaptación y mitigación al cambio climático que requieren los países. En conclusión, las proyecciones para el 2024 indican que se mantendría el bajo dinamismo económico en la región.

Costa Rica no es la excepción a este entorno complejo, económico y político. Al país se le incrementó la vulnerabilidad tras la pandemia, y las crisis económicas generadas mundialmente, han impulsado los cambios en la estructura productiva y laboral, con condiciones complejas en el nivel de crecimiento del PIB.

Por otra parte, más de un 40% de la población está en la informalidad (empresas y personas físicas), lo que lleva a la pobreza y pobreza extrema, con un coeficiente de Gini por región que demuestra las desigualdades en todo el país, acompañado del desempleo y subempleo, donde las mujeres, jóvenes y migrantes son los que llevan la peor parte en estas condiciones.

Ante estos escenarios, los emprendimientos, las micro y pequeñas empresas, se encuentran en vulnerabilidad en el parque empresarial. Su mortalidad en Latinoamérica es del 70% antes de los cinco años, y en el caso de Costa Rica esa tasa en los emprendimientos, en los primeros tres años de vida, presenta una tendencia del alrededor del 80%.

Pero ante este entorno complejo, siempre se puede impulsar emprendimientos para dinamizar la economía y posibilitar empleos. Para ello es necesario tener claro la necesidad de contar con una serie de condiciones personales para diseñar y gestionar un emprendimiento que se proyecte exitoso.

Entre los aspectos más relevantes se encuentran una motivación sostenida en el tiempo, tener clara la inversión inicial, el mercado al que me dirijo (clientes potenciales, proveedores, competencia directa e indirecta), brindar valor agregado real para el consumidor; no solo ser un buen especialista en el tema a emprender, sino también las habilidades gerenciales con conocimientos en la gestión financiera y de recursos humanos.

Es fundamental conocer las fallas institucionales que puedan generar barreras de entrada, comprender cómo le afecta la revolución 4.0 a mi emprendimiento y cómo se adapta a las nuevas tendencias, para lo cual es vital una adecuada estrategia de mercadeo, con capacidad de adecuarse a los cambios del mercado en el tiempo preciso y a las crisis de las economías.

Las actividades productivas que se encuentran con una mayor posibilidad de generar emprendimientos exitosos, en un mercado como el actual, se orientan hacia el comercio de servicios. Este sector económico, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cada vez toma mayor importancia en la economía mundial y es el responsable de generar la mayor cantidad de nuevos empleos a escala global. Para Costa Rica, en el año 2021, representó el 73% de la economía, lo que indica el peso e importancia de este sector. Si en la gama de servicios se generan estrategias innovadoras con apoyo a las tecnologías actuales de comunicación y distribución, su emprendimiento tendrá la oportunidad de incursionar en un nicho determinado y mantener un crecimiento relativamente importante para usted y la economía.

Los servicios orientados a la transformación digital, como apoyo a la gestión empresarial, las inteligencias artificiales (IA) en el desarrollo de todo tipo de actividades en la cotidianidad, como el Internet de las Cosas (OiT) y además los esfuerzos por garantizar la  ciberseguridad a las empresas, son otra opción relevante en las tendencias.

También lo es todo aquello que posibilite la sostenibilidad del planeta y la salud de sus habitantes. El tema de los servicios acompañados de los desarrollos tecnológicos y la utilización de plataformas para su distribución, con diversas formas de pago, y con la posibilidad del autoservicio, son elementos que pueden, de una manera responsable, potencializar sus emprendimientos.

*La autora es catedrática e investigadora del Programa Sectores Productivos y Desarrollo (SEPRODES) de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (UNA).

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